"Este debate para quienes hemos estado involucrados nos parece tan apasionante", dijo el futuro ministro Secretario General de la Presidencia, Giorgio Jackson, al iniciar su discurso en un conversatorio sobre el posible reconocimiento constitucional del derecho a la protección de datos personales, ocasión en la que reafirmó el compromiso del próximo gobierno con esa materia.
En el encuentro, organizado por la Universidad Central y titulado "la dimensión digital de los derechos fundamentales", el nuevo secretario de Estado que asumirá en sus funciones pasado mañana recordó que se trata de un tema que "parece algo lejano, pero que probablemente está más en juego que muchos otros derechos de forma continua en el presente".
"Creo que el momento del debate en nuestro país es propicio no solo por el momento global, sino también y en particular en nuestro país, porque estamos en el marco de un proceso de discusión constitucional y a pocos días de comenzar un nuevo gobierno y por tanto un nuevo impulso respecto
a una agenda que para nosotros tiene mucho de prioritario".
En esa línea, Jackson recordó la existencia del proyecto de ley que regula la protección y el tratamiento de los datos personales y crea la Agencia de Protección de Datos Personales, el cual fue ingresado el 15 de marzo de 2017 y que hoy está en segundo trámite constitucional en la Cámara de Diputados.
Al respecto, comentó que "estuve esperando mucho tiempo poder tomar este proyecto en la Cámara para que fuera ley. Pero la espera tuvo una buena noticia, que es que se incorporó la Agencia para la Protección de los Datos Personales y quiero refrendar desde ahora mismo el compromiso del próximo Ejecutivo para con ese proyecto y poder tramitarlo con la urgencia que amerita".
Dicho eso, el aún parlamentario se preguntó: "¿Cómo el Estado tan poco adaptado al momento tecnológico es capaz de garantizar esos derechos? ¿Cómo lo hace frente a gigantes tecnológicos que tienen infinitas capacidades más que lo que podría tener un Estado en este momento?.
"Quiero refrendar desde ahora mismo el compromiso del próximo Ejecutivo para con ese proyecto y poder tramitarlo con la urgencia que amerita".
Giorgio Jackson, futuro ministro Segpres
"¿Cómo influye la voluntad y el deseo de querer proteger esos derechos a nivel constitucional con los tratados internacionales vigentes, con el comercio virtual y las transacciones de datos?
Al final, tiene que ver con una cuestión de poder (...) si un Estado chico lo hace solo, sería muy irrelevante respecto al concierto internacional".
Asimismo, advirtió que "sigue estando presente la pregunta si es que para esto se necesita gobernanzas solamente locales o articulaciones globales. Así como hay desafíos globales del tipo crisis climática, migratoria, ¿por qué no estamos hablando también del aspecto de protección a nivel global?".
"Sé que hay muchos esfuerzos en esta línea y espero que en Latinoamérica también podamos avanzar en esa unión de criterios para hacer fuerza frente a esos desequilibrios que existen a nivel global. Por eso, insistir en el compromiso del proyecto boletín 11.144-07 que modifica la Ley 19.628, otorgando herramientas a los titulares para poder defenderse y también creando una agencia, un organismo autónomo que permita proteger o sancionar de manera efectiva estos derechos", recalcó.
Finalmente, destacó que la Convención Constitucional "es una oportunidad tremenda para hacer que el Estado de Chile y su voluntad para con el resto del mundo sea el de proteger y tutelar estos derechos y encontrar los mejores mecanismos para que el ámbito de la privacidad y del no estar siendo vigilados y perseguidos día a día sea algo que permita a las personas ser más libres".
El análisis del próximo ministro
Durante su exposición, el militante de RD hizo un detallado repaso sobre el tema, destacando que el desarrollo digital "abre muchas oportunidades en el ámbito económico, de la relación social, de la cultura, pero también nos trae a ratos los escenarios donde podríamos estar en las peores pesadillas que hubiera imaginado Orwell o en las distopias que podemos ver en series populares como Black Mirror o Years and Years".
"Y hay un diagnóstico que diría que es bastante terrible respecto a las brechas que existen tanto en conexión digital, en el acceso a poder tener todas estas oportunidades, como también en la comprensión de lo que significa lo digital", subrayó.
A su juicio, dicha brecha, tanto en el ámbito de infraestructura como educacional, "es sumamente importante ponerla en el centro si queremos tener una ciudadanía preparada para esta dimensión digital de los derechos.
Es muy difícil comprender los derechos si no comprenden el fondo del asunto y las oportunidades que eso supone".
"La comprensión digital de los derechos es muy difícil siquiera asimilar si es que uno no sabe lo que está en juego al momento de resguardarlo y las amenazas que eso podría conllevar", explicó, junto con advertir que "el consumo tecnológico se lleva a un plano de la intimidad y nos sigue más que cualquier otra cosa para rastrear, registrar, analizar, procesar y luego eventualmente vender algo que nace desde lo más íntimo".
"Si fuese probablemente mostrado ese proceso sería inaceptable para muchas personas, pero la asimetría de información o la inercia del consumo tecnológico impide verlo y cuando se discute esto a veces se plantea como que cada vez que uno quiere defender los derechos, implica un sacrificio imposible para la industria", lamentó.
Según Jackson, "la pregunta es si es posible a estas alturas un equilibrio con el peso que tienen las corporaciones cada vez mayor. Está el caso en Europa de los motores de búsqueda que hoy están restringiendo la posibilidad de tener noticias de proveedores de noticias rusas, lo cual alguien podría decir que es un statement político potente para el momento, pero al mismo tiempo sienta un precedente muy riesgoso respecto a la jurisdicción que pueden tener empresas sobre la censura".
"Hasta dónde está el límite de esa jurisdicción es parte de la discusión que estamos teniendo respecto a los derechos a la información, los derechos digitales y los derechos fundamentales en el marco digital. Punto aparte es el manejo de la big data como fuente de objetividad, la mayoría de las veces con sesgos de discriminación", enfatizó.
El aún diputado planteó que "las personas no tienen la capacidad hoy, por un tema objetivo de educación y compresión de todo lo que significan las capacidades digitales, de comprender las amenazas o riesgos a los que están expuestos si es que llegan a un consentimiento entre dos partes".
"El cómo podemos advertir o regular esto es un desafío mayúsculo, porque se puede correr el riesgo moviéndose un poquito hacia al autoritarismo o podemos caer en la complacencia de dejar de lado la tutela de ciertos derechos", concluyó.
