Sólo queda una semana para que la ciudadanía vuelva a acercarse a las urnas para marcar su opción presidencial. Y es que en el camino hacia la segunda vuelta, Gabriel Boric (Apruebo Dignidad) y José Antonio Kast (Frente Social Cristiano), han protagonizado una de las elecciones más polarizadas de las últimas décadas en Chile.
Luego de la primera vuelta —con más o menos demora— las tiendas del "centro" fueron revelando a quiénes apoyarán, mientras los candidatos buscaron acercamientos con el Partido de la Gente, de Franco Parisi, luego que obtuviera casi 900 mil votos en la primera vuelta.
Por eso, la tarea no sólo fue intentar mantener ese 27,91% en el caso de Kast y el 25,83% que obtuvo Boric, sino que también apuntar al bolsón de votos que Parisi obtuvo mayoritariamente en el norte del país y a ese elector indeciso que promedia el 25% según las últimas encuestas.
Sin embargo, vuelve a surgir una interrogante respecto al "voto oculto", entendido como ese acto de algunas personas quienes frente a encuestas presenciales o telefónicas, o incluso en algunos contextos sociales, "les da vergüenza expresar su opinión y dicen apoyar al candidato menos polémico del que realmente apoyan", como sostiene Gonzalo Valdés, director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello.
Valdés agrega que si bien en las encuestas online se podría ver un mayor ejercicio de sinceridad por parte de los eventuales votantes, existe "otro tipo de sesgos", como por ejemplo, que existan menos datos en sectores rurales.
"Esto fue muy relevante frente a lo que pasó con con Parisi en el norte. A menos que los paneles hubieran tenido un foco especial en esas zonas, no se hubieran dado cuenta. A eso se sumó el efecto del voto oculto, donde quizás muchos no quisieron decir que efectivamente votarían por él, por temor a ser tildados de populistas o por su problema con las pensiones alimenticias", complementó.
Menos voto oculto, más indecisos
Para Cristián Valdivieso, director de Criteria, en primera vuelta no había mayormente voto oculto respecto a Boric o Kast, "y si hubiera existido, estaría dado por los candidatos que no estaban marcando en las encuestas, como Sebastián Sichel o Yasna Provoste y por lo tanto, eso era lo que no estábamos viendo".
Según su análisis, hasta ahora no se estaría observando voto oculto relevante en este balotaje, sino que más bien "estamos frente a una sobreintención en la declaración de votar".
Valdés mantiene una percepción similar. De hecho, cree que el voto indeciso tendrá en estas próximas elecciones una preponderancia mayor que el voto oculto, a raíz del carácter de la elección que se aleja de la costumbre de presentar cartas del "centro", ya sea izquierda o derecha. En otras palabras: "las opciones son tan diferentes, que es difícil que haya voto oculto".
Voto oculto: Kast vs Boric
"¿Qué es lo complejo o difícil de aceptar en el voto de Kast o Boric?", pregunta Eolo Díaz-Tendero, analista político de la Universidad de O'Higgins. "En el voto de Kast puede haber mayor posibilidad de voto oculto, puesto que hubo duros juicios a su programa, como la expulsión de extranjeros, cerrar ministerios, no reconocer el cambio climático, etc. Allí puede haber una mayor dificultad de reconocer públicamente que estoy de acuerdo con eso", explica.
El director de Criteria agrega que en el caso de Kast "quizás podría haber un voto oculto o una subrepresentación entre las mujeres. Pudiera pasar que se hayan molestado con la reacción machista o misógina que hubo en el entorno de Kast y por lo tanto se comenzaran a distanciar de él", dijo en alusión a los dichos del candidato Johannes Kaiser frente al voto femenino, quien debió renunciar al partido Republicanos tras la polémica.
"En la medida que las encuestas se empiecen a estrechar, esas mujeres que marcaban por Kast puedan volver a acercarse a él luego de sus intentos de poner fortalezas o moderación en un intento de afectar a los derechos de las mujeres", complementó.
En cuanto a Boric, Díaz-Tendero pone en duda que exista un voto oculto de manera tan evidente, sino que podría haber más distancia desde lo ideológico. Esto, porque "hay propuestas menos cuestionables o menos transgresoras de ciertos valores básicos de la sociedad".
Asimismo, cree que tampoco existe tanta probabilidad de un alto voto indeciso, puesto que ya cuenta con el apoyo de la ex Nueva Mayoría y en su nuevo relato hacia la segunda vuelta "ya no hay mucho camino nuevo que recorrer", sintetiza.
El rol del PDG
Otro fenómeno que se presenta en esta elección es lo que algunos analistas llaman el "efecto bisagra" de los votantes de Parisi. Esto, porque hasta ahora son la única fuerza política que logró casi una bancada en el Parlamento "y que, hasta ahora, no se ha decidido por apoyar a ninguno de los dos candidatos. En el fondo, están jugando el rol de partido del centro o bisagra", plantea el analista de la UNAB.
Esto, en el fondo, abre una balanza inclinada mayormente hacia el voto indeciso por sobre el oculto. Esto, hasta que Parisi exprese abiertamente a quién va a apoyar "y puede que lo haga o no, no lo sabemos aún", complementa Valdés.
Díaz-Tendero profundiza en que si el votante del PDG se ordena en el clivaje de 'los que estamos fuera de la política' versus los que están dentro, su indecisión es bastante importante".
