"Un ítem que no tiene precio, por todo el valor que ha significado, es nuestra secretaria". Esas fueron las palabras de la convencional Loreto Vidal (ind.) al finalizar la sesión de este martes de la comisión de Ética.
Luego vinieron los aplausos espontáneos de sus pares y la sonrisa de
Constanza Toro —la aludida funcionaria—, quien inmediatamente siguió revisando documentos, mientras los convencionales recogían sus cosas y se retiraban de la sala.
La escena es una muestra —como ha habido varias— de los
agradecimientos de los convencionales hacia los abogados secretarios de las comisiones y subcomisiones, quienes, si bien mantienen un perfil discreto, más de una vez han tenido que intervenir en las sesiones para explicar cuál sería la forma más adecuada de votar, proponer correcciones de redacción e incluso poner una cuota de realidad acerca de los plazos que se otorgan para el ingreso, discusión y votación de indicaciones.
Son diez profesionales, con experiencia en la Cámara de Diputados y el Senado, que están trabajando codo a codo con los convencionales y han debido multiplicar su trabajo para apoyar en las ocho comisiones transitorias y sus subcomisiones derivadas. Ellos son quienes, además de estar presentes en cada sesión, coordinan las salas, habilitan la plataforma Zoom para las citas telemáticas, agendan las sesiones, formalizan las citaciones para las audiencias públicas, reciben las indicaciones de los convencionales, elaboran documentos comparados e informes, entre otras labores.
Todo lo anterior ha significado que los abogados secretarios hayan adquirido un papel clave al interior de la Convención, donde con su experiencia han podido facilitar el trabajo de los constituyentes, quienes, mayoritariamente, no tenían un pasado en instituciones similares.
"Yo les transmito las prácticas, la experiencia, las formas del Parlamento tradicional y ellos escuchan, entienden, pero muchas veces no comparten porque tienen una dinámica distinta. Los tiempos para ellos son más cortos, las herramientas son básicamente tecnológicas", comenta Julián Saona, abogado secretario de la comisión de Reglamento.
Amaya Alvez (RD), una de las coordinadoras de dicha comisión, reconoce la importancia de tener a su lado a un profesional con experiencia: "Ha sido un apoyo sobre todo en llevar adelante la conversación. Cuando hay dudas en la forma de hacer las cosas, yo creo que nos ha dado buenos consejos y, además, ha sido muy cauto de no dar opiniones respecto del fondo (...). Él entiende más de la creación de la ley, de las fases cuando las personas van manifestando opiniones y a través de ellas se van construyendo indicaciones, y cómo se pueden realizar los comparados de las indicaciones, uno por uno".
Una de las coordinadoras de la comisión de Comunicaciones, Información y Transparencia, Loreto Vallejos (ind.), también valora la presencia del abogado secretario de esa instancia, quien antes se desempeñaba en la Cámara de Diputados. "Amamos a Carlos Cámara. Cada vez que puedo le doy aplausos en las sesiones (...). Generalmente le pedimos alguna opinión si tenemos dudas, por ejemplo, respecto de los oficios, si se pueden mandar y cómo los podemos redactar", dice.
Jornada intensa
El día de los secretarios parte temprano, mucho antes de llegar a la sede del ex-Congreso o al Palacio Pereira. "Con mis coordinadores parto wasapeando a las 7:00, con un senador no. Un senador espera a las 9:00 encontrarme en la oficina", comenta Saona.
Es un ritmo intenso. Las sesiones terminan, generalmente, entre las 18:00 y las 19:00 horas, pero los abogados siguen trabajando luego de ello recibiendo indicaciones, redactando informes o coordinando todo para la sesión del día siguiente hasta muy avanzada la noche.
Y debido a que el plazo para que las comisiones transitorias terminen su trabajo se cumple este fin de semana, durante los últimos días las sesiones han sido más largas, con más votaciones y documentos que preparar y cada vez es más común que los abogados tengan un tiempo acotado para almorzar o
incluso deban saltarse la colación para cumplir con dos sesiones diarias (mañana y tarde) e incluso citas durante los fines de semana.
Por ejemplo,
Cristián Contador, abogado secretario de la comisión de Derechos Humanos y sus subcomisiones, este lunes llegó al ex-Congreso pasadas las 9:00 horas, se fue a las 20:20 y solo paró de trabajar durante los 30 minutos que se tomó para almorzar.
Todo lo anterior ha impactado en la vida familiar de los profesionales. Recién el pasado viernes, después de varios días sin verse, Saona recibió la visita de su esposa, quien viajó desde Valparaíso y lo esperaba afuera del ex-Congreso mientras el abogado salía ya de noche.
La misma situación se repite entre los otros secretarios. "Él (Carlos Cámara) tiene a su familia allá (en Valparaíso) y venirse para acá implica para él un esfuerzo familiar, como para todos (...). Nos hemos reído y siempre le digo: 'Te debo un queque marmolado con chispas de chocolate' o 'nos vamos a tomar una cerveza'", relata Vallejos.
Igualmente, entre los secretarios comentan que se ha formado una relación de compañerismo y solidaridad, y una mayor comunicación entre ellos que, aseguran, no se da en el Congreso.
También roces
Los abogados, igualmente, han vivido momentos más tensos. Hace unas semanas, la coordinadora de la subcomisión de Normas Constitucionales, Bárbara Sepúlveda (PC), pidió al secretario de esa instancia, Rodrigo Pineda, abstenerse de hacer comentarios sobre el currículum de los convencionales después de que este destacara la experiencia y formación de Fernando Atria (ind. en cupo RD), quien había estado argumentando sobre los principios y lineamientos de la propuesta de reglamento.
Otro episodio se vivió este lunes en la comisión de Reglamento, cuando algunos convencionales urgieron por el informe de las discusiones de las subcomisiones, que todavía no estaba listo. Saona tomó la palabra y replicó: "Hasta aquí, hasta el viernes pasado, la secretaría ha estado compuesta por un funcionario, quien les dirige la palabra en este minuto. Este funcionario ha estado acompañando a la comisión y a las subcomisiones en sesiones diarias, a veces de doble jornada y en oportunidades bastante extensas. No ha habido tiempo de, además de producir el articulado, producir el informe que en todo caso está en elaboración y se va a hacer llegar".
Un secretario, que prefiere mantener su nombre en reserva, comenta que el trabajo no ha sido fácil y se declara exhausto no solo por el ritmo de trabajo, sino también por el carácter y forma de trabajo de algunos convencionales.
La tensión en las discusiones de las comisiones también alcanza a los abogados y la audiencia lo siente. Este martes, mientras sesionaba el pleno, en el chat de la transmisión del canal de YouTube de la Convención espontáneamente el público comenzó a elogiar la paciencia de la secretaria de Ética, Constanza Toro, quien ni siquiera estaba en cámara. La discusión los últimos días en esa instancia ha sido dura, y reconociendo ello, al cierre de esta edición los convencionales miembros organizaban una salida a la cual Toro estaría invitada.
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