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¿Cuántos y quiénes votarán?: Lo que se juega en el Plebiscito en términos de participación

Desde que se aprobó el voto voluntario, las elecciones no han convocado a más del 50% de los votantes habilitados. Las cifras del domingo podrían tanto verificar la "hipótesis ciudadana" del proceso constituyente, como aumentar la brecha socioeconómica de la votación.

22 de Octubre de 2020 | 16:06 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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El 7 de octubre, la Cámara de Diputados aprobaba por 137 votos a favor un proyecto de resolución para solicitar al Presidente Sebastián Piñera otorgar transporte público y gratuito para el Plebiscito de este domingo. "Hay mucha gente que, producto de la pandemia, se ha visto afectada económicamente, por lo que se entiende que los recursos que poseen están siendo utilizados para elementos de primera necesidad", explicaba el diputado DC, Iván Flores. "Es esta misma gente de origen humilde y trabajadora que requiere cambios con urgencia y sienten el deseo de votar".

La petición ya había sido, pero volvió al debate cuando los comandos por el Apruebo y la Convención Constitucional llegaron hasta La Moneda para entregar una carta con dos peticiones: reducir el toque de queda —lo cual se concretó esa misma jornada— y dar garantías de movilización gratuita para la población el día de las elecciones. Tras algunas declaraciones encontradas, el Gobierno finalmente anunció este miércoles que el 25 de octubre los viajes en Metro, Tren Central, Merval y Biotren serán gratuitos.

"Con voto voluntario, en general y sobre todo en Chile, tenemos evidencia de que existe un fuerte sesgo de clase en la votación, sobre todo en la Región Metropolitana", explica a Emol la académica del Instituto de Ciencias Sociales de la UDP, Carolina Garrido. "Es muy probable que la pandemia también haya tenido un efecto, porque la crisis sanitaria acentuó la crisis social y las desigualdades. Por eso se estaba pidiendo transporte gratuito: el efecto que tiene es que la gente de sectores vulnerables tenga más facilidades de votar", añade.

"Por eso también hubo tanta reacción cuando se dijo inicialmente que la gente tenía que ir sola al local de votación. Eso claramente afectaba a las mujeres, y sobre todo a las más pobres, que no tienen con quién dejar a sus niños y niñas. Por eso era importante tomar medidas pensando en la desigualdad en general. Yo creo que la pandemia nos afectó mucho y que va a afectar la participación electoral, porque afectó en cómo se hizo la campaña y la forma de hacer política", acota.

Y es que lo que se juega en el número de ciudadanos que lleguen a las urnas el domingo son varias cosas: desde la percepción de la representatividad del Plebiscito, pasando por la traducción de los anhelos de los manifestantes a dicha vía institucional, hasta el desenlace de un posible texto constitucional a redactar.

Un indicador a la baja


La participación es un tema que ha sido presentado como una prioridad desde La Moneda. El 19 de octubre, un día después de la conmemoración del primer año del estallido, fue el propio Mandatario quien lo dijo: "Tengo plena confianza en que el próximo domingo los chilenos vamos a dar una demostración de nuestro espíritu y alma democrática. Sé que algunos grupos minoritarios van a intentar entorpecer o ensuciar ese proceso. No se lo vamos a permitir", dijo, y llamó "a todos y cada uno de nuestros compatriotas a participar y a votar". "Todas las posiciones y opiniones cuentan y son importantes en una democracia", dijo.

Se trataba de una meta autoimpuesta desde antes de la llegada de la pandemia. Ya en febrero, La Moneda se proponía "superar la participación de la presidencial". Esta semana, el vocero de Gobierno, ministro Jaime Bellolio, aseguró que espera que la participación sea "la más alta posible". "Esa es nuestra meta", afirmó. Por estos días, existe preocupación en torno a los hechos que puedan desincentivar la concurrencia a las urnas ese mismo día, como los posibles actos violentos o la asistencia de contagiados, según pudo saber Emol. También se piensa en la forma de comunicarlos para que no surtan ese efecto. .

En Chile, la participación en los procesos electorales ha ido a la baja desde que se promulgó el voto voluntario en 2012. Si en las municipales de 2008 votó el 85,81% del padrón electoral, en las de 2016 participó un 34,89%. En tanto, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2009 sufragó un 87,66% de los habilitados, mientras que en 2017 fue de un 49,02%.

"La participación es la gran variable", asegura a Emol el consultor en comunicación corporativa, Carlos Correa. "Este es un proceso inédito, que además se atribuye a sí mismo —o al menos lo hacen quienes firmaron el acuerdo de octubre— que está respondiendo a una demanda ciudadana. Entonces, si vota poca gente, ese relato tiene un problema", explica. A su juicio, es estándar serán los poco más de 7 millones de votantes que participaron en las presidenciales del 2017, correspondientes a un 49% del patrón. "Si el número es más bajo, la hipótesis ciudadana sería un problema", agrega.

Para el director del Centro de Análisis Político de la U. de Talca, Mauricio Morales, el concepto de participación "se manosea mucho, confundiéndolo con legitimidad". "Le estamos exigiendo al Plebiscito que llegue a un nivel de participación del 70% en circunstancias que desde 2012 nunca hemos llegado siquiera al 50%", dijo en EmolTV. A su juicio, preocupa más la composición del grupo que vote que el número total de participantes.

La forma de la participación


"En términos territoriales, la participación electoral en Chile tiene una especia de forma de U invertida: tenemos bajos niveles de participación en el extremo norte y en el extremo sur, y altos niveles de participación en el centro, desde Coquimbo hasta el Biobío, pero particularmente en las regiones de O'Higgins y el Maule", explicó Morales.

Para él, el gran temor de cara al Plebiscito es que "termine siendo una decisión más ABC1 que una decisión popular". "El miedo al contagio y a la violencia no se distribuye aleatoriamente en la población, afecta más a unas personas que a otras", explicó. "Si La Pintana vota la mitad de lo que vota Las Condes, con virus y con miedo a la violencia, probablemente la brecha entre la participación de Las Condes y La Pintana aumente, generando un proceso constituyente más ABC1".

"Si La Pintana vota la mitad de lo que vota Las Condes, con virus y con miedo a la violencia, probablemente la brecha entre la participación de Las Condes y La Pintana aumente, generando un proceso constituyente más ABC1"

Mauricio Morales
A su juicio, el peligro es que se repita lo que se evidenció durante el proceso constituyente impulsado por la ex Presidenta Michelle Bachelet. "Fueron buenas iniciativas desde el punto de vista de escuchar a la ciudadanía, pero era 16 veces más probable que Providencia tuviese un encuentro local autoconvocado a que lo tuviese San Ramón o La Pintana", expuso.

Por eso Morales asegura que le interesa más la composición de la participación que el nivel de participación". "Que, al menos, disminuya la brecha entre comunas ricas y más pobres. Creo que esa va a ser un punto relevante para saber si este proceso constituyente realmente está fincado en la ciudadanía más popular o si solamente es una discusión que elaboró la élite y que en realidad no alcanzó a bajar", concluyó.

Para Correa, además, la participación será importante debido al hecho de que el Plebiscito ratificatorio de un texto constitucional, que tendrá lugar en dos años más si este domingo se impone el Apruebo, sí tendrá carácter obligatorio. "Si el 25 de octubre vota menos del 50% del padrón, vamos a tener un Plebiscito de salida muy misterioso. Si vota menos del 40%, se pone peligroso, porque si no se aprueba el Plebiscito de Salida y el texto constitucional pierde, aquí no ha pasado nada y sigue la Constitución del 80", cierra.
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