Una realidad totalmente distinta a la del continente es la que están viviendo en estos días en Rapa Nui, una de las 44 comunas de Chile que están libres de covid-19 y en donde más allá de la restricción de ingreso que mantienen y la caída del turismo, ya están atravesando una normalidad que por ahora se ve lejana en otras zonas del país.
De hecho, dentro de las próximas semanas, las autoridades locales -en conjunto con el Mineduc- determinaron el regreso de los niños y jóvenes a clases y a partir de este mes decidieron el regreso gradual de sus distintas actividades económicas y sociales, aunque siempre resguardando las medidas sanitarias.
En ese contexto, el alcalde de Rapa Nui,
Pedro Edmunds, conversó con
Emol sobre las claves que permitieron a la isla superar la pandemia, destacando entre ellas el cierre temprano de sus fronteras y el compromiso de su gente con el tapu, concepto sagrado y ancestral que llama a sus vecinos a cuidarse y obedecer las reglas.
Al respecto, el edil aseguró que "la principal razón es la decisión que tomamos de cerrar la isla. En marzo y hasta ahora, el Ministerio de Salud nunca quiso dialogar con nosotros, entonces decidimos cerrarla. Posteriormente, cuando el otrora ministro se enteró que aquí había cinco casos, decidió decretar cuarentena".
"Pero esa cuarentena duró dos semanas y nosotros estimamos que no era suficiente, porque la ciencia nos dice que el proceso del virus en una persona es más allá de 15 días, ahí recién uno puede decir que está seguro de no contagiarse. Por eso nos molestamos muchísimo cuando la levantó repentinamente y sin avisarnos", añadió.
Ante esa situación, el jefe comunal recordó que "al día siguiente, salí a la radio local y llamé a mi comunidad a un concepto ancestral nuestro, porque en acá somos campeones para invocar conceptos que todo el mundo entiende y obedece. Ese concepto se llama tapu, que es una orden sagrada, como si viniera de Dios mismo".
"Y, como la cultura polinésica venera a sus ancestros, al más allá, entiende que cuando se invoca viene también con el respaldo de esos ancestros y dioses.
Por eso cuando invoqué el tapu entre el 26 de marzo y el 31 de mayo para descartar toda posibilidad de contagio en la isla,
la comunidad entera obedeció", indicó.
Según Edmunds, esa orden sagrada implicó que se estableciera "medio día de trabajo en el comercio esencial, que todo el mundo se fuera a la casa y, además, a distancia, armamos un puente sanitario, psicológico y alimenticio en toda la isla entre la municipalidad y la gente. Eso mantuvo a la gente quieta hasta el 31 de mayo".
En esa línea, la autoridad recomendó a las ciudades que están sufriendo a "entrar a un tapu, no hay otra forma (…) por lo tanto, se debe obedecer a las instrucciones. Aquí la ciudadanía no son los médicos o científicos, las autoridades que elegimos son las que tienen que liderar y nos están dando instrucciones, hay que escucharlos".
Asimismo, expresó su preocupación por la capital. "Necesitamos urgente que sanen, hago un llamado desde Rapa Nui al tapu en Santiago, que está rebelde. Hay que obedecer, es clave la confianza en las autoridades y en esta situación mi recomendación al Presidente Piñera es que haga caso a los alcaldes, la clave está ahí".
Regreso a clases y vida post coronavirus
El hecho de no tener contagios desde hace meses permitió a las autoridades locales programar el regreso a clases, lo cual fue anunciado el 1 de junio pasado. Al respecto, Edmunds recordó que envió un oficio al ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, para pedir que se evaluara el retorno a los colegios, pero nunca tuvo respuesta.
Pese a ello, comentó que "igual seguimos trabajando en un protocolo, teniendo fe de que en algún momento íbamos a tener la autorización. Y se fijó para ayer volver a clases, con el buen trabajo y comunicación que hemos tenido con el ministro de Educación, Raúl Figueroa, y su equipo, avanzamos rápidamente a la decisión".
No obstante, el alcalde reconoció que los apoderados de la isla le pidieron que se postergara el regreso hasta el 1 de julio. "Entonces, decidimos definitivamente volver a clases en la educación media ese día, la educación básica el 8 de julio y la parvularia el 15 de julio,
por una razón de sanidad mental de los niños".
"Esa es la razón principal por la que no esperamos al resto del país. También hicimos probar el protocolo y quizás vamos a ser los primeros en llevarlo al éxito", explicó, junto con detallar que dicho plan "habla de distanciamiento físico dentro del aula y una modalidad de impartir clases en forma gradual a cada curso".
Para que todos los alumnos tengan clases, el jefe comunal sostuvo que éstas se harán "en horarios distintos, dentro de las 8 horas de trabajo del docente. La palabra clave aquí es gradualidad, porque los que no quieran ir a clase presencial pueden seguir de la forma en que ahora están, vía tutoría web. Vamos a tener todas las opciones".
En tanto, sobre el impacto que ha tenido las restricciones de la pandemia sobre Rapa Nui, la autoridad reconoció que "claramente hay un antes y un después", destacando que si bien hay cierta falta de abastecimiento, han podido hacer frente a ese problema aplicando otro concepto ancestral.
"Estamos en un periodo de autosustentabilidad increíble, al punto que no hemos pedido ni una canasta a nadie, es muy poco lo que se necesita".
Pedro Edmunds, alcalde de Rapa Nui
"Lo que hicimos fue bajar estrategias que hace rato las veníamos trabajando en un plan que se llama
Plan Amor, que tiene como eje la autosustentabilidad (…) ese plan está instalado hace 8 años y es a 20 años. Entonces, lo que hicimos fue aplicar el plan y nos está yendo estupendamente bien", aseguró.
Según el edil, hoy en día están "en un periodo de autosustentabilidad increíble, al punto que no hemos pedido ni una canasta a nadie, es muy poco lo que se necesita. El periodo anterior se llamaba Tapu, y en el que estamos ahora se llama Umanga, que significa en Rapa Nui yo te tiendo la mano y tu me tiendes la tuya".
"Por ejemplo, si yo tengo abundancia de tubérculos y tu tienes abundancia de peces, yo te doy tubérculos y tú me das peces. Los que más tienen están en la calle colaborando con los que menos tienen, esa costumbre es polinésica, está aquí y está funcionando", destacó.
Finalmente, sobre los efectos del cierre del turismo, el edil admite que esa actividad "hoy no existe. Por lo tanto, una vez que se levante el estado de excepción, la isla va a caer en una suerte de pobreza y dificultad inconmensurable. Por eso me llama la atención el silencio de los ingenieros de Piñera, que no han llamado para ver ese futuro y planificarlo para que no suframos".
