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"Vino mucho arrepentido": Vacunatorios reciben a padres "antivacuna" frente a amenaza por coronavirus

Entre quienes acudieron este año a inocularse contra la influenza, los centros de salud capitalinos pesquisaron casos de niños con sus vacunas atrasadas, que iban a ponerse al día con las dosis.

26 de Mayo de 2020 | 08:01 | Por Natacha Ramírez, Emol
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En Chile, más que ser "totalmente antivacuna", hay muchos que "se relajan y se atrasan" y otros que "se ponen algunas y otras no", comentan en los vacunatorios.

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SANTIAGO.- Entre las miles de personas que llegaron en masa este año a vacunarse contra la influenza, había padres que nunca antes habían inmunizado a sus hijos o estaban atrasados con las dosis. El temor al nuevo coronavirus, que en marzo ya golpeaba con fuerza a otros países, llevó a algunos que eran "antivacuna" y a otros que simplemente se habían "relajado" con el tema, a cambiar de parecer y acudir a los centros de salud a inocular a sus niños.

Así lo advirtieron en varios vacunatorios de la capital, como en el de la Clínica Universidad de Los Andes. La infectóloga María Luz Endeiza, jefa de la unidad, comenta a Emol que "en general, la gente que es totalmente antivacuna en Chile es poca, pero hay gente que se relaja, que se atrasa, y ahora vinieron todos súper puntuales, se notó mucho que llegó gente que no venía nunca".

Explica que lo que ocurre acá es que "más que no ponerse ninguna (vacuna), se ponen algunas sí, otras no, porque no sé qué les baja, le tienen más susto a unas que a otras; una de las que le tienen más susto es la del sarampión. Vimos niños de 4 años que la última dosis que tenían era de los 4 meses; entonces venían con carnet atrasado o incompleto y se venían a poner al día, se ponían la influenza y las otras que tenían pendientes".

"Vino mucho arrepentido, y tú lo recibes con los brazos abiertos, como el hijo pródigo, porque la mayoría no es que de verdad crean que las vacunas son tan malas, sino que han escuchado tanta cosa que, ante la duda, prefieren abstenerse. Y mientras no pasa nada, está todo bien, el problema es cuando llegan los virus, ahí dicen 'chuta, parece que sí había que vacunarse'"

María Luz Endeiza, jefa vacunatorio Clínica Universidad de Los Andes
La Dra. Endeiza afirma que "vino mucho arrepentido, y tú lo recibes con los brazos abiertos, como el hijo pródigo, porque en general la mayoría de la gente no son personas que de verdad crean que las vacunas son tan malas, sino que tiene miedo, que ha escuchado tanta cosa que no sabe qué hacer, y ante la duda prefieren abstenerse. Y mientras no pasa nada, está todo bien, el problema es cuando llegan los virus, entonces ahí dicen 'chuta, parece que sí había que vacunarse', y ahí vienen".

En el vacunatorio de la Clínica Santa María también se observó el mismo fenómeno. Sandra Ponce, enfermera de ese recinto, comenta que cuando "hubo todo ese furor –cuando la gente, yo creo que inconscientemente, pensó que vacunándose contra influenza iba a prevenir el coronavirus–, ahí uno pesquisó mucho niño que por primera vez se ponía vacuna de influenza, y ahí uno aprovecha esa oportunidad de ponerlos al día con el resto de las vacunas que les faltan".

Cuenta que lo que más se ve son "papás que les ponen todas las (vacunas) del calendario, pero influenza no". "No sé por qué hay como una cierta reticencia a la influenza, creen que se inyecta el virus, y no es así, es una vacuna inactivada, a veces provoca efectos secundarios, un día de malestar, en el 10% de los pacientes, y los papás dicen 'ven, se resfrío, porque le metieron el virus', pero es un mito", remarca.

Mamá vacunó por primera ves a hija de 8 años contra influenza


Claudia Sepúlveda (35) es mamá de dos niñas, de 4 y 8 años, y junto al padre tomaron la decisión de "tratar de no ponerles ninguna vacuna", debido a la "desconfianza" que les generan, tanto por temor a que puedan provocar autismo y por "no saber bien qué virus les están inyectando".

Finalmente, y debido a la insistencia del pediatra, dice que terminaron administrándoles las del Programa Nacional de Inmunización. "No les hemos puesto ninguna vacuna complementaria; no les pusimos la del rotavirus, la varicela, tampoco la influenza, el pediatra lleva ocho años diciéndonos que le pongamos la influenza (...) A la mayor, las del año y medio se las puse recién a los dos años, y me retaron bastante; y una vez les dio varicela, pero suave", comenta.

Pese a su resistencia a las vacunas, este año decidieron inocular por primera vez a las dos niñas contra la influenza. "Decidimos ponerla un poco por precaución, porque no se fueran a juntar los dos virus (influenza y coronavirus)", explica Claudia.

Comenta que, cuando llevó a sus niñas, "en el vacunatorio nos acogieron bien; no fue para nada hostil ni nada por el estilo, pero sí nos hicieron la recomendación y las consecuencias que podría tener no vacunarse". Por ser la primera vez, las niñas necesitaban recibir dos dosis, pero dice que aún no les han puesto la de refuerzo, ya que lo están "evaluando".

El "trabajo de relojería" para intentar "recuperar" a los pacientes


Cuando llegan al vacunatorio niños sin sus dosis al día, se les hace un plan de vacunación especial, ya que usualmente no se pueden poner todas al mismo tiempo. "A veces, como son muchas las que están atrasadas, hay que armar un esquema de puesta al día, cuando necesitas muchos refuerzos no puedo poner todos hoy mismo, hay vacunas que se ponen cada dos meses y uno puede hacer intervalos más cortos; o si está atrasado en seis, tampoco le voy a dar seis pinchazos al niño juntos", señala la Dra. Endeiza.

Pero además de esas precauciones, comenta que "uno tiene que ser muy cuidadoso" con quienes llegan a ponerse al día, "porque si tú a la persona la retas, viene a ésta, pero a lo mejor no viene a las dosis siguientes porque la pasó mal; entonces ahí hay un trabajo como de relojería fina. De repente te inventan mil excusas y da lo mismo, ahí uno les dice 'no se preocupe, vamos a empezar a ponerse al día'. Uno trata más de recuperarlo que de retarlo".

"Uno sabe que con esas mamás tiene que darse el tiempo de educarlas, de acogerlas, de que todo ande bien, de que todo fluya, porque ellas están muy pendientes de que el niño no sufra, no quieren que sea traumático, que le duela, entonces uno tiene que hacer una serie de concesiones"

Sandra Ponce, enfermera vacunatorio Clínica Santa María
Algo similar comenta Sandra Ponce, de la Clínica Santa María. Dice que "uno sabe que con esas mamás tiene que darse el tiempo de educarlas, de acogerlas, de que todo ande bien, de que todo fluya, porque ellas están muy pendientes de que el niño no sufra, no quieren que sea traumático, que le duela, entonces uno tiene que hacer una serie de concesiones".

La Dra. Endeiza señala que también les tratan de hacer ver a los padres que su hijo "no lo pasó peor (sin vacunas) gracias a que la cobertura en Chile es buena, y que 'lo protegieron los compañeros que sí están vacunados, no porque él sea un súper niño', pero si todos empiezan a hacer lo mismo, enseguida empieza el brote". "La gran gracia de las vacunas no es solo protegerte a ti en forma individual, sino que a nivel población y para eso se necesitan coberturas altas", subraya.

Si bien la campaña de vacunación contra la influenza concluyó el pasado 15 de mayo, en los distintos vacunatorios del país se continúan poniendo las segundas dosis contra el virus.
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