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El "No" se articula: El peso que podría tener en el proceso constituyente la opción que rechaza una nueva Carta Magna

Dentro de Chile Vamos, hay quienes creen que un 35% de la población "como mínimo" se encargará de votar en contra. A lo que apuestan es a obtener más de un tercio de los constituyentes, lo que dificultaría la toma de acuerdos.

28 de Diciembre de 2019 | 15:08 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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La bancada de la UDI se ha manifestado contraria a la idea de una nueva Constitución.

La Segunda
SANTIAGO.- Hasta ahora, las encuestas han mostrado una tendencia clara. Según la última Cadem, un 86% de la población está convencida de que Chile necesita una nueva Constitución. En la medición más reciente de Criteria, el porcentaje de respaldo alcanza un 72%. Pero a pesar de los números, en un sector de Chile Vamos avanza la idea de que no todo está dicho todavía.

El plebiscito que preguntará a la ciudadanía si aprueba o desaprueba la idea de redactar una nueva Carta Magna tendrá lugar el 26 de abril de 2020 y para esa instancia, dentro del conglomerado, algunas cosas están claras. La primera, que la UDI votará en contra de la idea. "Vamos a trabajar por el No", aseguró la presidenta del partido, Jacqueline Van Rysselberghe, esta semana en Mega.

También está claro dentro de RN que existe más de una corriente: quienes harán campaña por el Sí, como los diputados Marcela Sabat y Andrés Longton; quienes se mantendrán neutros, como el timonel de la tienda, Mario Desbordes; y quienes abogarán por el No, como los diputados Camila Flores y Diego Schalper.

Estos últimos tienen una diferencia con quienes perseguirán el mismo fin desde la UDI: promoverán el rechazo a una nueva Constitución, pero pensando en que la opción mayoritaria será la de aprobarla. En la instancia posterior, entonces, procurarán defender lo más posible la actual Carta Fundamental. El lema, dicen, es "rechazar para reformar".

"Yo creo que el piso del No es un 35%", asegura a Emol el diputado Schalper. "Estoy sorprendido de la cantidad de gente que ejerce liderazgo en el mundo social y que ha tomado contacto conmigo porque tiene ganas de salir a decir que está por rechazar para reformar", agrega. "Yo creo que podemos dar una sorpresa".

La expectativas del "Desapruebo"


"Soy de los que creen que si aquí logramos transmitir que el No no es sinónimo de inmovilismo, sino de no comprarnos esta 'hoja en blanco' —que es una ruta incierta, costosa y además bastante poco dialogante—, yo creo que se puede dar una sorpresa. Siempre me acuerdo de la experiencia del Brexit, donde muy pocos decían que iba a ganar la opción que finalmente ganó. La gente moderada en Chile puede sorprender el 26 de abril", señala Schalper.

Para él, ese 35% que calcula es un "piso mínimo", que podría crecer. "Nosotros tenemos la expectativa de que gane el rechazo, porque la gente ya está empezando a darse cuenta de cómo viene ese camino pedregoso, pero si no llega a ser así, yo creo que el equilibrio va a ser bastante fuerte y eso habla de una buena noticia para Chile", añade.

"Nosotros tenemos la expectativa de que gane el rechazo, porque la gente ya está empezando a darse cuenta de cómo viene ese camino pedregoso, pero si no llega a ser así, yo creo que el equilibrio va a ser bastante fuerte y eso habla de una buena noticia para Chile"

Diego Schalper
Es positiva, a su juicio, porque demostraría que "mientras más equilibradas sean las fuerzas, más razonada va a ser la conversación". "Nosotros aspiramos a que aquí ojalá haya un diálogo, y no un monólogo", dice. El "No" de RN, asegura, será un colaboración con "la moderación", algo que, espera, puedan defender en el órgano constituyente.

Y es que la apuesta de un sector de Chile Vamos es esa: convertir el anhelo por resguardar la Constitución primero en un alto porcentaje de rechazo, y luego en un significativo número de constituyentes. Lo mínimo, para el bloque, sería alcanzar un tercio del total, algo que volvería más difícil la llegada a consensos debido al quórum de 2/3 establecido para la instancia.

Pero la politóloga y académica de la U. Diego Portales, Carolina Garrido, hace una advertencia: ambas elecciones son distintas. "Una cosa es el plebiscito y cuánto porcentaje van a obtener dos opciones que son binarias, y otra es cómo va a quedar compuesta la convención constituyente. Eso va a depender mucho del sistema electoral y del ambiente político, no es que una desencadene en un 100% lo otro", asegura. Sin embargo, dice, el panorama no está cerrado.

Una elección que se podría apretar

"Efectivamente las encuestas han mostrado datos abrumadores a favor de que la gente quiere una nueva Constitución, pero a mí me parece un error creer que eso significa que la opción 'Apruebo' va a obtener un 90% de respaldo. No tengo muchas dudas de que vaya a ganar esa opción, pero me imagino que la UDI entera y parte de RN van a hacer campaña por el 'No', y eso va a tener un efecto", asegura Garrido.

En base al comportamiento del electorado chileno con voto voluntario, la académica cree que la victoria del "Sí" no va a ser "abrumadora". "¿Es eso relevante? Desde mi punto de vista, no tanto. Las elecciones se ganan por un voto. Creo que no le quita legitimidad a la victoria de cualquiera de las dos opciones si esa victoria es apretada, simplemente está diciendo que la elección fue competitiva. Más allá de eso, el resultado es legítimo", comenta.

"Es probable que, si el resultado del plebiscito es estrecho, probablemente la derecha va a sacar un tercio de constituyentes. Yo no la veo, por debilitada que esté, obteniendo menos que eso"

Carolina Garrido
A pesar de que ambas elecciones tienen naturalezas distintas, sí ve cierta implicancia de una en la otra, aunque no total. "Si bien no es una relación directa, es probable que si el resultado del plebiscito es estrecho —y asumiendo que la derecha va a hacer campaña para que sus ideas estén en la Constitución— entonces yo no tendría por qué creer que van a sacar un 10% o bajo un 15% de los constituyentes. Probablemente van a sacar un tercio. Yo no veo a la derecha, por debilitada que esté, obteniendo menos que eso", dice.

Garrido menciona, además, otro factor: el sistema electoral proporcional, que premia a las listas más fuertes por sobre los candidatos individuales. "Si la derecha va unida y la izquierda fragmentada, es probable que la derecha obtenga algunos escaños más", relata la académica.

La politóloga hace también un comentario general: Chile, asegura, "no es un país de izquierda ni un país de derecha". "Es cosa de ver los resultados de las elecciones", comenta. "Independiente de qué tan apretada esté la composición de la constituyente, no creo que ni la oposición ni el oficialismo logren tener más de 2/3. Tendrán que llegar a un acuerdo sí o sí", adelanta.

La tesis del mundo político a prueba

Otra duda que se despejará con los resultados del plebiscito es si el mundo político acertó a las demandas del movimiento al jugarse por una nueva Constitución. Cuando las protestas estaban en su punto más álgido, partidos de todo el espectro político lograron la histórica negociación para habilitar el proceso constituyente, respondiendo a lo que interpretaron como la principal prioridad de la ciudadanía.

"La gente, cuando sale a la calle, sale por razones diferentes, y la verdad es que no sabemos bien por qué sale a la calle", explica la académica del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile, Claudia Heiss. "Creo que hay una ilusión en algunas personas de que entienden perfectamente lo que está demandando la ciudadanía, y creo que es súper importante no ceder a esa ilusión y entender que la movilización es compleja", agrega.

"Cada uno dice 'yo sé lo que el pueblo quiere' y tiene su versión, pero en el fondo todos creen que la gente quiere lo que uno mismo quiere, y es importante, en un proceso como el que estamos viviendo hoy día, ser generosos y que cada sector político no se arrogue la representatividad del conjunto"

Claudia Heiss
"Cada uno dice 'yo sé lo que el pueblo quiere' y tiene su versión, pero en el fondo todos creen que la gente quiere lo que uno mismo quiere, y es importante, en un proceso como el que estamos viviendo hoy día, ser generosos y que cada sector político no se arrogue la representatividad del conjunto, porque la globalidad es compleja, es heterogénea y es plural", añade Heiss.

Para Garrido, los análisis se deben hacer con respecto a cada momento. "Para mí, un resultado apretado no necesariamente quiere decir que no se interpretó bien a la gente que se estaba manifestando, sino que puede deberse a muchos factores. Yo no sé qué cosas políticas, sociales o económicas puedan pasar de aquí a abril que puedan impactar en el resultado", expone.

"En el momento del acuerdo, no solo estaba la demanda de la gente, sino que una de las pocas herramientas de data que había a la mano eran las encuestas, y mencionaban que una nueva Constitución no era solo un tema de izquierda y que incluso gente que se identifica como de derecha tenía una alta adhesión", concluye. "Hay muchas cosas que pueden hacer que la victoria del 'Apruebo' no sea tan abrumadora, pero eso no quiere decir que se leyó mal lo que quería la gente".
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