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Las increíbles historias de las cuatro ganadoras del premio "Nobel de la enseñanza"

Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Palestina son los países donde las docentes reconocidas por el Global Teacher Prize dejaron una huella imborrable entre sus alumnos gracias a sus métodos educativos.

19 de Julio de 2018 | 11:40 | Redactado por Diego Almazabar, Emol
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De izquierda a Derecha: Nancie Atwell, Hanan Al Hroub, Maggie MacDonnell y Andria Zarirakou.

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SANTIAGO.- Cuatro profesoras de distintas partes del mundo han sido las ganadoras del Global Teacher Prize, un premio conocido como el "Nobel de la enseñanza" que se entrega al docente más destacado.

Se trata de un grupo de mujeres que gracias a sus métodos de enseñanza mejoraron la vida de sus estudiantes, y que ahora son reconocidas a nivel internacional por su dedicación.

Para esta nueva edición, un chileno o chilena puede ser el próximo ganador del Global Teacher Prize, ya que hasta el 29 de julio se encuentra abierta la convocatoria para postular a un docente al premio.

Así, su historia dedicada a la enseñanza puede servir de inspiración para otros, tal como lo hicieron estas cuatro profesoras.

2015: Nancie Atwell, Estados Unidos


Por "representar todo lo que hace a alguien ser un excelente maestro" y por su "constante innovación en sus más de 40 años de enseñanza tratando de formar ciudadanos del mundo en el aula", la Fundación Varkey definió que la estadounidense Nancie Atwell fuera la primera ganadora de este certamen internacional.

Profesora de inglés, Atwell es una eminencia en el ámbito de la enseñanza: escribió nueve libros sobre educación -el más conocido es In The Middle, con más de un millón de copias vendidas- y se ha convertido en un ejemplo a seguir para muchos docentes, que año a año la visitan para pedirle consejos.

"He aprendido y sigo aprendiendo cómo hacer que una escuela sea un lugar de felicidad y sabiduría para mis estudiantes y para mí"

Nancie Atwell
Toda la dedicación y talento de Atwell se concentran en el Center for Teaching de Maine, escuela que fundó en 1990 en la zona rural de Edgecomb. En ese lugar difunde sus exitosos métodos de enseñanza, los que se basan en una herramienta simple pero poderosa: la lectura.

Y es que su pasión por la literatura es su principal herramienta educativa, por eso en cada sala de clases hay un estante lleno de textos, donde cada alumno puede escoger el que quiera para empezar a leer. De hecho, ha logrado que los niños lean un promedio de 40 libros al año.

De esta manera, en el colegio se realizan talleres de lectura y los alumnos van conociendo distintas culturas. "He aprendido y sigo aprendiendo cómo hacer que una escuela sea un lugar de felicidad y sabiduría para mis estudiantes y para mí", señaló en su discurso.

2016: Hanan Al Hroub, Palestina


Para la edición 2016 del premio, el Papa Francisco, a través de una videoconferencia, anunció como ganadora a Hanan Al Hroub, una profesora palestina de una escuela pública de la localidad de Al Bireh, en Ramala.

La docente, que hace clases a alumnos de 6 a 10 años, se ganó este reconocimiento por un método de enseñanza inspirado en que los niños aprendan a partir del juego, algo que generó buenos resultados, en una comunidad que vive bajo la tensión del histórico conflicto entre Palestina e Israel.

"Como profesores podemos dar una moral y unos valores a la gente joven para asegurar un mundo más justo, más bello y más libre"

Hanan Al Hroub
"Un niño tiene derecho a jugar y parte de la educación es enseñar a jugar a los chicos, porque uno aprende a ser social en el juego, uno aprende la alegría de la vida", señaló el Papa en la ceremonia, destacando los valores de la docente y su empeño por hacer de la sala de clase un lugar más seguro.

Tras el premio, Al Hroub se convirtió en un personaje influyente en temas de educación y publicó su libro Nosotros Jugamos, Nosotros Aprendemos, donde predica sobre la importancia de enseñar jugando, algo que quedó reflejado cuando aceptó el premio: "Como profesores podemos dar una moral y unos valores a la gente joven para asegurar un mundo más justo, más bello y más libre".

2017: Maggie MacDonnell, Canadá


Salluit es una villa ubicada en el extremo norte de Canadá. Tiene alrededor de mil 300 habitantes, y las temperaturas a veces llegan hasta los -20 grados Celsius.

Es un lugar aislado, con días cortos y noches largas, al cual no se puede llegar por tierra. Y los que más sufren son los jóvenes, que terminan cayendo en la desesperación; incluyendo altas tasas de criminalidad y consumo de alcohol y drogas.

Ayudar a la comunidad joven de Salluit es uno de los principales propósitos de Maggie MacDonnell, profesora del Ikusik School y la ganadora del "Nobel" de Educación en 2017.

En estas tierras árticas donde el 90% de la población son de la etnia inuit, la canadiense definió que para motivar a sus estudiantes utilizaría la vida sana y el deporte. Así fue como desarrolló un programa de habilidades blandas, un programa de alimentación con snacks saludables, y un club de running donde diariamente entrena a sus alumnos para correr maratones.

La docente ya contaba con un historial marcado por ayudar a los demás: A los 21 años se fue a Botswana para trabajar con niños huérfanos con sida. Después estuvo en Tanzania , donde creó un programa de deportes para refugiados del Congo y Burundi. Experiencias que después serían claves cuando decidió ir a mejorar la vida de los jóvenes en el ártico canadiense.

2018: Andria Zafirakou, Gran Bretaña


La última ganadora del Global Teacher Prize es Andria Zafirakou, una profesora británica que realiza clases de arte en el Alperton Community School de Londres.

Zafirakou fue destacada por su trabajo en un colegio ubicado en un barrio con problemas de droga y delincuencia, donde la mayoría de los alumnos son migrantes. Ante ese escenario, buscó que los alumnos se sintieran cómodos y entre sus iniciativas decidió iniciar las clases con el saludo básico en 35 idiomas.

Asimismo, en diez años como profesora del establecimiento también formó un club de boxeo y un equipo de cricket solo para mujeres; además del primer coro escolar somalí de la ciudad.

La docente estuvo en Chile hace algunas semanas para dar inicio a la convocatoria para nominar a un profesor al premio. "Es una gran oportunidad para celebrar el poder, la belleza y la importancia de la profesión de profesor a través de la comunidad chileno. Estoy encantada de estar aquí y apoyar esto, porque yo sinceramente creo que los profesores pueden cambiar vida", señaló en aquella oportunidad.
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