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Papa a obispos chilenos: "La remoción de personas no alcanza" para reparar "escándalo" por abusos sexuales

En un documento de diez carillas, que se entregó en la primera reunión con los sacerdotes, el Sumo Pontífice realizó fuertes críticas a la Iglesia Chilena por su rol en la falta de atención a las víctimas del caso Karadima.

17 de Mayo de 2018 | 21:36 | Redactado por Leonardo Núñez, Emol
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SANTIAGO.- En un documento de diez carillas, que entregó el pasado martes 15 de mayo a los 34 obispos chilenos a los que citó al Vaticano, el Papa Francisco realizó fuertes críticas a los líderes de la iglesia Católica en Chile por su inacción en las denuncias de abusos a menores por parte de integrantes de la orden, entre ellos el ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima.

"La remoción de personas no alcanza" para reparar el "escándalo", señala en el documento el Sumo Pontífice.

El texto reservado, al que accedió T13, fue entregado por el propio Papa a los religiosos en la primera reunión que sostuvo con ellos en Roma, instándolos a reflexionar sobre lo sucedido, pues ha producido una "herida abierta, dolorosa" y que "ha sido tratada con una medicina que, lejos de curar, parece haberla ahondado más en su espesura y dolor".

"Abuso de poder"


En esa línea, Francisco señala: "Duele constatar que, en este último periodo de la historia de la Iglesia chilena, esta inspiración profética perdió fuerza para dar lugar a lo que podríamos denominar una transformación en su centro", y agrega que la Iglesia chilena "se ensimismó de tal forma que las consecuencias de todo este proceso tuvieron un precio muy elevado: su pecado se volvió el centro de atención".

"La dolorosa y vergonzosa constatación de abusos sexuales a menores, de abusos de poder y de conciencia por parte de ministros de la Iglesia, así como la forma en que estas situaciones han sido abordadas, deja en evidencia este 'cambio de centro eclesial".

Sobre los informes del arzobispo de Malta, Charles Scicluna, que estuvo durante febrero en Chile recopilando antecedentes sobre las denuncias de encubrimiento en contra del obispo de Osorno, Juan Barros, en el marco del caso Karadima, Francisco sostiene:

"Es sintomático notar en el informe presentado por la 'Misión especial' que todos los declarantes, incluso los miembros del Consejo Nacional para la Prevención del Abuso de Menores de Edad y Acompañamiento de las Víctimas, han señalado la insuficiente atención pastoral prestada hasta el momento a todos los que se han visto envueltos, de un modo u otro, en una causa canónica de delicta graviora".

"Escándalo"


Y sobre la crisis que vive el obispado chileno, sostiene: "Es urgente abordar y buscar reparar en el corto, mediano y largo plazo este escándalo para restablecer la justicia y la comunión".

"Los problemas que hoy se viven dentro de la comunidad eclesial (chilena) no se solucionan solamente abordando los casos concretos y reduciéndolos a remoción de personas; esto –y lo digo claramente- hay que hacerlo, pero no es suficiente, hay que ir más allá. Sería irresponsable de nuestra parte no ahondar en buscar las raíces y las estructuras que permitieron que estos acontecimientos concretos se sucedieran y perpetuasen", enfatiza el Papa.

"Confesar el pecado" y "Vergüenza"


Más adelante agrega que: "Confesar el pecado es necesario, buscar remediarlo es urgente, conocer las raíces del mismo es sabiduría para el presente-futuro. Sería grave omisión de nuestra parte no ahondar en las raíces. Es más, creer que sólo la remoción de las personas, sin más, generaría la salud del cuerpo es una gran falacia. No hay duda que ayudaría y es necesario hacerlo, pero repito, no alcanza".

El pasaje más duro del documento que escribió el propio Papa, está casi al final de las diez carillas.

"Mis enviados (a Chile) han podido confirmar que algunos religiosos expulsados de su orden a causa de la inmoralidad de su conducta y tras haberse minimizado la absoluta gravedad de sus hechos delictivos atribuyéndolos a simple debilidad o falta moral, habrían sido acogidos en otras diócesis e incluso, en modo más que imprudente, se les habrían confiado cargos diocesanos o parroquiales que implican un contacto cotidiano y directo con menores de edad", expresó.

Finalmente, el Sumo Pontífice dijo sentir "vergüenza" por las declaraciones que "certifican presiones ejercidas sobre aquellos que debían llevar adelante la instrucción de los procesos penales o incluso la destrucción de documentos comprometedores por parte de encargados de archivos eclesiásticos, evidenciando así una absoluta falta de respeto por el procedimiento canónico y, más aún, unas prácticas reprobables que deberán ser evitadas en el futuro".
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