SANTIAGO.- Si uno toma hoy un mapa de África y quiere buscar
Suazilandia, es relativamente fácil encontrarlo, al sur del continente, militando con Sudáfrica y Mozambique. Pero probablemente, si uno hace esa misma acción en un año más, será imposible hallar este país, por una sencilla razón:
desde la semana pasada que esa nación ahora se llama eSwatini.
¿Cómo pasó eso? No fue mediante un plebiscito o alguna acción popular, sólo ocurrió por obra y gracia del Rey Mswati III, monarca absoluto de este país que en 2018 cumple 50 años de independencia del Reino Unido.
El anuncio lo dio a conocer hace una semana la prensa local y, con el paso de los días, fue el propio gobernante quien explicó las razones para tomar esta decisión. La primera y principal tiene que ver con que eSwatini era el nombre con que se conocía al país antes de ser invadido y significa "la tierra de los suazis", la tribu imperante en ese territorio. Suazilandia, entonces, no era más que la traducción del primer nombre.
"Cuando los países africanos consiguieron la independencia recuperaron sus nombres antiguos antes de ser colonizados. Así que de ahora en adelante el país se conocerá oficialmente como el Reino de eSwatini", explicó Mswati III.
La otra razón es más práctica: "Cada vez que vamos al extranjero, las personas nos llaman Suiza", recalcaba el Rey, puesto que en inglés ambos nombres se parecen ("Swaziland" y "Switzerland").
La medida, de todos modos, no debería traer mayores problemas, puesto que los originarios de la ex Suazilandia ya nombraban a su país con esta nueva denominación, que aparece también en los pasaportes e instituciones públicas.
Un rey polémico
Este cambio de nombre, no obstante, no ha sido bien tomado por grupos opositores a Mswati III, que lo acusan de preocuparse de temas banales antes de aspectos más importantes de un país donde la esperanza de vida de su población es de apenas 49 años.
Otros temas que preocupan en eSwatini son la débil economía de un país principalmente agrícola o las altas tasas de pobreza, donde el 60% de la población vive bajo el umbral de pobreza, de acuerdo a la ONU.
Del mismo modo, el país se caracteriza por su alta tasa de infectados con VIH, donde una de cada cinco personas vive con el virus. Para combatir esto, en 2001 el Rey prohibió tener relaciones sexuales a todos los menores de 18 años, sin embargo, dos meses después infringió la ley al casarse con una mujer de 17 años, por lo que pagó una vaca como multa.
El gobernante, de esta forma, ha hecho noticias más bien por sus polémicos dichos y excesos que por otra cosa. Se estima que tiene una fortuna de 200 millones de dólares y se caracteriza por ciertos lujos, como construirse una mansión y regalarle un auto BMW a cada una de sus 15 esposas.
Asimismo, en 2012 compró un avión privado y viajó a Las Vegas con tres de sus esposas y otras 53 personas más, entre hijos, guardaespaldas y sirvientes, alojándose en villas exclusivas.
Por ahora, mientras estos problemas perduran, al menos hay una cosa clara: Suazilandia ya no existe.
