Brooks Koepka se impuso en el PGA Championship, el segundo major de la temporada. Sin embargo, no solo él acaparó la atención de la prensa y de los fanáticos.
El nombre de Michael Block estaba en boca de todos. Todo el mundo quería saber más de él. De dónde había salido, cuál era su historia. El golfista de 46 años remató inesperadamente en el puesto 15° y llegó a estar a solo un golpe de la cima.
Se lució, además, con un impresionante hoyo en uno. La pelota fue directo desde el tee de salida hasta el hoyo sin tocar el suelo. Rory Mcllroy quedó alucinado y lo fue a felicitar.
Block no es un deportista de elite. PGA of America lo invitó a este torneo bajo su condición de profesional de club y siendo el 3.580 del ranking mundial. Trabaja como profesor de gol y cobra 125 dólares por clase.
Block nació en Nevada. Siendo un niño, comenzó a destacar en el golf. El diagnóstico de los que lo acompañaban era claro: tenía nivel para jugar a nivel profesional. Él barajó la posibilidad, pero la descartó. Si bien le gustaba el golf, consideraba que la presión por obtener buenos resultados semana a semana lo iba a carcomer.
Jugó en la Universidad de Missouri-St.Louis, se inscribió en la Academia de Golf de San Diego y después comenzó a trabajar en el Lakes Country en Palm Dessert, California. Sus compañeros le decían que tratara de sacar la tarjeta del circuito, que era mejor de lo que pensaba.
"Necesitaba un trabajo real que me pagara semanalmente. Nunca he querido tener la obligación de convertir putts para pagarme la hipoteca", afirmó él.
Block no dejó nunca el golf. Fue diez veces Jugador del Año del sur de California y Jugador Profesional del PGA 2022. Hasta antes de la semana pasada, había disputado 24 torneos del PGA y solo en cuatro había superado el corte. En el Sanderson Farms Championship de 2014 terminó 69° y fue su mejor actuación.
Lo que vivió en Oak Hill ha sido difícil de asimilar para él. Horas antes de iniciar la última jornada del PGA Championship, fue a la tienda de merchandising del campeonato. Pensó que nadie lo reconocería. Estaba profundamente equivocado. Pasó media hora firmando autógrafos y debieron sacarlo del lugar para que fuera a competir.
"No lloré cuando nacieron mis hijos; lo único que me hace llorar en el mundo es el golf. Si eso pone en contexto lo mucho que amo este juego, ya lo saben: lo es todo para mí", declaró.
"Solo soy un profesional del club, ¿No? Trabajo y me divierto. Tengo un par de hijos con los que me encanta jugar al golf; tengo una gran esposa y grandes amigos. Vivo la vida normal. Me encanta reposar en el patio trasero de casa. Mi mejor amigo en el mundo es mi perro y no puedo esperar para verlo. A mi pequeño labrador negro lo extraño tanto que es ridículo. Pero sí, ha sido una experiencia surrealista y tuve esta extraña sensación de que la vida no será la misma en el futuro, aunque solo en el buen sentido, lo cual es genial", agregó.
La actuación en el PGA Championship le dejó un cheque jugoso. Se embolsó 288.333 dólares, superando con creces su pago más alto a la fecha, que era de US$ 75 mil. En el ranking mundial, subirá 3003 puestos. Es el mayor salto de la historia.
