Indonesia vivió una verdadera tragedia, una pesadilla que le costó la vida al menos 125 personas, durante una avalancha en el estadio de Kanjuruhan, en Malang (Indonesia).
Miles de hinchas saltaron al terreno de juego este sábado y fueron contrarrestados con gases lacrimógenos por la policía.
Jugaba el Arema FC ante el Persebaya Surabaya en el clásico de East Jarva. Luego del 3-2 del Persebaya, miles de fanáticos del Arema saltaron a la cancha y se desató un tremendo caos.
Y el entrenador del Arema es el chileno Javier Roca, que vivió en carne propia una de las catástrofes más grandes de la historia del fútbol.
"Fue un caos, un infierno… no se lo doy a nadie”, dijo en conversación con
El Mercurio, totalmente shockeado por lo ocurrido.
"Yo no me di cuenta de lo que ocurría hasta que salí de la sala de conferencia de prensa. En la conferencia solo hablamos del partido y hasta de táctica, nadie sabía lo que estaba pasando afuera. Salí por el pasillo rumbo al camarín y era un griterío, gente corriendo llevando en brazos a otras y el humo de las lacrimógenas entrando", narra.
Luego de eso, fue dimensionando todo lo ocurrido en el país asiático: "Vi a mis jugadores, médicos, paramédicos tratando de salvar a unos hinchas. Les hacían reanimación, los demás les tiraban aire con las toallas. Estaban muy mal. Asfixiados. Vi morir a cuatro hinchas ahí mismo en mi camarín… dos eran niñas de unos 15 a 16 años, y los otros jóvenes de 23 o 24 años… Terrible. Unos estaban vivos, pero otros al parecer ya llegaron al camarín sin vida".
El ex volante nacional, formado en Colo Colo donde compartió con Manuel Neira, Héctor Tapia, Frank Lobos, entre otros, reconoce que es difícil analizar lo ocurrido.
"Estoy destrozado mentalmente. Siento una carga muy fuerte, incluso responsabilidad. Los resultados mandan y determinan lo que pasa al acabar. Si hubiésemos empatado, esto no hubiese pasado", replicó después en diálogo con Carrusel Deportivo de España.
Además, el técnico nacional revela que la mentalidad de parte de la fanaticada indonesia es "el que gana es el mejor, y quien pierde debe morir".
Por otra parte, el ex futbolista añadió que "quedó demostrado que el estadio no estaba preparado, no esperaban un caos de tal magnitud. Fue una avalancha. Nunca había pasado nada así en el estadio, y se vio colapsado por la cantidad de gente que quería huir".
"Creo que la policía se extralimitó, aunque no estaba en el campo y no viví el desenlace. Viendo las imágenes, quizás podrían haber usado otras técnicas", prosiguió.
Para cerrar, reflexiona que "no hay ningún resultado en ningún partido, por muy importante que sea, que merezca la pena por una vida".
