Diego Fernández (896°) consiguió un triunfo histórico para su carrera. En el Club Palestino, se impuso a Rafael Matos (633°) en la primera ronda del Challenger de Santiago. Para el joven chileno de 21 años es su primera victoria en este tipo de torneos y le permitirá escalar cerca de 100 puestos en el ranking.
Tras la victoria ante Matos, lo primero que hizo al salir de la cancha fue abrazar a su abuela. Fernández lleva largo tiempo radicado en España. Nunca se le había dado la opción de jugar en Chile como profesional. No llegaban las invitaciones.
"Nunca se me había dado la opción de jugar en el país. La esperaba y no llegaba. Ahora traté de buscarla yo. He hecho un progreso bastante grande, un pequeño salto para mí. Me pone súper contento. Está dando frutos el trabajo de tantos años", le comenta a Emol.
Fernández es de La Florida. Empezó a los cinco años en unas canchas que estaban frente a su casa. No viene de una familia adinerada y eso le dificultó abrirse camino.
A los 12 años decidió que tenía irse del país si quería ser profesional. No fue fácil. Todos los integrantes de su familia pusieron algo de dinero para costear el viaje. Llegó a la Academia del argentino Guillermo Cañas en Estados Unidos..
"Fue bastante complicado. Tenía casi 13 años, dejarme solo en un país que no conocía era bastante complicado. Pero vimos las grandes historias de los tenistas surgidos en Chile y ninguno había surgido entrenando en Chile. Vimos que habían más posibilidades en el extranjero. Yo estuve bastante tiempo con un psicólogo para determinar si estaba preparado mentalmente para irme", afirma.
A veces pensaba en volver, que el objetivo trazado era muy difícil. Pero eran altibajos. Estuvo en Estados Unidos entrenando y de ahí viajó a Barcelona para sumarse a la Academia 4Slam. El cambio fue brusco. En Estados Unidos estaba rodeado de argentinos, con un ambiente de camaradería. En España, en cambio, el trato era seco, sin ambages, duro a veces. "Ese trato más rudo, sin adornos, me hizo más fuerte y formar mi carácter mucho mejor", apunta.
La Academia 4Slam es la misma en la que se formaron tipos como Andrey Rublev (5°) o Karen Kachanov (29°).
Con ambos ha podido entrenar y le han dado consejos. Le han dicho que la diferencia en el circuito no es tanto el talento o la técnica, si no la parte mental.
"Al acabar cuarentena tuve la posibilidad de entrenar casi dos meses con Andrey Rublev. Pude aprender de él, escucharlo. Fue súper positivo. Más que consejos, me contaba mucho su historia, de cuando era más pequeño, de cómo surgió, de los pasos a seguir para estar donde está ahora mismo. Eran tips de cómo fue su camino", relata.
Fernández es la octava raqueta de Chile. Tiene un estilo agresivo y le gusta ir a la red. Este año en el M15 de Marbella llegó a su primera final profesional, pero luego cayó en un espiral de irregularidad. Hasta que consiguió volver a Chile.
Esta semana en Santiago lo ha hecho darse cuenta de las diferencias con los torneos Futuro. "Los que juegan Futuro se tienen que buscar la vida", dice. Recuerda cuando se ha tenido que quedar en hostales durante los viajes para poder ahorrar un poco de dinero.
Por octavos de final, este jueves enfrentará a Tomás Barrios. Su objetivo inmediato es llegar al top 700. Pero tiene presentes los consejos recibidos.
"Hay que mantener la cabeza fría. La cabeza es lo más importante. El tema mental aborda mucho más que lo tenístico. Si uno es fuerte de cabeza y estratégicamente piensa bien los partidos, se pueden ganar muchos partidos sin tener un gran tenis. Eso trato de trabajarlo bien a menudo para mejorar ese tema. Yo actualmente trabajo con un psicólogo estadounidense vía zoom", cierra.
