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De terrazas o azoteas: Las historias de siete lugares ideales para despedir las tardes primaverales y saborear desde lo alto en SCL

Bares en casas centenarias, en cimas de hoteles, en nuevos y viejos restaurantes se han preparado para recibir a sus comensales al aire libre. Revisa acá las propuestas y comparte tus datos en los comentarios.

26 de Noviembre de 2021 | 10:25 | Por José Manuel Vilches, Emol.
  • En honor a los astros

    Una moderna azotea está pasando desapercibida al margen del Costanera Center, pero aún así sus reservas se mantienen llenas y hay que saber organizarse para contemplar los límites de su prodigiosa vista. Se trata de Luna Bar, un restobar ubicado en el piso 17 del edificio de Providencia y que forma parte del AC Hotel de la cadena Marriot Internacional. Sus puertas, que fueron abiertas en los primeros días de 2020, pero postergadas hasta octubre del mismo año, giran entre el acceso a la tienda París y el paso peatonal a sobrenivel. Desde allí se asciende a este elegante espacio, bautizado por la estratégica posición que tiene Chile para estudiar el cosmo a rajo abierto, donde los comensales pueden observar la montañosa cadena cordillerana que ciñe Santiago y ver gran parte de la ciudad. Al medio se ubica su barra, que a medida avanza la tarde se va iluminando y tiñéndose de distintos colores. Una serie de tonos que iluminan el paso de los cócteles comandados por el mixólogo Luis Miguel Tapia, en los que destacan tragos originales y elaborados para cada signo del zodiaco. Desde el vodka macerado en cardamomo, maracuyá frambuesa, zumo de limón y ginger ale que dedican a los Aires; como el tequila silver, con licor de casis y soda rosa que sirven especialmente para las personas con casa en Piscis. Una original propuesta que va de la mano con su frente gastronómico, que estará a tope en el verano preparando sus eventos “Summer Madness - Let the heat take over!” y “Full Moon”.

    Para irse a la segura: el Club Sandwich es un clásico de clásicos y sus papas fritas holandesas son perfectas para compartir. Revisa su carta haciendo click aquí.

    Horario: de martes a sábado, entre las 16:00 y 23:00 horas. Para hacer una reserva haz click aquí.

  • El restaurante playero que se atrevió en pandemia

    Luego de grandes crisis existen grandes oportunidades. Éste fue el pensamiento que logró convencer a tres amigos —Joaquín Guzmán, David Laoun y Gassi Sukni— de levantar un proyecto en medio de la crisis sanitaria y dentro de uno de los rubros más golpeados por la pandemia. Lo hicieron en el #1460 de Padre Hurtado Norte, instalando un restaurante con aires costeros, entre avenida Vitacura y Las Hualtatas, al que llamaron Terraza Máncora. La idea era que este espacio aludiera a los balnearios del norte de Perú, los que alguna vez fueron nominados como “mejor destino” por los prestigiosos premios World Travel Awards. Con palapas a las afueras, mesas de madera y enredaderas que iluminan los pasillos, el lugar comenzó a atraer sus primeros comensales el 4 de febrero de 2021, encantándolos con su ambiente y con la sazón tan característica del país vecino. Un sinfín de sabores tradicionales que estructuran su carta y que convergen con más de 50 tipos de cócteles, perfectos para pasar el sunset y refrescarse en el verano. Desde entonces le han tomado el pulso a la pandemia y a las necesidades de sus clientes: “Cuando el toque de queda era hasta las 20:00 horas y los fines de semana teníamos que estar cerrados, estábamos llenos a las cuatro de la tarde y la gente quedaba con ganas de más. Hoy el escenario es distinto. Junto con la ‘nueva normalidad’ comenzaron a llegar más tarde y no hay esa desesperación por salir ya que hay más días y opciones”, comentan sus fundadores a Emol.

    Para irse a la segura: el copón de leche de tigre y la pizza de filete de vacuno salteado con salsa de ostión y soya. En coctelería, hay distintos sours y piscolas de 600 ml. Revisa su carta haciendo click aquí.

    Horario: De martes a viernes, entre las 13:00 y 00:30 horas. El sábado desde las 13:30 hasta las 00:30. El domingo desde las 13:30 hasta las 17:00. Para hacer una reserva haz click aquí.

  • Una singular azotea en Lastarria

    Un imponente edificio con decoración neoclásica se impone en la entrada noreste del Barrio Lastarria, aquella que une la calle Merced con el Parque Forestal. Corresponde a The Singular Santiago, un hotel que desde 2014 emula los hospedajes que alguna vez cobijaron las reuniones de la capital —como el extinto Crillón de Bandera con Ahumada—, realzando con una ambientación simple y elegante el patrimonio cultural, natural y social de la metrópolis. Más arriba, en su noveno piso, el escenario es distinto. Allí se encuentra The Rooftop Bar, una propuesta más contemporánea, que goza de una privilegiada vista hacia el Cerro San Cristóbal y a los edificios grises del centro. En su interior se encuentra la barra comandada por Nicolás Duque, quien prepara diversos cócteles con materias primas y destilados de todo el país, como el araucano, las papayas del norte o un gin hecho con botánicos nativos de los Andes. En cuanto a la gastronomía, de ella está a cargo el chef ejecutivo Hernán Basso, quien anteriormente se había especializado en la cocina al vacío en España y trabajado por casi diez años en el Casino de Viña del Mar. Al igual que su compañero, en su carta destacan los productos locales, incorporando opciones vegetarianas, sin gluten y sin lactosa. Como una forma de prepararse para el verano y de conectar a los huéspedes con el entorno en el que se están quedando, el equipo está organizando una serie de recorridos a pie que finalizan con una cena-maridaje. El primero será: “Secretos del barrio: Historias de vida y muerte”.

    Para irse a la segura: el tártaro que preparan con solomillo de guanaco de Tierra del Fuego. En coctelería “Mapu”, macerado en distintas hierbas medicinales mapuche y ahumado con canela. Revisa su carta haciendo click aquí.

    Horario: de lunes a miércoles, entre las 11:30 y 22:00 horas. De jueves a sábado hasta la medianoche. Para hacer una reserva haz click aquí.

  • Un clásico que se mantiene vigente

    Don Carlos es un restaurante con más de tres décadas de historia, conocido en su minuto por implantar el sello del asado argentino en la capital. Sus orígenes se remontan a 1985, cuando el parrillero Carlos Sampieri abrió su primer local camino a Buin. Lo llamó Ché Carlitos, pero cinco años después le cambió el nombre en honor al famosísimo cantante Carlos Gardel. Con el tiempo llegó a la zona oriente de Santiago, donde los ejecutivos participaban de cenas de negocios mientras atacaban cortes como la colita de cuadril y la punta de picana con chimichurri. De esos años dorados queda el recuerdo, pero el sabor y la buena atención aún perduran. Estos últimos cinco meses el lugar, ubicado en el #2895 de Isidora Goyenechea, ha adoptado una serie de prácticas para renovarse pero manteniendo el concepto. Su lema es “un clásico que se mantiene vigente”. Así han ido incorporando una serie de nuevos productos, como los pescados y las verduras al fuego, que hoy trabajan en la cocina liderada por el chef Victor Salgado, quien trabajaba en el Europeo en los tiempos de Carlos Mayer. Asimismo, las medidas preventivas obligaron al local a adaptar su terraza, invirtiendo en un mejor ambiente, con más plantas y espacio para 70 personas. La idea era que los clientes del barrio pasaran a tomarse una copa de vino o un trago después del duro trabajo en la oficina, pero fueron más allá. Coordinaron con el conocido “anti-barman” Miguel Larraguibel para que asesorara la barra de Juan Balestrini, implementando una serie de preparaciones de autor llamados “Los Don Cocktails”. Perfectos para alargar el almuerzo o pasar la tarde.

    Para irse a la segura: el matambrito con verde con papas hilo, y los vegetales grillados para quienes no comen carne. En coctelería, el Maracuya Spritz y Don Vermut. Revisa su carta haciendo click aquí.

    Horario: de lunes a sábado, entre las 12:30 y 22:00 horas. Los días domingo hasta las 17:00. Para hacer una reserva haz click aquí.

  • La cima de los exploradores

    Dos expertos de la gastronomía y la coctelería nacional trabajan a la par en una de las azoteas con mejores vistas de Santiago: VistAndes. Lo hacen a 20 metros del suelo, en el doceavo piso del Hotel Nodo. Un lugar que comenzó a operar en 2019 en la calle Suecia, muy cerca de la intersección con Nueva Providencia, y que debió reabrir en 2020 debido al frenón que significó la pandemia para el rubro del turismo. No obstante, su restobar de 322 metros cuadrados y una vista de 360° quedó esperando. Y es que para ellos, “todo explorador sueña con llegar a la cima”, que es donde se ubica este proyecto liderado por el chef penquista Cristian Urrutia y el bartender chillanejo Antonio Muñoz. El primero, excabecilla de Lorenza Bistró y de Las Torres Patagonia, dirige una apuesta que te lleva a un viaje por los sentidos de nuestro territorio, poniendo en valor distintos productos nacionales. Así —día a día— ofrece platos de autor, con inspiración en nuestras pampas y en nuestras costas, pero también ofrece menús para quienes quieran almorzar en altura. Por la vereda del beber, el ganador de la Coctel-Era Festival explica que sus propuestas se definen en base a los gustos de los clientes como principales protagonistas. “Si quieren un clásico lo tendrán rozando a la perfección”, asegura el mixólogo de 38 años a Emol, quien también incorporó ocho recetas propias a la carta. ¿Lo mejor? No es necesario ser huésped para aprovechar estos servicios y cuentan con cowork para que las responsabilidades convivan bien con el disfrute.

    Para irse a la segura: la reversión del Bloody Mary que sirven con un tentáculo de pulpo frito y las empanadas de carne mechada. Revisa su carta haciendo click aquí.

    Horario: De domingo a martes, entre las 12:30 y las 23:30 horas. Desde el miércoles al sábado, entre las 12:30 y las 00:30. Para hacer una reserva haz click aquí.

  • Estandartes desde lo alto

    A sólo 50 metros del Cerro Santa Lucía, en la esquina de Merced con José Miguel de la Barra, se ubica Sommelier Boutique. Un hotel ubicado en el corazón de Santiago, que partió su remodelación en 2015 y que dos años después abrió sus puertas con 24 habitaciones destinadas a los turistas. La idea era encantar a los visitantes con el intrigante mundo de los mostos, lo que no sólo explicaría el nombre, sino también estructuraría los ocho pisos del edificio y sus servicios. Ese es el caso de su terraza Sky Sommelier, en el que aparte de haber una preciosa panorámica desde la Basílica La Merced hacia la Virgen del San Cristóbal, se ofrece una carta enfocada en la gastronomía nacional y en los tragos con uva. Así, la cocina dirigida por Rocío Pizarro permite degustar emblemáticas preparaciones criollas en altura, con sus respectivas recomendaciones de maridajes, aparte de desayunos y tablas para compartir que empiezan a salir pasadas las seis de la tarde. En cuanto a la coctelería, supervisada hace ya cinco años por Luis Nieto, hay ocho tragos de autor y tres estandartes chilenos que han ganado fama con el pasar del tiempo. Es el caso del Navegado Sky, la Borgoña Antaño y el Sky Clery. Tres imperdibles que puedes disfrutar en este escenario, que con las horas ve cómo la postal urbana se baña del sunset y luego se ilumina. Hoy por hoy se están atando los cabos para llevar dj’s de música house y lounge en el verano, respetando los aforos y las limitaciones de ruido que tienen en el sector.

    Para irse a la segura: el pastel de choclo en temporada y el clery para refrescar. Revisa su carta haciendo click aquí.

    Horario: de lunes a sábado, desde las 12:30 hasta las 01:00 horas. Para hacer una reserva haz click aquí.

  • Desde arriba y abajo en "la pequeña Providencia"

    Incursionando en un nuevo concepto que pudiera aportar frescura, vanguardia y estilo a la oferta gastronómica y bohemia de Santiago. Así fue como un grupo de socios fundó en julio de 2019 uno de los proyectos más populares de “la pequeña Providencia”: Gracielo Bar. Un espacio alojado —en un principio— en la azotea de una centenaria casona, ubicada en Cirujano Guzmán #194, a sólo cinco minutos del Metro Manuel Montt, donde antiguamente residía Carlos Ibáñez del Campo. Todo un lugar histórico que de a poco se fue revistiendo de papeles murales y texturas floreadas, lo que le fue entregando su propia identidad. Así pasaron los meses y la apuesta se hizo cada vez más conocida, no sólo por su coqueta vista al Cerro San Cristóbal, sino también por sus tapas y cócteles artesanales. Frentes que actualmente están cubiertos por dos jóvenes talentos: el cocinero Leonel Camacho que mezcla “lo chileno con un sazón fresco y picozo”; y el copero Pablo Vergara, que goza de la improvisación, servicio tras servicio, para llegar al gusto perfecto del cliente. Con todo, la llegada de la pandemia obligó que las mesas bajaran a la calle y adaptasen una terraza, lo que les permitió ampliar la capacidad a unas 150 personas. Un modus operandi que les funciona hasta el día de hoy y que espera replicarse en 2022 en Guachita Culebra, un bar-cowork que actualmente se está construyendo y que se levantará justo en frente del inmueble.

    Para irse a la segura: el tiradito hecho pesca del día y el mix verde de la casa. En coctelería, el Rosalía que preparan con Carmenere y el Rocío de Invierno chartreuse amarillo. Revisa su carta haciendo click aquí.

    Horario: De lunes a miércoles desde las 16:00 hasta las 00:30 horas. De jueves a sábado, desde las 13:30 hasta las 01:30. El domingo desde las 14:30 hasta las 23:00 horas. Para hacer una reserva haz click aquí.

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