Michelle Obama / Instagram
Todas las experiencias por las que ha tenido que atravesar la ex Primera Dama de Estados Unidos Michelle Obama (56), la han ayudado a poder traspasar sus aprendizajes a sus seguidores y, sobre todo, a sus dos hijas, Malia (21) y Sasha (18).
Una de estas últimas, que ha estado conversando con las jóvenes, es la importancia de
apreciar sus cuerpos tal cual son. A través de su propia experiencia respecto al tema, Obama contó, durante una entrevista en el tour que realiza la presentadora
Oprah Winfrey, los desafíos que ha enfrentado, los cuales sabe que a la edad de sus hijas deberán también asumir.
Hoy, la madre intenta que la idea de que las mujeres deban luchar con su edad no se traspase a sus hijas. Sobre todo, en esta etapa universitaria que ambas atraviesan, algo que suele ser difícil de enfrentar.
La abogada expresó su frustración por la
expectativa social de que las mujeres deben ocultar su edad. "No queremos hablar de nuestra edad, y también queremos actuar como si tuviéramos 20. En cambio,
perdón pero los hombres, pueden lucir de cualquier forma y eso parece estar bien", señaló.
"A medida que crecen
empiezan a juzgarse a sí mismas. Hablan de 'no logro caber en mi pantalón del año pasado'. Yo les digo: 'Eres un año más vieja, te estás convirtiendo en una mujer y no tienes el cuerpo de una niña'", indicó la madre, según publicó la revista People.
Obama explicó que muchas veces las mujeres intentan verse igual físicamente que hace 10 años. "Eso es ridículo, es como si yo a mis 56 años pensara que debo verme igual que cuando tenía 36, o que alguien me juzgue por eso o a cualquier mujer", señaló, agregando que
no siempre es fácil aceptar su propio cuerpo, especialmente como una figura pública que enfrenta constantes críticas a su físico.
La ex primera dama durante la entevista. Crédito: AP
En un momento de la conversación, Michelle contó su experiencia mientras su marido atravesaba su carrera presidencial y la cantidad de ofensas que recibió solo por su físico. "La gente me apodaba todo tipo de cosas, como si fuera una competencia. Los hombres hablaban del tamaño de mi trasero, hay gente que decía que yo lucia como enojada. Eso duele", agregó la abogada.
"Soy una mujer afrodescendiente en América. Y no siempre nos hacen sentir lindas. Todavía existe una maleta que debemos cargar y no todos pueden relacionarse con eso", agregó.
Sin embargo, la ex Primera Dama ha trabajado para amar y aceptar su cuerpo, y hoy es algo que ya ha aprendido a llevar y que disfruta. "Me esfuerzo por no juzgarlo. Tienes que conocer tu cuerpo. Somos seres vivos, no máquinas. Necesitamos sol y luz, cuidarnos a nosotros mismos", finalizó.
