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A 25 años de la oveja Dolly: Experto dice que "fue un hito fundamental de la biología, de los más importantes del siglo XX"

Nacida el 5 de julio de 1996, fue el primer mamífero clonado a partir de células adultas, a partir de una técnica ideada por Ian Wilmut y el Roslin Institute de Edimburgo.

05 de Julio de 2021 | 19:35 | EFE/Editado por Javiera Riquelme, Emol.
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EFE
Desde la clonación de la oveja Dolly que fue hace 25 años, ha habido un amplio avance en el conocimiento de la biología, un campo que ha desarrollado dos herramientas principalmente, la clonación y la edición genética.

En relación a la historia de Dolly, nació el 5 de julio de 1996, fue el primer mamífero clonado a partir de células adultas y se pudo lograr gracias a una técnica ideada por Ian Wilmut y sus colegas del Roslin Institute de Edimburgo.

Cabe destacar que en 1998 parió una cría de forma natural, pero esta murió en 2003.

Es así como la clonación de Dolly marcó el inicio de una revolución científica que abrió infinitas oportunidades para la medicina regenerativa, la biología y la agricultura.

Y así lo aseguró en una entrevista con EFE el investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (España), Lluis Montoliu: "El nacimiento de Dolly fue un hito fundamental de la biología, uno de los más importantes del siglo XX, porque nos recordó la posibilidad (hasta entonces aventurada, pero nunca demostrada) de que las células son plásticas y se pueden reprogramar y que, a partir de una célula adulta de un músculo, del cerebro o de un riñón, es posible que su núcleo vuelva a repetir todos y cada uno de los pasos del desarrollo embrionario".

Por otro lado, la Academia sueca de la Ciencia en 2012 concedió el Premio Nobel de Medicina al británico John Gurdon, por sentar las bases de la clonación con anfibios en la década de 1960 y al japonés Shinya Yamanaka por descubrir que las células maduras se pueden reprogramar para convertirse en pluripotentes y emular a las células madre.

Esto para Montolio fue sorpresa: "Curiosamente la academia se olvidó de Dolly". No obstante, destacó que "los descubrimientos de Gurdon y Yamanaka dieron pie a una nueva disciplina: la medicina regenerativa que permite desarrollar grupos celulares e incluso tejidos susceptibles de ser sustituidos para reparar órganos afectados".

Es necesario resaltar que, a nivel académico, la clonación de Dolly fue una revolución y su uso clínico sigue estando muy lejos de ser una realidad porque, "en la práctica, es un proceso harto complicado".

Respecto al temor de la clonación humana, Montoliu sostuvo que "ni se ha clonado ni creo que se haga nunca, porque, al margen de las fronteras éticas, la eficiencia de esta técnica sigue siendo paupérrima. De hecho, pasaron 21 años entre el nacimiento de Dolly y la clonación de unos macacos, porque la técnica tiene una eficacia de alrededor del 1%, algo impensable y éticamente inaceptable en personas".

Y, en cuanto a clonación de animales extintos mencionó que, al ser especies desaparecidas, hay que reconstruir el óvulo y usar material genético de una especie muy relacionada lo que es "una gran limitación".

Otra gran revolución biológica

La edición genética, es una tecnología que nació del descubrimiento del microbiólogo español Francis Mojica y que, tras ser desarrollada por las científicas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, se convirtió en la herramienta CRISPR-Cas9, que dio a estas dos investigadoras el Nobel de Medicina 2020.

Este método ha permitido a los científicos cambiar el ADN de animales, plantas y microorganismos con gran precisión y eso ha contribuido al desarrollo de nuevas terapias, ha abierto la posibilidad de curar en el futuro enfermedades hereditarias y, también, ayudará a mejorar los cultivos para lograr plantas más resistentes a sequías y plagas.

No obstante, la edición del genoma esconde un peligro: que se use para la mejora humana, lo que ha pasado.

El científico chino He Juankui, después de saltarse todas las leyes y códigos éticos posibles en 2018, anunció que había utilizado la técnica CRISPR-Cas9 en embriones humanos para darles la "habilidad natural" de resistir al VIH.

Por el experimento, Juankui fue condenado a tres años de prisión, pero las tres niñas que nacieron en el proceso y sus descendientes "tendrán que ser vigiladas médicamente el resto de sus días si los tienen, porque hoy la edición genética aún tiene incertidumbres", sostuvo Montoliu.

Según informaron, en el caso de estas niñas ni siquiera es una posibilidad, es una certeza, porque antes de implantar los embriones a las gestantes, Juankui hizo una biopsia y constató que no había logrado inactivar el gen vinculado al VIH para hacerlas resistentes al sida.

Y, a pesar de eso, "siguió adelante sabiendo que el experimento no había ido bien", denunció Montoliu.

Diversas instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la UNESCO están recabando información para convertirla en una serie de recomendaciones que se puedan trasponer a los ordenamientos jurídicos nacionales.

"Eso es también lo que intentamos desde ARRIGE (Association for Responsible Research and Innovation in Genome Editing), la asociación que presido y que promueve el uso responsable de las técnicas de edición genética", concluyó Montoliu.

El objetivo de ARRIGE es promover la gobernanza mundial de la edición del genoma y crear un marco seguro y ético internacional para esta tecnología para evitar que experimentos así vuelvan a suceder.
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