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La colisión entre la Vía Láctea y su vecina Andrómeda podría retrasarse en 600 millones de años

Gracias a los nuevos cálculos obtenidos por la Agencia Espacial Europea, científicos lograron determinar el real movimiento de la galaxia vecina, lo que estableció el predeterminado choque hasta dentro de 4,5 mil millones de años.

07 de Febrero de 2019 | 14:40 | DPA
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NASA/JPL-Caltech/WISE
MADRID.- La misión Gaia de la ESA ha retrasado el momento del choque entre las galaxias Andrómeda y Vía Láctea -donde se encuentra el Sistema Solar-, ya que según los nuevos cálculos del proyecto europeo esta colisión no sería una realidad hasta unos 4.500 millones de años, 600 después de lo esperado.

Un estudio liderado por Roeland van der Mare, del Space Telescope Science Institute, ha medido cómo M31, como también se le denomina a Andrómeda, y su vecina M33 (Triángulo) giran en el cielo. Los astrónomos solían ver esas galaxias como mundos agrupados que posiblemente no podrían ser 'islas' separadas, pero ahora han visto lo contrario.

Fue necesario contar con 100 años de investigación y Gaia "para medir finalmente la tasa de rotación verdadera y minúscula de nuestro vecino galáctico grande más cercano, M31. Esto nos ayudará a entender más sobre la naturaleza de las galaxias", añadió el experto.

Al combinar las observaciones existentes con la nueva publicación de datos de Gaia, los investigadores determinaron cómo Andrómeda y Triángulo se mueven por el cielo, y calcularon la trayectoria orbital de cada galaxia hacia atrás y hacia adelante en el tiempo durante miles de millones de años.

"Las velocidades que encontramos muestran que Triángulo no puede estar en una órbita larga alrededor de Andrómeda", dice la coautora de la investigación Ekta Patel de la Universidad de Arizona, Estados Unidos. "Nuestros modelos implican unánimemente que M33 debe estar en su primera inmersión en M31".

En función de estos resultados, aunque la Vía Láctea y Andrómeda todavía están destinadas a chocar y fusionarse, es probable que tanto el momento como la capacidad destructiva de la interacción sean diferentes de lo esperado.

Como el movimiento de Andrómeda difiere un poco de las estimaciones anteriores, es probable que la galaxia propine más bien un golpe brusco a la Vía Láctea que una colisión frontal.

"Este hallazgo es crucial para nuestra comprensión de cómo las galaxias evolucionan e interactúan", dice Timo Prusti, científico del Proyecto Gaia de la ESA.

"Vemos características inusuales tanto en M31 como en M33, como arroyos torcidos y colas de gas y estrellas. Si las galaxias no se han unido antes, estas no pueden haber sido creadas por las fuerzas sentidas durante una fusión. Quizás se formaron a través de interacciones con otras galaxias, o mediante la dinámica de los gases dentro de las galaxias", dijo el experto.
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