En el marco de los incendios que han afectan a la zona centro-sur del país, y que han dejado -según el último reporte el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred)- un saldo de 26 fallecidos, un grupo de personas se vio en la obligación de ingresar el viernes pasado a una piscina para evitar sufrir lesiones fatales, ante el avance de las llamadas en Santa Juana, región del Biobío.
Según contó John Sanhueza a la Estrella de Concepción, el fuego de los incendios forestales avanzó hasta el sector de Purgatorio, de Santa Juana, el cual impidió la evacuación del sector. Sanhueza notó lo anterior cuando iba a comprar combustible para el sistema de puente, momento en que el fuego le impidió continuar con su camino.
En paralelo, las llamas consumieron su casa "en cinco minutos", cuenta. Pero su tío le señaló que, a pesar de que el fuego consumió el inmueble, todos
se encontraban en buen estado de salud y que habían logrado "bajar" gracias a los hijos de una vecina.
Así, el tío de John, Yerko, cuenta que ante encontrarse rodeados por las llamas, lo único que pudieron hacer fue entrar a la piscina, junto a una señora y su pequeña hija. En el video, se escucha decir a un hombre: "Agáchate hasta el cuello", llamando a que quienes se encontraban en el estanque
se sumergieran, con el objetivo de mitigar el calor del fuego.
Yerko cuenta que mientras se encontraban al interior de la piscina cayeron "cenizas" y "palos con fuego".
Opinión de expertos
Este hecho ha sido difundido ampliamente a través de redes sociales. El consultor en gestión de emergencias, Michel De L’Herbe, sostiene que "tenemos un problema de comunicación en las alertas de evacuación". "Se señala a partir de un mensaje al celular que hay que evacuar, pero no se indica hacia dónde, no se indican las vías que se han habilitado, no se habilitan vías especiales", ejemplifica el experto.
En ese sentido, el consultor también apunta a que la "preparación comunitaria que es muy débil" en el país, argumentando que el Senapred destina "un poco más de 70 millones de pesos al año para la organización y entrenamiento comunitario".
A razón de lo anterior, De L’Herbe explica que "en la desesperación me parece que la familia tomó una buena decisión (...) yo habría adicionado la importancia de proteger la vía aérea, también el rostro y la cabeza con, por ejemplo, algún tipo de vestimenta o toalla húmeda en el caso que no hubiese habido ninguna otra posibilidad".
"Al aire libre no iban a tener protección frente de la radiación del fuego. Si permanecían al interior de la alguna estructura, se iba a quemar", razona el experto.
Ante las situaciones como la que vivió el grupo de personas, Marcela Díaz, ingeniero en prevención de riesgos y diplomada en medio ambiente, señala que "no es recomendable" que las personas ingresen a una piscina para mitigar efectos de una situación similar.
"No porque la gente tenga piscina estas deberían ser utilizadas como un lugar donde las personas puedan sentirse protegidas ante un incendio forestal", advierte.
Sobre el caso de la familia, Díaz explica que hubo factores que pudieron haber ayudado a disminuir la intensidad del calor, como una estructura cercana que pudo haber funcionado de "barrera" para disminuir la temperatura.
Sin embargo, también señala que si una piscina tiene en su alrededor "árboles de gran altura y con mucho follaje (...) que arden violentamente, además de que alcancen muchísima temperatura, no existe ninguna posibilidad de que alguien sobreviva", explica la prevencionista en riesgo, agregando que "aquí lo primordial es evacuar".
El miembro del centro de cambio global UC y académico, Horacio Gilabert, sostiene que el acto de la familia fue "factible", ya que "permite, por lo menos, pasar la etapa más intensa al incendio", aunque se tuvo que priorizar la evacuación.
"Senapred emite ordenar evacuación cuando existe peligro" real para quienes habitan en dichas zonas. Agrega que "los modelos que se están usando para predecir la evaluación del fuego son relativamente buenos, son bastante exactos", sostiene.
