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¿Qué mecanismo escoger?: Las alternativas ante un eventual triunfo del Rechazo y el llamado a "partir de cero" de Boric

Expertos recalcan que la discusión por la vía para continuar el proceso será compleja, pero, en todos los casos, que debe primar el consenso de las mayorías para garantizar su legitimindad.

16 de Julio de 2022 | 17:02 | Por Daniela Toro, Emol.
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"De ganar el Rechazo, lo que va a pasar es que vamos a tener que prolongar este proceso por un año y medio más, en donde va a tener que discutirse todo de nuevo a partir de cero (...) tiene que haber un nuevo proceso constituyente". Esas fueron parte de las palabras con las que el Presidente Gabriel Boric dio a conocer este viernes la postura del Gobierno ante el escenario que, según las encuestas -cuestionadas o no-, asoma como tendencia camino al Plebiscito del 4 de septiembre.

Según explicó más tarde la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, los dichos del Mandatario apuntan a respetar el "mandato popular de tener una nueva Constitución y con personas elegidas democráticamente para esos efectos exclusivamente". Para ello, se debe convocar nuevamente a elecciones y será el Congreso el encargado de abrir ese camino legal para que la ciudadanía retorne a las urnas.

"En el caso del Rechazo, donde evidentemente entraría en colisión el mandato de un 80% de la población por una nueva Constitución, con la respuesta de la población respecto a un texto específico propuesto, es que el Presidente tiene la voluntad de que se convoque a elecciones, que eso tiene que estar aprobado en una reforma por el Congreso", añadió ayer el ministro de la Segpres, Giorgio Jackson.

Así las cosas, en el escenario hipotético que aquella ventana legal se abra, la discusión se visualiza compleja. Esto, porque según explica el abogado constitucionalista de la UDP, Javier Couso, lo que ha planteado el Mandatario "es una posición política, no jurídica. Si gana el Rechazo, sigue vigente la actual Constitución. Probablemente, el Presidente mira que en el Plebiscito de entrada cerca del 80% pidió una nueva Constitución y sin participación del Congreso, con una Convención enteramente elegida".

Por eso, junto a la idea de "partir de cero", pueden convivir otras opciones como dejar solamente en manos del Congreso la reforma de la actual Constitución —ante el avance de la discusión por rebajar el quórum a 4/7 y las dudas que aún recaen sobre la derecha por ir en esa dirección—, o incluso, que un panel de expertos se encargue de la redacción.

En conversación con Emol, distintos abogados constitucionalistas y expertos que han seguido de cerca el proceso, analizan las múltiples opciones —donde además, confluyen distintos intereses y objetivos—, aunque todos advierten que el peso de las mayorías en la elección del mecanismo es clave, es decir, dotado de legitimidad.

Panel de expertos


Si bien la toma de postura del Presidente Boric agudizó el debate por la continuidad del proceso constituyente, varios sondeos ya habían planteado este escenario hipotético, donde lidera la opción de que un panel de expertos encauce el proceso.

Según recoge El Mercurio, en mayo, la encuesta Panel Ciudadano UDD reveló que el 59% de los encuestados se inclinaba por un comité de expertos para elaborar la nueva Constitución en caso que triunfara el Rechazo. En tanto, la posibilidad de una nueva Convención llegó al 54% y un 48% optó porque el Congreso se hiciera cargo de reformarla.

En julio, la encuesta Data Voz planteó que un 88% respalda que continuara el proceso constituyente, y un 45% se inclinó por un panel de expertos. Sólo un 17% optó por Convención mixta y sólo un 9% por el Congreso. En el mismo mes, la encuesta Feedback, un 46% de los encuestados dijo que prefería una comisión de expertos; un 14% por continuar con la actual Constitución y un 8% porque el Congreso fuera el redactor.

Para los analistas, el principal problema es que este mecanismo no garantizaría la legitimidad que se necesita y marcaría un amplio contraste entre lo que fue el proceso para elegir a la recién disuelta Convención. "Yo tengo la impresión de que, si este ha sido un proceso con dos plebiscitos y una elección de constituyentes, veo difícil que se pase de un proceso tan participativo a uno que consista en un grupo de expertos que haga todo el trabajo", señala Couso.

En la misma línea, Felipe Vergara, analista político de la Universidad Andrés Bello, ve que el gran problema de alternativas como esta es la legitimidad. "No cabe duda que hay que hacer cambios profundos, los expertos evidentemente son un gran aporte, pero ¿eso lo reconoce toda la población? Sino, volveremos al problema de que unos pocos deciden por muchos y dicha falta de representación daña todo proceso", comenta.

Por su parte, el abogado constitucionalista de la Universidad San Sebastián, Gonzalo Arenas, cree que "si una propuesta de expertos resultara apoyada por un 53% o 54%, sería un fracaso, porque no implica una amplia mayoría. Lo que se debe buscar es que haya propuestas que ganen por una mayoría contundente".

Elegir una nueva Convención


La alternativa de "partir de cero", no genera consenso entre los analistas. Para algunos, efectivamente se trata de la opción más legítima al obedecer el mandato de la ciudadanía expresado en el 80/20 del Plebiscito de entrada, pero otros apuntan a que el proceso puede ser desgastante. Lo que sí es cierto, es que de ocurrir, habrá lecciones aprendidas.

Arenas cree que probablemente una Convención 2.0 esté dotada de "mayor prudencia", tanto en la elección de los convencionales como por parte de quienes lleguen a componer el órgano, "pues se van a dar cuenta que no basta con pasar la máquina a una minoría. Comprenderán que las personas se informan y, por lo tanto, no se les da un mandato ciego para que hagan lo que quieran con este mandato constituyente".

Por su parte, el abogado Juan Ignacio Ipinza, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad Mayor, cree que esta opción es compleja, puesto que "hay mucha crítica al ejercicio que tuvo la Convención actual, por lo que habría que sondear bien si la ciudadanía está dispuesta a una nueva Convención", además de ajustar otros aspectos como los plazos, la forma en que será elegida y "toda la incertidumbre asociada a un mecanismo como este".

Por su parte,Vergara sostiene que "pasar por un nuevo proceso lo veo improcedente y con un resultado tan incierto como lo sucedido con el actual. Además, es difícil de imaginar nuevamente pasar por un proceso constituyentes; el cansancio de la población, su costo y la incertidumbre que genera, lo hacen poco oportuno de cara a la realidad país que estamos viviendo", complementó.

La reforma o la "hoja en blanco" desde el Congreso


La tercera alternativa es mantener lo que hasta ahora se ha tomado la discusión política: si gana el Rechazo, sigue rigiendo la actual Carta Magna, pero ésta se puede reformar incorporando elementos del actual proyecto constitucional, o de plano, redactar una nueva. Todo ello, en manos del Congreso.

En gran parte del oficialismo esta opción genera profundo resquemor, debido a la desconfianza hacia la real voluntad de Chile Vamos de avanzar en aquello, incluso pese a que el pasado fin de semana la UDI, RN y Evópoli presentaron una lista de compromisos para un cambio constitucional y se abrieron a partir sobre una hoja en blanco.

Para Couso, la duda está en Republicanos, quienes tomaron distancia del bloque, tras afirmar que están dispuestos a introducir reformas a la actual Constitución sólo en caso que se imponga el Rechazo. "La visión que muestra buena parte de Republicanos da cuenta que este no es un camino despejado. La realidad política de los países siempre es así. Pero de materializarse un rechazo, hay un panorama incierto. Se requieren 2/3 para reformar y aunque bajara a 4/7, de todas formas se requiere un acuerdo muy importante en un Congreso fragmentado", comenta.

Para Vergara, "más allá del interés que se tenga por una nueva carta fundamental, si ésta es rechazada creo que el camino más lógico es renovar la actual Constitución, recogiendo todo lo que son los derechos fundamentales y de Naruraleza y Medio de la actual propuesta. Hay que ser pragmáticos", zanjó.
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