Si bien algunos convencionales de la centroderecha participaron de las conversaciones de la Comisión de Sistema Político de la Convención, se restaron finalmente del acuerdo al que llegaron anoche los representantes del oficialismo, donde -entre otras cosas- se opta por un
"presidencialismo atenuado y un bicameralismo asimétrico".
A horas del acuerdo, el convencional de RN, Raúl Celis, indicó a Emol que es un acuerdo de "las izquierdas, que no incorpora a la centroderecha, porque tanto la UDI como RN, Evópoli e idependientes presentaron sus propias propuestas. Sin embargo, en esta oportunidad la izquierda hizo participar a la centroderecha de las reuniones donde se discutió el contenido de las propuestas, a diferencia de lo que ocurrió en la primera oportunidad. Ese punto creo que es uno de los elementos rescatables del procedimiento".
A su juicio, si sus pares Hernán Larraín Matte (Evópoli) y Cristián Monckeberg, se hubiesen restado de las conversaciones "el contenido de la propuesta de las izquierdas, hubiera sido mucho peor. Era una obligación patriótica para la centroderecha estar presente en esa conversación".
Sin embargo, aseguró que el contenido de la propuesta, "no nos deja satisfechos, porque nosotros planteábamos un bicameralismo mucho más robusto, con una Cámara territorial o un Senado con mayores atribuciones. En materia de partidos políticos y siguiendo las recomendaciones de todos los expertos, también reforzarlos y no debilitarlos. Tampoco nos convence este sistema de escaños reservados para los pueblos indígenas, porque se establece una regla de privilegio en favor de candidatos cuya representación poblacional es mínima".
Sobre el presidencialismo, Celis, consideró que "es un presidencialismo debilitado, más de lo que nos hubiera gustado, en materia de vetos el Presidente pierde atribuciones. En la acusación constitucional solo interviene la Cámara, o sea, pierde atribuciones, probablemente más allá de lo que pensábamos como conveniente para el país".
"Si bien valoramos el haber sido parte de las negociaciones, decidimos no ser parte del acuerdo de las izquierdas, en lo fundamental, porque nos encontramos con un Senado muy débil, lo que es muy negativo para las regiones, una concentración de mucho poder en la Cámara y un Presidente débil, producto de una excesiva moderación en materias como el veto y las urgencias, por ejemplo", opinó Larraín Matte.
Además, Monckeberg comentó que "es un acuerdo de las izquierdas que, a nuestro juicio, le falta bastante para ser satisfactorio, sobre todo en el rol del nuevo Senado, que se mantiene, pero queda bastante despelucado".
Aunque consideró que "lo positivo es que se hizo un esfuerzo de diálogo inédito en está Convención, pero primaron las mayorías de izquierda".
Por su parte, el convencional Luciano Silva (RN) expresó que la "comisión de Sistema Político no logra mejorar situación de regiones, por el contrario empeora, porque es ineficiente en el control del poder político, lo que en definitiva afectará la democracia. Preocupante no tener un sistema articulado y claro llegando ya al fin del proceso".
Además, la convencional Marcela Cubillos (IND-UDI) planteó que "el acuerdo de la coalición de Boric es mortal para la democracia representativa y la eliminación del Senado consolida la existencia de un Congreso unicameral con poder total".
En ese sentido, su par Arturo Zúñiga (UDI) señaló que "la propuesta de la izquierda elimina el Senado, dejándolo como un elemento de decoración de nuestra tradición republicana. Leyes tan importantes como la reforma a la salud o a las pensiones, no pasan por el Senado".
"Todo el poder queda en manos de la mayoría simple de la Cámara de Diputados. Si esto es sumado a la debilidad de los partidos políticos y el desmembramiento del Poder Judicial, queda un caldo de cultivo para un caudillizmo totalitario", acotó Zúñiga.
