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Informe PNUD: Participación de mujeres en cargos de poder en el Congreso no supera el 14% entre 2006 y 2020

El reciente informe del organismo también revela que hoy más mujeres provienen de regiones y están casadas en menor proporción que sus pares hombres.

02 de Diciembre de 2021 | 08:01 | Redactado por Daniela Toro, Emol.
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Cámara de Diputados y Diputadas (imagen referencial).

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Dificultad de las mujeres para llegar al poder legislativo, múltiples desafíos al interior de los partidos políticos y un Congreso con más presencia femenina, pero lejos de la paridad. Esas son sólo algunas de las conclusiones a las que llegó el informe "El laberinto del poder. Trayectorias de las legisladoras chilenas" del PNUD, que entrega una caracterización de diputadas y senadoras electas entre 2006 y 2018.

El documento de 91 páginas viene a dar continuidad a un trabajo de más de 10 años de la oficina de Chile en el análisis y promoción de la participación política de las mujeres. Esto, considerando que la igualdad de género en todos los ámbitos, incluyendo los puestos de toma de decisiones, es una importante meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

Para entender la trayectoria, experiencia y dificultades que han tenido que enfrentar las mujeres en el camino a la actividad parlamentaria, los investigadores realizaron 28 entrevistas en profundidad (25 diputadas y 3 senadoras) en distintos periodos y tendencias políticas. A ello, se sumó el análisis cuantitativo de datos solicitados a la Cámara y el Senado y la elaboración de una base de datos con todos los parlamentarios en ejercicio entre los periodos 2006 a 2022.

Congreso se diversifica, pero está lejos de la paridad


En mayo de este año, el país vivió un proceso para elegir a los convencionales constituyentes que, por primera vez, se basó en la paridad: de 155 elegidos, 77 fueron mujeres. El hecho, que los investigadores no dudan en calificar de "histórico", viene a dar cuenta de un proceso de lucha por la igualdad que comenzó hace años, pero que no necesariamente se traducen de manera automática en transformaciones de las estructuras y la distribución del poder.

En Congreso, en ese sentido, aún da cuenta de las tareas pendientes: es más diverso y la tendencia se ha ido acelerando en los últimos periodos legislativos, "pero está lejos de la paridad", según comenta Marcela Ríos, Representante Residente Asistente del PNUD Chile.

Hoy, la mayoría de las legisladoras es más joven que sus pares varones (casi 7 años menos, en promedio) y procede en menor medida de colegios y carreras universitarias de élite: 77% de las parlamentarias actuales no tuvieron una educación de élite, en comparación con un 69% de los hombres. Adicionalmente, más mujeres provienen hoy de regiones diferentes de la Metropolitana (57% en 2006, 40% en 2018), están casadas en menor proporción (40%) que sus pares varones (78%) y tienden a tener menos hijos e hijas que ellos.

En cuanto a su camino hacia el Congreso, ha aumentado progresivamente la proporción de legisladoras que provienen de la dirigencia social, en especial del mundo estudiantil. De todas formas, "los hombres aún las superan, por ejemplo, en cargos electos que otorgan mayor visibilidad a nivel municipal (las alcaldías) y en cargos de jefatura en la administración del Estado que, por su naturaleza directiva, conllevan el manejo de recursos económicos y la adquisición de competencias de liderazgo", complementa Ríos.

Decisiones clave de las mujeres que llegan al Parlamento


Dentro de la caracterización sociodemográfica en el Parlamento también se analiza el ítem estado civil. Allí se registra una importante disminución en la proporción de casadas y casados entre el primer período (2006-2010) y el cuarto (2018-2022). Esta disminución ha sido mayor en las mujeres (-29 puntos porcentuales) que en los hombres (-16 puntos porcentuales).

Además, la brecha entre personas casadas ha aumentado significativamente. Si en el período 2006-2010 las mujeres casadas eran 25 puntos porcentuales menos que los parlamentarios (69% y 94%, respectivamente), en el período 2018-2022 esta diferencia aumenta a 38 puntos porcentuales (40% y 78%). Es decir, hoy la proporción de parlamentarias casadas es la mitad que la de parlamentarios.

En tanto, al observar las decisiones clave que dieron forma a sus recorridos, se revela el tener que decidir privilegiar sus carreras políticas por sobre su profesión; los territorios asignados para representar; y, la conversación con la familia para tomar la decisión (salvo entre las más jóvenes).

"En casi la totalidad de los relatos de las parlamentarias, y según ellas cumple tres objetivos principales: evaluar los costos para hijas e hijos de la campaña la campaña y el ejercicio parlamentario; comprometer el apoyo de alguna figura significativa de su entorno en las labores de cuidado, y finalmente valorar la capacidad financiera de la familia para enfrentar los costos económicos de las campañas", señala el documento.

El texto agrega que en el caso de las mujeres casadas, la figura alternativa en las labores de cuidado suele ser el marido o la pareja. Así, la decisión de aceptar la candidatura debe ser familiar porque supone la disposición de la pareja a alterar o postergar su vida profesional y proyectos laborales.

Partidos políticos: Los porteros del Congreso


Otra de las dimensiones que aborda el estudio dice relación con los partidos políticos, descritos como "los porteros del poder", puesto que éstos finalmente determinan las oportunidades para acceder al Congreso.

"Si bien las mujeres acceden cada vez más a cargos directivos, todavía predominan en roles vinculados con los asuntos internos y están menos presentes en cargos estratégicos que inciden en la selección de candidaturas", señalan desde el PNUD.

Además, en los partidos persisten prácticas que obstaculizan el acceso de las mujeres a cargos legislativos; como la organización de actividades políticas en horarios que dificultan la conciliación con las labores de cuidado; la ausencia de mujeres en las mesas negociadoras de candidaturas; y la existencia de estereotipos que favorecen liderazgos masculinos. Asimismo, las campañas electorales son una de las etapas más complejas del laberinto del poder camino al Congreso, por su carácter sexista y hostil, y por la persistencia de una importante brecha de financiamiento en desmedro de las mujeres.

Finalmente, el estudio muestra que el laberinto continúa en el Congreso, donde existe un bajo acceso de las mujeres a cargos de poder: entre el 2006 y el 2020, las mujeres desempeñaron solo el 12% de las presidencias en la Cámara y el 14% en el Senado.

"Además, hay una clara división sexual del trabajo: las mujeres predominan en comisiones legislativas asociadas a la reproducción (como Familia y Adulto Mayor) mientras que los hombres están más presentes en aquellas vinculadas a la producción (como Hacienda o Economía)", puntualiza el informe.
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