Falta apenas un mes y medio para que finalice el ciclo de la mesa directiva que iniciaron la presidenta de la Convención, Elisa Loncon, y el vicepresidente Jaime Bassa, y los convencionales ya están elucubrando qué alianzas generar, qué perfiles y qué nombres proponer para ocupar sus lugares.
El 4 de enero deberá asumir una nueva testera, con nueve miembros diferentes, y si bien las definiciones aún son incipientes dentro de los colectivos, hay una sensación en algunos sectores de que las características de quienes lleguen a ocupar los puestos principales deben ajustarse a la nueva realidad política.
El nuevo escenario: un Congreso más cargado a la centroderecha, con el que se dificultará tramitar un plebiscito dirimente o una prórroga del plazo, y un Presidente que, si se replicara el escenario del domingo pasado, podría ser José Antonio Kast (FSC), quien defendió el Rechazo en octubre 2020.
"El momento que vivimos es diferente. La elección de Elisa Loncon respondía mucho a la necesidad de diversificar las figuras y liderazgos que históricamente habían tenido nuestras instituciones, un simbolismo y una señal de que esta Constitución se escribe y parte desde una mirada diferente. En ese sentido era muy necesario elegir a alguien que representara aquello: mujer, de regiones, escaños reservados, fue lo mejor sin duda", opina Maximiliano Hurtado (Colectivo Socialista) en conversación con este medio.
Pero ahora, a juicio de Hurtado, el momento es "distinto". "Comenzó la redacción y el debate de fondo, por lo tanto, es necesario un liderazgo diferente, que, sin perder el mapa mayoritario que tiene la izquierda en la Convención, sepa administrar esa mayoría y darle a cada mirada su justa cabida", agrega el representante del Distrito 4.
Para impulsar nombres necesitan alianzas: la presidencia y vicepresidencia principal se eligen en votaciones sucesivas hasta que alguna opción reúna la mayoría de los votos. Las vicepresidencias adjuntas, en tanto, necesitan patrocinios, pero solo Vamos por Chile cuenta con suficientes firmas como para subir a alguien a la testera. Y eso ya ocasionó roces en el pasado.
La carta que apoyarán los socialistas: bajo siete llaves, de acuerdo con lo que dicen en esas filas. Pero su perfil debería ser "conciliador y ejecutivo", según define Ricardo Montero, también de ese grupo.
Quien también hace una reflexión sobre el contexto es el constituyente Eduardo Castillo (Colectivo del Apruebo), quien afirma que en la Convención tienen que ser conscientes de que "ya no somos el 80%".
"Hemos cometido errores no forzados que han significado perder la confianza de la ciudadanía en un grado importante. A partir de esta segunda parte tenemos que hacer las cosas bien y eso significa lograr un acuerdo amplio para tener un texto ampliamente aceptado. Tenemos que ser capaces de encontrar a las personas adecuadas que lideren ese proceso de gran acuerdo", comenta Castillo.
Con mayor "representatividad"
Una clave en la discusión es la "representatividad" de las figuras que encabecen el órgano constituyente. Cuando la Convención discutió la existencia de vicepresidencias adjuntas, Independientes No Neutrales fue uno de los colectivos que apoyó la incorporación de nuevos vicepresidentes mediante patrocinios, lo que permitía que sectores como la centroderecha pudieran ser incluidos.
No obstante, de acuerdo con el convencional Guillermo Namor (INN), tanto la presidencia como la vicepresidencia han sido
"transversales y dialogantes". Según Namor, la nueva testera debería mantener esas características, pero debería ser más horizontal con las demás vicepresidencias y tener "una mayor apertura a otros sectores".
"La mayor representatividad aumenta la responsabilidad orgánica de los colectivos con el proceso y genera una política más colaborativa y menos confrontacional, que creo será clave en generar consensos que permitan transformaciones y estabilidad para nuestro país", dice Namor.
Quienes más críticos han sido de la testera actual son precisamente los constituyentes de la derecha, que han alegado más de una vez que la directiva no respeta las reglas establecidas. En ese sector recuerdan con duros cuestionamientos episodios como la votación que se tuvo que anular y repetir en una de las primeras sesiones, luego de que un grupo presionara a la testera por el proceso.
"Espero que la nueva mesa sea más transversal, y que sean capaces de diferenciar claramente su rol en la mesa directiva de su opinión en particular como convencionales. Si queremos tener una nueva Constitución que nos represente a todos, necesitamos contar con una mesa que esté abierta al diálogo y que escuche a todos los sectores, no solo a los que representan", agrega la constituyente Patricia Labra (RN).
Según Constanza Hube (UDI), los resultados de las elecciones mostraron que "el país dio una señal clara, que no quiere refundación, que no quiere empezar de cero. Y Loncon y Bassa representan eso".
De esa forma, "necesitamos una mesa directiva distinta, que tenga como punto de partida la paz y la condena a la violencia venga de donde venga y al terrorismo. Es la única manera de poder construir un nuevo pacto social, como es una propuesta de nueva Constitución", suma Hube.
La nueva escena política coincide con la fase final de la Convención. Justo la primera semana de enero concluye el plazo para ingresar iniciativas populares de norma, hito que las comisiones están esperando para comenzar a discutir y votar las propuestas de texto constitucional.
Hay otros sectores que ya tienen nombres para entrar en ese "segundo tiempo" de la Convención: tal y como adelantó Emol, la machi Francisca Linconao nominó a la convencional Natividad Llanquileo para las vicepresidencias, pero aún los escaños no tienen un nombre claro para ningún cargo de la mesa.
Lo que ha atrasado toda la discusión en ese sector es la confección del documento base para el proceso de consulta indígena. Por ahora, a juicio de Wilfredo Bacian (quechua), el elegido debería cumplir al menos dos características en este nuevo escenario político.
"Creo que el primer requisito es que tenga el liderazgo político suficiente para representar al ‘Apruebo’ al interior de la Convención. Podria ser un presidente, para darle alternancia de género, y con requisito excluyente de mirada plurinacional. Para el nuevo presidente la plurinacionalidad debe ser una realidad y no un mero discurso, ya que se viene un amplio debate en el que habrá que resolver temas indígenas de extrema importancia para el país", declara Bacian.
En tanto, en Movimientos Sociales Constituyentes creen que la elegida para presidir debería ser la científica Cristina Dorador, que ya había sido impulsada para la conformación de la primera mesa y no alcanzó los respaldos suficientes para llegar a ningún puesto.
"Cristina Dorador posee todas las características necesarias para liderar la Convención Constitucional, es independiente, dialogante y certera en sus planteamientos, tiene amplios apoyos, experiencia, capacidad de escucha y está comprometida con la participación de toda la población", asegura Janis Meneses, representante de ese grupo.
