"La pandemia ha significado una tensión para el sistema sanitario y también fuertes cambios en lo económico y social. Un área que ha sido especialmente afectada es la de cuidados: una de las primeras medidas fue el cierre de las salas cunas y colegios, lo que traslada el cuidado de niños y adolescentes al hogar. También han ocurrido cambios relevantes en el cuidado de las personas dependientes".
Así explica la doctora Francisca Crispi, académica de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile y encargada del Departamento de Género del Colegio Médico, el contexto que está detrás de las últimas cifras entregadas por el estudio Monitoreo Nacional de Prácticas y Síntomas covid-19 (MOVID-19). En él se revelan importantes brechas de género en los indicadores asociados a las labores de cuidado en el marco de la pandemia.
En la muestra, 8.143 participantes se identificaron como cuidadores, un 39,6% del total de encuestados. Se trata de personas que están al cuidado en un rol principal de niños, niñas y adolescentes de hasta 18 años, de personas mayores o en situación de dependencia. Esta promedio esconde un matiz: en las mujeres, un 42,6% se declara cuidadora, mientras que en los hombres la cifra baja a 31,5%. La diferencia entre ambos es de 11 puntos porcentuales.
El principal descubrimiento tiene que ver con el cambio en la carga de cuidados que han tenido las personas durante la pandemia. En el caso de las mujeres, un 65,5% declara que las labores aumentaron, un 28,2% que siguen iguales y un 6,4% que han disminuido. Entre quienes reportan un alza en el trabajo, lo más común es que se trate de un aumento de entre 4 a 8 horas (26%), seguido de un alza superior a ocho horas (22%) y por último el aumento de entre 1 y 3 horas (17%).
En el caso de los hombres, 55,9% admite mayor carga en las labores de cuidado, 37,3% declara que sigue igual y un 6,8% que ha disminuido. La diferencia se da en los dos primeros indicadores: los hombres que aumentaron su trabajo de cuidado son menos que las mujeres, con una diferencia de 10 puntos porcentuales, que se trasladan casi en su totalidad a quienes no han evidenciado cambios en su carga.
Otra diferencia es la magnitud del aumento: quienes más subieron sus labores de cuidado entre los hombres, lo hicieron en un margen de 1 a 3 horas (22), seguido de un aumento de entre 4 a 8 horas (20%) y por último están quienes subieron su carga en más de ocho horas (12%).
Propuestas de cambio
Las cifras que revela el estudio pone "serias trabas a la posibilidad de insertarse laboralmente" de las mujeres, explica Mónica Gerber, de la facultad de psicología de la U. Diego Portales. "El avance que se estaba logrando en la incorporación femenina a la fuerza del trabajo y en la reducción de la desigualdad de género en este ámbito está sufriendo un fuerte retroceso", añade.
Además de entregar un diagnóstico, MOVID-19 da cinco recomendaciones para hacer frente a esta realidad, siendo la principal la implementación de un sistema nacional de cuidados, con medidas de apoyo económico a las personas que cuidan en el ámbito laboral y social. "Es importante que avancemos a un sistema nacional de cuidados en el que nos podamos hacer cargo colectivamente del cuidar y este no quede relegado a las mujeres, como ha ocurrido históricamente", dice Crispi.
"El avance que se estaba logrando en la incorporación femenina a la fuerza del trabajo y en la reducción de la desigualdad de género en este ámbito está sufriendo un fuerte retroceso"
Mónica Gerber
Otra propuesta es considerar subsidios al empleo focalizados en las mujeres dentro de la reactivación económica, con el objetivo de reducir brechas que se han profundizado durante la pandemia: según datos del INE, la tasa de ocupación de las mujeres bajó a un 42%, una cifra 10 puntos menor a la registrada para la misma fecha del año pasado. Se calcula que durante la emergencia sanitaria se han perdido 900 mil empleos femeninos y que un 88% no está buscando trabajo.
Se menciona también la necesidad de "evaluar nuevas formas de apoyo" para mujeres que cuidan niños menores de 5 años, que son las que más aumentaron sus labores si se analiza por edad. Se propone la extensión del postnatal sobre los 90 días declarados por la emergencia o "la apertura de salas cuna, con las medidas pertinentes y en función del contexto sanitario". Lo mismo se señala con respecto a una "planificación coordinada de la vuelta a clases" en colegios. "Sin estas medidas, es difícil que las trabajadoras se puedan reintegrar a sus funciones", expone el estudio.
Por último, se resalta la importancia de "promover un cambio que reduzca los estereotipos de género" que provocan las diferencias en la distribución de las labores de cuidado. "Históricamente al género femenino se le ha relegado un rol preponderante en los cuidados del hogar y de terceros. Esto está asociado a un estereotipo de femineidad que le atribuye a este género el rol de cuidado y el trabajo en el hogar —no remunerado—, atribuyendo al género masculino el rol del trabajo remunerado".
