Los incidentes ocurridos este fin de semana en distintas comunas de la Provincia de Malleco en La Araucanía marcaron un punto de quiebre en la escalada de violencia que se ha visto en la zona, la cual ha sido azotada por una serie de más de veinte ataques incendiarios y cortes de ruta en distintos puntos de la región.
En la mayoría de esos hechos, sus protagonistas han dejado consignas en favor de las demandas de los presos mapuche que están en huelga de hambre en la Cárcel de Ángol, quienes llevan meses solicitando que sean tratados de acuerdo al Convenio 169 de la OIT. No obstante, la justicia ha denegado dichos beneficios.
Fue así que algunos comuneros de esa etnia decidieron emprender una toma pacífica en los edificios consistoriales de
Traiguén, Victoria, Galvarino, Collipulli y Curacautín, los cuales fueron desalojados por grupos civiles organizados, quienes con canticos que fueron calificados como racistas elevaron aún más la temperatura en la zona.
En ese contexto, el Gobierno, distintas figuras de la región y cercanos a los reos en protesta han intentado buscar algunos acercamientos para disminuir la tensión y reactivar un diálogo que, si bien logró algunos tibios avances con el Plan Araucanía, terminó sin resultados efectivos y con un territorio altamente polarizado.
El rol del Ejecutivo
Pese a que la visita a la zona del ministro del Interior, Víctor Pérez, y sus dichos sobre que existen evidencias de la presencia de "grupos con capacidad militar" en La Araucanía fueron vistas por algunos sectores como una provocación para el mundo mapuche, el Gobierno ya había activado algunas gestiones para abordar el conflicto.
En esas tareas estuvo el subsecretario de Justicia, Sebastián Valenzuela, quien desde hace unas semanas ha llevado a cabo conversaciones para intentar que los presos que permanecen en huelga depongan la medida. Entre las propuestas que maneja, está la adecuación de las normas penitenciarias nacionales al Convenio 169.
Dicho tratado implica que el Estado respete las costumbres de los reos y les de un trato adecuado. Esa ha sido una de las
demandas del machi Celestino Córdova, condenado por el incendio y muerte del matrimonio Luchsinger MacKay, quien ha pedido en reiteradas veces poder cumplir la pena en su rehue y sin tener éxito.
Asimismo, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, estuvo presente en la zona desde el viernes apuntalando las conversaciones, a las que también se ha sumado la ministra de Desarrollo Social, Karla Rubilar, con el objetivo de acelerar proyectos de la agenda indígena, según publicó este miércoles El Mercurio.
Las voces regionales
Otra figura que está intentando cumplir un rol en la búsqueda del diálogo es el intendente de La Araucanía, Víctor Manoli, quien convocó a todos sus antecesores a una mesa de diálogo para analizar los errores cometidos en el pasado por los distintos gobiernos y concordar acciones que permitan llevar paz a la región.
El llamado fue bien recibido entre quienes ocuparon el cargo durante las administraciones del Presidente Sebastián Piñera, pero levantó dudas en los que lo ocuparon durante los mandatos de la Concertación y la Nueva Mayoría. Ese es el caso de Nora Barrientos y Francisco Huenchumilla, quienes no asistirían al encuentro.
Asimismo, en los últimos días han surgido cuestionamientos a nivel regional al rol que está jugando la Iglesia en medio del conflicto, a la cual acusan de mantenerse silente ante los hechos que han ocurrido en las últimas semanas. Por lo mismo, varias voces han solicitado la intervención del Obispo de Temuco, Héctor Vargas.
Ante ello, la autoridad eclesiástica ha desestimado los reproches y ha recordado el rol activo que ha jugado en la búsqueda de dialogo y acuerdos. Sin ir más allá, el prelado estuvo a cargo de la Comisión Presidencial para La Araucanía en el gobierno anterior y fue uno de los actores principales en el lanzamiento del Plan Araucanía.
Otra personalidad que podría jugar un papel es el senador por la zona y ex intendente, Francisco Huenchumilla (DC), quien en los últimos días ha comentado en reiteradas oportunidades las claves para poder llegar a un acuerdo entre ambas partes. No obstante, ha advertido que la falta de voluntad política es el gran problema del asunto.
La visión mapuche
Una de las figuras que está jugando un rol clave en el restablecimiento de la paz en la zona es el lonco Aniceto Norin, quien después de ser condenado por terrorismo en 2003, demandó al Estado chileno ante la Corte Interamericana de DD.HH. y ganó el juicio, reconvirtiéndose después en una figura abierta al diálogo.
De hecho, en el pasado se reunió con la familia Luchsinger MacKay en un intento por avanzar en la búsqueda de paz y en los últimos días ha sido parte de los diálogos interculturales organizados con el Ministerio de Justicia para modificar la actual normativa penitenciaria en materia de etinias y religiones.
Por otra parte, están los voceros de los presos que permanecen en huelga de hambre, quienes también se han reunido con Justicia para buscar una solución al conflicto. Entre ellos, están el lonco de la Comunidad Autónoma de Temucuicui, Víctor Queipul, y los werkenes Rodrigo Curipán y Daniel Melinao, entre otros.
Tras el encuentro realizado ayer en la Gobernación Provincial de Malleco, en Angol, Curipán calificó el encuentro como "un primer acercamiento", aunque advirtió que la opción de que se termine la huelga de hambre aún es lejana. "Para que eso llegue a su fin se deben estudiar las propuestas con el ministro de Justicia", sostuvo.
