SANTIAGO.- Diecisiete años después de realizada, la justicia brasileña dio curso a la solicitud de extradición del ex frentista condenado por el asesinato del senador Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards, Mauricio Hernández Norambuena, quien se fugó de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago en 1996.
La noticia, confirmada ayer por el ministro de Justicia, Hernán Larraín, fue recibida con cautela por el Gobierno y con sorpresa desde la UDI, ya que pese a seguir por años el paradero de los implicados en el crimen de su fundador, no estaban al tanto de los avances de La Moneda en el caso del llamado "Comandante Ramiro".
De acuerdo a fuentes del gremialismo,
en la directiva de la colectividad no tenían conocimiento de la información que dio a conocer el secretario de Estado y solo sabían que las gestiones para lograr el traslado de Hernández a Chile se habían reactivado luego de detectar que su régimen carcelario cambiaría de cerrado a abierto.
Con ese sistema, el ex frentista -quien ya ha cumplido 17 años en prisión por el secuestro del publicista brasileño, Washington Olivetto- quedaría con opciones de fugarse, por lo que el Ejecutivo aceleró las negociaciones. Finalmente, estas surtieron efecto y "Ramiro" volvió a Chile esta madrugada.
Al respecto, Larraín comentó que "nos informaron durante la semana pasada que esto está bien encaminado y se había dado la aceptación a la solicitud que había hecho Chile", advirtiendo que la fecha sería próxima.
"Aquí no hay más que cumplimiento de orden judicial como ocurre siempre en las extradiciones y nuestro Gobierno, hoy, mañana y siempre se preocupará que los prófugos de la Justicia puedan cumplir con sus condenas como corresponde", añadió el titular de Justicia, destacando que el proceso se ha apegado "rigurosamente" a la ley.
¿Factor Bolsonaro?
Los dichos del ministro sobre ese punto llegaron justo luego de que desde distintos sectores se aludiera a la cercanía política del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera con el de su par brasileño, Jair Bolsonaro, como uno de los factores decisivos a la hora de acelerar el proceso de extradición.
Uno de los que postuló esa premisa fue el ex ministro de Justicia y actual presidente del PR, Carlos Maldonado, quien también realizó gestiones para lograr el regreso del ex frentista cuando ejerció en el cargo entre 2007 y 2010 y que al conocer la decisión de la justicia de Brasil aludió a la proximidad entre ambos mandatarios.
"Extradición de Hernández Norambuena: Paso correcto en aplicación de justicia, como venía siendo solicitado hace años por distintos gobiernos chilenos. Finalmente
, afinidad entre Jair Bolsonaro y Sebastián Piñera habría hecho la diferencia", comentó el líder radical a través de su cuenta en Twitter.
Sin embargo, esa visión fue desmentida tanto desde la UDI como desde el Ejecutivo. Según el diputado Issa Kort, quien ha seguido por años el caso, ambos gobiernos actuaron "exclusivamente por mandatos de los tribunales y no por recomendaciones. En ese sentido, aquí no hay cercanías ni lejanías".
Desde la mesa de la UDI reafirmaron ese punto y aseguraron que como se dio el proceso no fue necesario elevar gestiones a ese nivel, como sí se hizo ante Argentina durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando el ex frentista Galvarino Apablaza solicitó asilo a las autoridades locales y este fue aceptado.
La misma versión se escuchó en los pasillos de La Moneda, donde aseguraron que ni Piñera ni la cancillería chilena han llevado a cabo ninguna gestión ante el líder brasileño, junto con recalcar que la buena sintonía que existe con la administración de Bolsonaro no tuvo que ver en la determinación de los tribunales de su país.
Sin condenas perpetuas
Tras su retorno, el ex frentista tendría que purgar en Chile 15 años por el crimen de Jaime Guzmán y otros 15 por el secuestro de Cristián Edwards, luego de la recalificación de la pena realizada por el ministro Mario Carroza.
El magistrado solicitó el cambio precisamente para facilitar el proceso de traslado, ya que la justicia brasileña puso como requisito que Hernández debía contar con una pena que no superara los 30 años de presidio. En 2017, la Corte Suprema rechazó la modificación, pero
el cambio de régimen penitenciario abrió las opciones. En ese contexto,
desde La Moneda confirmaron que se rebajará la condena del "Comandante Ramiro". "Chile ha manifestado a Brasil que la extradición se hace en conformidad a las normas vigentes en ambos países y a los tratados suscritos por estos, referidos a cómo procede la extradición", explicó el ministro de Justicia.
En ese sentido, Larraín detalló que el acuerdo "establece que el extraditado tendrá en el país requirente la pena máxima establecida en el país requerido. Vale decir, es una obligación suscrita por nuestro país que en caso de extraditar a alguien condenado por una pena superior a la máxima aceptada por el país donde se encuentra la persona cuya extradición se solicita, ésta será la máxima que se podrá aplicar en Chile".
Por último, el secretario de Estado afirmó que Hernández Norambuena tendrá "como pena máxima 30 años que tiene como límite superior la legislación de Brasil para sus condenados, cumpliendo así nuestras obligaciones internacionales".
