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Buscan ganar el "Nobel de la Enseñanza": Los finalistas del Global Teacher Prize Chile

Cinco profesores y sus proyectos educativos representarán al país en la competencia internacional que premiará al docente más destacado del planeta. Aquí, descubre sus historias.

10 de Octubre de 2018 | 17:53 | Por Diego Almazabar, Emol
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Arriba: Lorena Céspedes y Paulina Villarroel. Abajo: Felipe Ramírez, Patricio Acuña y Ruperto Pizarro.

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SANTIAGO.- El próximo 11 de octubre se dará a conocer el ganador o ganadora de la tercera edición del Global Teacher Prize Chile.

De las más de 23 mil nominaciones de docentes, quedaron cinco finalistas, que si bien representarán a Chile en la versión internacional del concurso conocido como el "Nobel de la Enseñanza" que se realizará en marzo de 2019, solo uno será premiado como el más destacado del país.

A continuación, conoce las historias de los cinco mejores profesores del año.

Felipe Ramírez


Alrededor de 200 profesores se desempeñan en las 47 aulas hospitalarias del país, que trabajan con los más de 18 mil niños que anualmente asisten a estas escuelas en recintos de salud. Uno de ellos es Felipe Ramírez (32), quien ahora postula a ser el mejor docente representando la pedagogía hospitalaria.

Titulado como profesor de artes, hace ocho años que forma parte en la Escuela Hospitalaria de Puerto Montt y desde 2015 que es el director. Trabaja con niños y niñas hospitalizados desde los 4 hasta los 21 años que no pueden acceder a la educación tradicional, aunque también recibe estudiantes con condiciones especiales que no han sido aceptados en colegios de la zona.

Su método de enseñanza se basa en que sus alumnos realicen proyectos artísticos para explorar sus emociones y conocer de manera lúdica asignaturas como Matemáticas y Lenguaje. También realizan clases de dibujo afuera del recinto, donde visitan distintas localidades de la ciudad.

Tanta ha sido su influencia como docente hospitalario, que ha logrado que distintos entes públicos y privados brinden ayuda a la escuela con fondos e insumos. Además, lleva tres años organizando Jornadas de Salud para el Aula con expertos clínicos.

Lorena Céspedes


Hace un tiempo Lorena Céspedes (45) había logrado un importante reconocimiento en su carrera al ganar el premio Michael Faraday a la mejor profesora de física del año. Pero ahora, por sus innovadores métodos para enseñar ciencia, tiene la posibilidad de convertirse en la docente más destacada de Chile.

Desde 1999 que es profesora de Matemática, Física y Educación Tecnológica en los distintos niveles, y esta nominación llega por su trabajo actual en la Escuela Artística Dufey Blanc de Temuco.

Aprovechando el foco del establecimiento, Lorena Céspedes incentiva diariamente a sus alumnos a potenciar la creatividad a partir de la ciencia, logrando que los jóvenes desarrollen proyectos que atiendan problemáticas locales, como el reciclaje y el transporte.

Asimismo, la docente diseñó un aula virtual y ha implementado proyectos de robótica para que sus estudiantes resuelvan problemas complejos, como construir un robot que ayude a personas tetrapléjicas a pasar las páginas de un libro.

Patricio Acuña


Patricio Acuña (57) es profesor de tecnología en educación básica en dos lugares: en la Escuela Adelaida La Fetra de La Pincoya, en Huechuraba, y en el Liceo Técnico Profesional Nocedal de la población El Castillo, en La Pintana. En ellos, incentiva a sus alumnos a que sean curiosos, y que se interesen en mejorar el mundo.

A través de la tecnología y la robótica, busca que den soluciones a desafíos sociales como el cambio climático y el uso de energías renovables. Y algunos resultados están a la vista: En el Liceo Nocedal instalaron un sistema funcional de energía eólica y solar en el jardín infantil El Alfalfal de Paine; mientras que en Adelaida La Fetra realizaron mediciones para determinar la mejor orientación de unos paneles solares para optimizar la generación de energía.

Los trabajos liderados por el docente también se han destacado a nivel internacional cuando sus alumnos de La Pintana ganaron una competencia de desarrollo e innovación en Estados Unidos.

Por otro lado, la vocación de Acuña dejó su huella en un grupo de ex alumnos, a los que inspiró formar una corporación que fomente el desarrollo tecnológico en las comunidades.

Paulina Villarroel


Distintos estudios señalan que los primeros años de un niño son fundamentales, pues en este periodo es el principal desarrollo neuronal y del lenguaje, por lo cual todo lo que vive en ese tiempo es crucial para su futuro.

Paulina Villarroel (49) tiene claro la importancia de una buena educación parvularia para los menores y por eso uno de sus desafíos es mejorar el acceso a esta etapa formativa. Sobre todo en los contextos más vulnerables.

En 1992, en la población Digna Rosa de la comuna de Cerro Navia, fundó el Jardín Infantil Comunidad de Niños Tricahue. Desde ese tiempo que el establecimiento busca que las mujeres de la población se desempeñen en la educación inicial. Ahora, hay un equipo pedagógico de diez mujeres, todas formadas por Paulina.

En 26 años de trayectoria, su proyecto educativo se ha convertido en un modelo replicado en otros jardines. Asimismo, fue la inspiración de la creación de nuevos proyectos como la Fundación Amigos de Jesús, que acoge a menores con necesidades especiales.

También es co-fundadora de la Red CEC (Red de Centros de Educación Comunitaria), donde participan y comparten experiencias educativas 14 jardines comunitarios.

Ruperto Pizarro


En la Escuela Edmundo Vidal Cárdenas de Vicuña, región de Coquimbo, realiza clases Ruperto Pizarro (50), un profesor de matemática responsable del crecimiento de la matrícula en el establecimiento y al que la comunidad admira y premió como "hijo ilustre".

Y es que Pizarro –que es el director del colegio- tiene una curiosa forma de enseñar que cautivó a los alumnos. Se trata de la "etnomatemática", una metodología en que el profesor toma la cultura local para enseñar matemáticas. Así, utiliza cosas para explicarlo todo de manera práctica; por ejemplo, ocupar una pizza para entender de fracciones o visitar el Casino para aprender de probabilidades.

Con su estilo didáctico, que incluye cantar, disfrazarse e imitar personajes, hizo que su clase sea la favorita de los alumnos. A tal punto, que todos los años llegan familias de la zona para matricular a sus hijos aquí, pese a ser una escuela con un alto índice de vulnerabilidad.

Por su trabajo como director, Pizarro se ganó la admiración de sus pares e incluso llamó la atención del Ministerio de Educación por su labor con la comunidad.

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