SANTIAGO.- En un mundo laboral cada vez más competitivo, las llamadas habilidades blandas han adquirido un peso importante durante los procesos de selección de personas o formación de profesionales.
Así, hace ya varios años las universidades han captado la importancia de estas competencias, que están muchas veces por sobre habilidades técnicas, y "de ahí que incluyan en sus mallas curriculares talleres que potencian este tipo de habilidades blandas", asegura Álvaro Vargas, gerente general de Trabajando.com.
Para el experto en mercado laboral y ofertas de trabajo, "según estudios, algunas de las habilidades blandas más valoradas por las empresas son las comunicacionales, el trabajo en equipo, la puntualidad, el pensamiento crítico, las sociales, tener una buena organización, puntualidad, ser creativo, adaptación al cambio, por nombrar algunas".
Ahora bien, Vargas advierte que muchas veces tanto los candidatos como los reclutadores caen en "lugares comunes con respecto a ellas, creyendo que la capacidad de liderazgo o trabajo en equipo, por dar un ejemplo, son competencias importantes y requeridas para cualquier tipo de cargo o profesional".
Por lo anterior es que, si bien existen algunas más típicamente valoradas que otras, lo importante enfatiza el profesional es que "cada una de ellas debe ir muy de la mano con el tipo de cargo, área y empresa en la que se va a desempeñar, ya que no todas son requeridas para todos los casos".
Habilidades blandas versus socio-emocionales
La importancia que han adquirido estas destrezas personales dentro del mercado del trabajo, para Andrés Cardemil, CEO & fundador de la consultora Human Net, genera que "el calificativo de 'blandas' le reste relevancia a aquellas capacidades que las empresas están demandando, cada vez más, en los trabajadores".
Ante esta situación es que el experto propone usar de preferencia el calificativo de habilidades "socio-emocionales", pues ese término se ajusta más a la realidad de dichas capacidades, las cuales pueden ser desarrolladas en el tiempo y marcan la diferencia entre los candidatos a un empleo.
"Estas habilidades mal llamadas blandas se relacionan más con aspectos sociales de una persona como, por ejemplo, su capacidad de comunicación, lo que establece una diferencia con los demás individuos y agrega valor a su perfil profesional. Esto es un factor relevante en estos tiempos, sobre todo por el impacto que tiene el trabajo en equipo o la adaptación a los cambios en una economía que es cada vez más colaborativa y dinámica", destaca.
En esa línea, para Cardemil las habilidades socio-emocionales que más de demandarán en el mercado laboral este año tendrán que ver con la comunicación, resolución de problemas, resiliencia, empatía y capacidad de escuchar, adaptación a los cambios, proactividad, asertividad, autodominio y perseverancia.
En tanto, las habilidades técnicas o "duras", que se relacionan al conocimiento que se imparte en la educación superior, no garantizan necesariamente el éxito profesional. "Si bien dicho modelo permite cursar una carrera y obtener un título, ello no garantiza que la persona será exitosa en el mundo laboral. Por el contrario, son las habilidades socio-emocionales las que mayor influencia tienen en aquello", afirma el experto.
