"Chile Dice": Los candidatos responden sobre el "sueño de la casa propia", el principal anhelo actual

La distancia entre la ciudadanía y la política tiene su origen en que los políticos dejaron de preocuparse de los sueños de los ciudadanos y empezaron a imponer sus propias prioridades. Los chilenos aspiran a sueños simples pero significativos: una casa cómoda, educación para sus hijos, tener buena salud y vivir en tranquilidad. Sueños simples que no son prioridad para ningún Gobierno, que ha fallado sistemáticamente en abordar estos desafíos y en contribuir a su solución. En vez de seguir haciendo crecer el Estado, llenarlo de agencias reguladoras y de destinar los recursos a pagar operadores políticos, necesitamos fortalecer los programas que van en directo beneficio de las personas y que los apoyan en la búsqueda de sus sueños.

Como mejorar los subsidios habitacionales, en calidad y cantidad; como mejorar la educación desde un inicio, sentando las bases para el desarrollo profesional del futuro; como mejorar la calidad de la atención en salud y los servicios básicos que tienen que existir; como luchar frontalmente contra la delincuencia, y darle paz y tranquilidad a los chilenos. Mi sueño no es distinto del sueño de los chilenos, por eso quiero ser Presidente, para juntos alcancemos esos sueños.

Una educación de calidad es el principal y más poderoso instrumento para el desarrollo personal de los niños y jóvenes, y también del país, para lograr una mayor igualdad de oportunidades, una sociedad más justa, más inclusiva y con mayor movilidad social, pero también para potenciar el desarrollo de todos los talentos de nuestros niños y jóvenes.

Por tanto, si damos educación de calidad a todos nuestros niños y jóvenes, les vamos a estar dando los instrumentos y las herramientas para que puedan adquirir una vivienda propia, para que puedan tener una vida más plena y más feliz, para que puedan cumplir sus proyectos de vida y también cumplir con sus sueños. Por tanto, la educación es un medio y es un fin, es un medio para crecer para enriquecernos como personas, pero también es un instrumento muy poderoso para lograr mejor calidad de vida y mayores oportunidades en la vida.

Chile ha avanzado mucho en superar el déficit cuantitativo de vivienda, y creo que ese es un paso importante para una mejor calidad de vida. Durante mi gobierno queremos avanzar aún más, construyendo políticas de barrio y ciudad, poniendo énfasis en profundizar políticas de vivienda con pertinencia cultural, viviendas para personas con discapacidad, para familias numerosas, aumentar los subsidios de arriendo, levantando conjuntos de viviendas con una mirada en la integración social de nuestros barrios.

Yo quiero asegurar la participación de todos los sectores en la construcción de un compromiso de acceso a la vivienda de los sectores más vulnerables y también de la clase media. Debemos asegurar la articulación de los privados y el Estado con la sociedad civil, desde una perspectiva que reconozca las particularidades de los territorios y las comunidades, que piense en viviendas para las familias y sus particularidades.

También quisiera plantear un compromiso con la erradicación progresiva de los campamentos en Chile. Necesitamos un trabajo coordinado entre el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el Ministerio de Desarrollo Social, la sociedad civil y las Municipalidades y también el mundo privado. En una primera fase, nos concentraremos en las 18 comunas del país en donde se concentra el 71% de las familias de campamentos.

En Chile tenemos todavía, como en buena parte de América Latina, un déficit de vivienda. La vivienda es un derecho, para nosotros es un derecho. Más aún, la cantidad de campamentos ha aumentado. Por tanto una prioridad en un próximo Gobierno es reducir a la mitad - al menos - los campamentos que existen en Chile y mejorar desde ya, vía nuevos subsidios, las viviendas ya construidas. Es fundamental resolver el derecho a la vivienda. Todavía hay comunas en Chile que tienen 15% a 25%, y más a veces, de personas en condición de allegadas. En el 2017 eso es impresentable vistos los recursos que Chile dispone para avanzar más lejos.

Estoy convencido que los chilenos y chilenas enfrentan desafíos respecto de sus ingresos y que su principal anhelo es más oportunidades junto a más derechos. Más oportunidades de poder emanciparse, trabajar dignamente, derecho al descanso, derecho a la educación pública, gratuita y a vivir una vida en común feliz. Esa felicidad, esa búsqueda tiene obstáculos: la delincuencia, el narcotráfico, la merma de los ingresos. Por eso hemos propuesto un conjunto de cosas como revisar el IVA a los productos de las canastas básicas, etc...Yo creo que la búsqueda de la felicidad es una búsqueda permanente del pueblo chileno, que tiene obstáculos y que se expresa en una contradicción. Si bien este es un pueblo que se define buscando la felicidad consume como pocos años antes tantos antidepresivos. Esa contradicción será mi tarea porque para mí presidir es proteger.

El sueño de una casa propia es algo muy presente en los sectores populares. Debemos comprender que hoy día hay una carencia según las cifras oficiales de 400 mil viviendas a nivel popular. Hay 1.200.000 viviendas que debían ser reparadas o ampliadas, es decir desde un punto de vista de los intereses de la gente, en el tema de la vivienda es urgente una solución.

Y claro que cada persona necesita, para desarrollar una vida sana y una vida de familia, que tanto se llenan la boca algunos hablando de la familia, es fundamental la base material, y la base material es una vivienda propia en la cual se pueda relacionar, pasar los tiempos de ocio, los tiempos de convivencia y de construcción familiar.

Hoy en Chile la vivienda no es un derecho, es un bien yo diría de consumo, que cuenta con los reglamentos del mercado que crea desigualdad profunda, discriminado a más de la mitad de los chilenos a obtener una vivienda de calidad, digna y cómoda. Todos los chilenos y más las chilenas, quieren buscar una identidad, un bien raíz, para acogida de su familia, para hacer vida de encuentros afectivos, patrimonio, hacer vida con los suyos, pero solo las personas que son rentables, como la mal llamada clase media que se endeuda para ello.

La vivienda si es un factor de identidad, de arraigo y de progreso ciudadano, durante más de 20 años trabajada en distintos programas de gobiernos donde ha habido avance. Pero hoy claramente insuficiente. Porque los programas se terminan los subsidios se adecuan y luego se imponen a los chilenos.

La política de vivienda debe cambiar y se debe garantizar el derecho a ella a todos los chilenos sin distinción. El mundo ha cambiado, los trabajos también, ya no tenemos los chilenos 10 a 20 años de trabajo garantizado sin algún evento.