SANTIAGO.- Héctor Llaitul Carrillanca (48) cumplirá un año en libertad condicional en mayo, tras sus condena por diferentes delitos, entre ellos, el ataque a la caravana del fiscal Mario Elgueta en 2008, en Tirúa. Esta semana participó el foro "Política, derechos ancestrales y derecho indígena actual", en Concepción.
Una de las preguntas que le hicieron en la actividad de la escuela de verano de la U. La República y la Corporación Trawün. es si sigue siendo el líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM). Su respuesta fue la siguiente: "Yo soy una expresión política de la organización, por lo tanto, mi vocería es eminentemente política".
En diálogo con el diario El Sur, Llaitul detalló lo que ha sido su vida tras salir de la cárcel. Explicó que su rutina hoy gira en torno a la agricultura y a posicionar el proyecto político de la CAM.
"Volví a Puerto Choque (Tirúa), a la comunidad de donde nos sacaron procesalmente, donde obtuve esta condena tan alta, en un juicio tan emblemático por la lucha de las comunidades por recuperar sus tierras, en especial en contra de las forestales. Esto generó un hito político importante", comienza diciendo.
Añade que "asumí volver a esa comunidad para dar continuidad, no solamente a mi proceso personal de reinserción, sino que para dar continuidad a los aspectos que siempre hemos planteado, lo que implica el control territorial, el retorno a la comunidad y las luchas desde y con las comunidades".
"Yo participo, principalmente, en lo que se refiere al control territorial en sus aspectos más productivos o económicos, que son limpieza de espacios para hacer huertos, chacras, guillatunes, palines y otros. Contribuir con la militancia, comunitariamente en esas labores", cuenta.
El futuro de la CAM
Llaitul manifestó a dicho medio que otra de sus tareas es posicionar el proyecto político de la Coordinadora.
"Ciertamente, a la CAM se le conoció mucho por estar en los procesos de restitución territorial y política, que implican actos de resistencia o los éstos en sí generaban su presencia mediáticamente, pero poco se le conocía a la CAM sobre su proyecto político", afirma.
"Ahora estamos abordando ese desafío y empezamos conmigo, pero hay otra gente que lo va a empezar a desarrollar. No seré el único, prontamente lo harán otros mapuches que serán rostros visibles de la organización", aseguró.
Consultado sobre la disposición de la CAM de sentarse a conversar con el Estado, respondió: " Lo veo difícil, a nosotros se nos tiene que reconocer como fuerza política".
"Las autoridades deben pronunciarse, pero siempre vamos a poner (primero) el piso de la necesidad de una reconfiguración territorial y los aspectos autonómicos necesarios para conversar. Para eso falta mucho", advirtió.
Según Llaitul, "el Estado no nos valida, lo que valida es la supresión de nuestras expresiones". Pide que al menos se manifieste con la prórroga del decreto 701 de fomento forestal, el que calificó como una "bofetada" al movimiento mapuche.
"Es una realidad que no tiene otra salida, pero si el Estado prorroga este decreto, es prácticamente una declaración de guerra en materia de territorialidad", concluyó.
