El domingo fue una jornada una tanto impensada en
Brasil. Si bien todos los sondeos auguraban que el candidato del PT,
Luiz Inácio Lula da Silva, se quedaría con el primer lugar en las elecciones presidenciales, nadie esperaba que la diferencia con su contendor más cercano, el Mandatario
Jair Bolsonaro, fuera solo de cinco puntos, dejando una cuota de incertidumbre de cara a la segunda vuelta, el 30 de octubre.
De acuerdo con los cómputos oficiales, Lula se quedó con el 48,43% de las preferencias, mientras que el gobernante actual obtuvo el 43,2%. Esto supone una diferencia de poco más de 6 millones de votos a favor del candidato izquierdista.
Con este escenario más o menos sorpresivo (las encuestas preveían una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales),
toman cada vez más valor los votos obtenidos por Simone Tebet y Ciro Gomes, los candidatos que quedaron en el tercer y cuarto lugar, respectivamente. Ambos aspirantes obtuvieron en conjunto el 7% de las preferencias,
sumando 8,5 millones de sufragios, una cantidad para nada despreciable.
Es por eso que, desde que se conocieron los resultados anoche, los ojos están puestos en la senadora y el ex gobernador, que de momento han manifestado cautela y han evitado expresar alguna diferencia pública.
Ambos fueron bastante críticos tanto de Lula como de Bolsonaro durante la campaña electoral, por lo que es muy probable que sus adherentes piensen por elegir "el mal menor" en el balotaje. El tema es quién representa esa alternativa.
Marco Antonio Teixeira, politólogo de la Fundación Getulio Vargas, dijo a AFP que tanto Tebet como Gomes pueden desempeñar un "papel relevante" en el balotaje si declaran su apoyo a Lula o Bolsonaro. Por ahora, en sus colectividades ya hay voces que se manifestaron a favor del abanderado del Partido de los Trabajadores (PT), que podría correr con ventaja.
La arremetida de Tebet
Empujada por cierto sector del "establishment" y de la intelectualidad brasileña para romper la polarización, Simone Tebet, abogada de 52 años oriunda del estado brasileño de Mato Grosso (centro-oeste), se quedó con el tercer lugar en la elección del domingo, cuando las encuestas la ubicaban cuarta.
La representante del tradicional Movimiento Democrático Brasileño (MDB, centro) obtuvo 4,9 millones de votos, correspondientes al 4,16% del total. Su buen desempeño en los debates y su idea de imponerse como una "tercera vía" al lulismo y el bolsonarismo, la posicionaron en los puestos de avanzada.
Hija del reputado y ya fallecido senador
Ramez Tebet, Simone Tebet comenzó a trazar su carrera por la Presidencia durante la comisión de investigación abierta contra Jair Bolsonaro en el Parlamento por su gestión de la pandemia, la cual ha dejado cerca de 700.000 muertos en el país.
En el Congreso, Tebet -católica que se opone al aborto- ha liderado también la bancada femenina y fue la primera mujer en presidir la Comisión de Constitución y Justicia -una de las más relevantes-.
Durante la campaña, Tebet hizo hincapié en el hecho de ser mujer y una parlamentaria con experiencia y centró sus propuestas en la educación y el combate al hambre, el cual ha aumentado estrepitosamente en los últimos años en Brasil durante el Gobierno de Bolsonaro.
Pese a ser propietaria de grandes haciendas, Tebet ha defendido en la campaña un agronegocio "sostenible", compatible con el medioambiente, y se ha mostrado partidaria de la "deforestación cero".
Ahora, tras conocerse los resultados de la elección, la parlamentaria ha evitado manifestarse públicamente por uno de los dos candidatos del balotaje y dijo que hará consultas con el MDB, pero aclaró que no será "omisa".
"La palabra ahora está con el partido, pues soy respetuosa del proceso de decisiones, pero en un máximo de 48 horas me pronunciaré, porque tengo una responsabilidad", declaró.
Un conocido en estas lides
No es la primera vez que Ciro Gomes aspira convertirse en Presidente de Brasil. En 2018, en su tercer intento, buscó perfilarse como una "tercera vía" a las opciones de Jair Bolsonaro y Fernando Haddad, delfín político de Lula, pero quedó en el tercer lugar con 13,3 millones de votos.
Cuatro años después, la situación empeoró: se posicionó en el cuarto lugar con casi 3,6 millones de sufragios (3,04%).
Representante del también histórico
Partido Democrático Laborista (PDT, por sus siglas en portugués), este ex gobernador de centroizquierda no esconde su rencor con Lula, de quien fue ministro de Integración Nacional entre 2003 y 2007.
Durante la carrera electoral, el laborista ha reiterado ser víctima de una campaña "inmoral" en su contra para favorecer al antiguo sindicalista, con quien rompió todos su lazos las vísperas de la campaña de 2018, cuando el líder del PT cayó en prisión por presunta corrupción.
Gomes intentó sustituir a Lula como candidato del PT, no tuvo respaldo y se lanzó por su cuenta, en una campaña en la que, como ahora, fue tan duro con la izquierda como con la derecha que acabó llevando al poder a Bolsonaro.
Sus problemas con el PT, de todos modos, datan de antes. En 2018 fue criticado por su viaje a París, antes del balotaje entre Haddad y Bolsonaro, lo que fue considerado como una falta de apoyo a la izquierda y un incentivo a la victoria del derechista.
Aunque había anticipado que no apoyaría ni a Bolsonaro ni a Lula, el PDT, históricamente próximo al ex Mandatario, ha insinuado que tendrá un lado en la segunda vuelta.
Tal vez por eso, el candidato laborista dijo este domingo, tras conocerse los resultados, que se tomará "unos días para pensar" y que consultará "con el partido" su decisión definitiva.
