Los líderes de al menos una quincena de países y organizaciones internacionales han confirmado su asistencia a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio que tendrá lugar este viernes, informó hoy el Gobierno nipón.
El número de líderes que estarán presentes en la ceremonia inaugural se ha reducido enormemente con respecto a los 40 mandatarios que participaron en la apertura del evento en los Juegos de Río de Janeiro, debido a la pandemia y a las fuertes restricciones sanitarias impuestas por el país anfitrión.
Hasta el momento, entre los que han confirmado su presencia en el nuevo Estadio Olímpico de Tokio se encuentran el presidente francés,
Emmanuel Macron, y el primer ministro mongol,
Luvsannamsrai Oyun-Erdene, así como la primera dama estadounidense,
Jill Biden.
En el caso del Macron, su participación en la cita obedece también a que París será la sede de los Juegos de 2024, por lo que tomará la posta de la capital nipona.
Acudirán también 70 autoridades extranjeras representantes de los ministerios deportivos correspondientes, según anunció en una rueda de prensa el portavoz del Gobierno nipón, Katsunobu Kato, así como otros cargos preferentes todavía por definir hasta última hora.
De acuerdo con las declaraciones del portavoz nipón, esta visita de líderes mundiales será para el primer ministro Yoshihide Suga "una valiosa oportunidad para fortalecer la confianza personal" en un momento en el que las reuniones cara a cara están muy limitadas por la pandemia.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se encuentra también en el país anfitrión, donde asistió este miércoles a una reunión con el Comité Olímpico Internacional (COI), aunque su presencia en la apertura no se confirmó.
Por parte de Japón, el emperador Naruhito asistirá a la ceremonia para declarar la apertura de los Juegos, confirmó con anterioridad la Agencia de la Casa Imperial, aunque no así la emperatriz Masako.
La ceremonia inaugural del evento se celebrará a puerta cerrada y sin espectadores, por decisión de los organizadores, en un momento de repunte de contagios de covid-19 en Tokio y cuando la ciudad se encuentra en estado de emergencia.
La situación de la pandemia en el mundo y la incidencia de las nuevas variantes ha llevado a muchos líderes a cancelar su visita a Japón, según recogió la agencia local Kyodo.
