"La posibilidad de que los peronistas retomen el poder provocó que los argentinos escaparan del peso al dólar, y el lunes el Gobierno centroderechista de Mauricio Macri impuso un control de cambios.
Acá hay una idea mejor: reemplazar el peso por el dólar estadounidense como moneda legal de Argentina".
Así comienza una editorial publicada el pasado jueves por el prestigioso periódico estadounidense y especializado en finanzas Wall Street Journal, donde se propone al Gobierno de Mauricio Macri "eliminar el peso" y seguir el camino de países como Panamá, El Salvador y Ecuador, quienes, según el diario, adoptaron el dólar como moneda de manera exitosa.
"La elección (presidencial) es en octubre, pero la victoria en las primarias de agosto de los populistas de izquierda
Alberto Fernández y Cristina Kirchner desencadenó un pánico monetario. La demanda de dólares subió, el peso de devaluó un 20% y las reservas del Banco Central siguen cayendo", señaló el medio.
Por ello, agregó que "la demanda de dólares sugiere que Macri podría contar con apoyo popular para adoptar al dólar como moneda nacional", añadiendo que el Mandatario podría "convertirse en el líder que se atrevió a defender los ahorros argentinos".
"Abogados argentinos difieren respecto de la legalidad de una dolarización, pero nuestras fuentes creen que Macri podría dolarizar con el respaldo de una mayoría en el Congreso", insistió el Wall Street Journal, e indicó que "Panamá ha usado al dólar como moneda legal desde 1904, y El Salvador y Ecuador dolarizaron en 2000".
"Ecuador lo hizo para resolver una crisis bancaria y El Salvador para bajar la tasa de interés. El Salvador y Panamá tienen hoy las tasas de endeudamiento más bajas de Latinoamérica y los vencimientos más largos. Ecuador tiene una estabilidad en los precios que no había visto en por lo menos medio siglo", se afirmó en la editorial.
Y por último, el medio si bien consideró que con esto "Argentina perdería los beneficios de un Banco Central al imprimir su propia moneda -conocido como 'señoreaje'-", señaló que "eso es una excusa política disfrazada de economía (...). Lo que se pierde de 'señoreaje' será más que compensado con el fin de la crisis del peso".
