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A 40 años de la Revolución Sandinista, el proceso político-militar que puso fin a la dictadura en Nicaragua

Este viernes se cumplen cuatro décadas del derrocamiento de la dinastía de los Somoza por parte de un movimiento que ahora está sumamente fracturado y tiene a su líder, Daniel Ortega, acusado de ser ahora el cabecilla de un nuevo régimen autoritario.

19 de Julio de 2019 | 08:06 | Por EFE / Equipo Multimedia, Emol.
La revolución sandinista que derrocó la dictadura de los Somoza en Nicaragua cumple 40 años con uno de sus protagonistas, Daniel Ortega, entronizado en el poder desde enero de 2007, tras gobernar entre 1985 y 1990 y coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985.

Lo que queda de esa gesta que derrocó a Anastasio Somoza Debayle, el último de una dinastía que gobernó Nicaragua de 1937 hasta 1979, está ahora liderado por Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, después de que sus principales dirigentes se alejaran del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en desacuerdo por la forma vertical y autoritaria en que es conducida.

Estas son las claves, contadas por sus propios protagonistas, ahora desde bandos diferentes, para entender las motivaciones de la revolución y la evolución de la misma, hasta la actualidad.

  • ¿Cuál era el principal objetivo de la revolución?

    "La motivación principal fue derrocar una dictadura, una dinastía de dictadores que desde 1936 había dominado Nicaragua y que se fue pasando de padres a hijos, lo que significó una gran miseria para el pueblo nicaragüense, represión", explicó a la agencia EFE la poetisa y escritora Gioconda Belli, quien formó parte del FSLN durante la dictadura de Somoza, en la década de 1970, y durante el primer Gobierno sandinista, en los años ochenta del siglo pasado.

    Para el mítico "Comandante Cero" Edén Pastora, aliado de Ortega, la motivación central que hizo posible la revolución fue poner fin al "injerencismo norteamericano" sobre Nicaragua.

    Esa injerencia incluyen "tres invasiones", la entrega de la soberanía a Colombia de la isla de San Andrés y el apoyo al padre de la dinastía de los Somoza tras el asesinato del general Augusto C. Sandino (1895-1934).

  • ¿Qué hechos marcaron su triunfo?

    El 22 de agosto de 1978, casi un año antes de la derrota total de Anastasio Somoza Debayle el 19 de julio de 1979, un comando sandinista tomó por asalto el Palacio Nacional e hizo rehenes a los legisladores presentes afines al entonces dictador.

    El comando sandinista, integrado por 25 guerrilleros encabezados por el legendario "Comandante Cero", asaltó el edificio en el que funcionaba el Congreso y el Senado, en una acción que duró tres días y concluyó con la liberación de decenas de presos políticos.

    Otra "gota que derramó el vaso" para la caída del llamado "hombre fuerte" de Nicaragua, fue el asesinato a tiros el 10 de enero de 1978 del periodista antisomocista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, cuando los guerrilleros sandinistas daban la batalla en las montañas y en las ciudades.

    También el asesinato del periodista estadounidense Bill Stewart por la guardia nacional somocista el 20 de junio de 1979 en Managua.

    A raíz de ese asesinato, el entonces presidente estadounidense, el demócrata Jimmy Carter (1977-1981), retira el apoyo a Somoza, quien, para Pastora, "ya estaba derrotado".

  • ¿Qué errores cometieron?

    Un pecado capital de los líderes de la Revolución nicaragüense consistió en poner la ideología por encima de las posibilidades de la realidad, las intenciones de crear a largo plazo un estado socialista bajo la guía de un partido único, o al menos hegemónico, reflexionó el escritor Sergio Ramírez, vicepresidente de Nicaragua durante el primer Gobierno sandinista, en un artículo de opinión.

    Tras el triunfo de la Revolución, también se resquebrajó la unidad de fuerzas políticas diversas que había hecho posible el derrocamiento de la dictadura, recordó Ramírez, ahora distanciado de Ortega.

    La razón es que desde "muy temprano, el FSLN decidió que la responsabilidad de gobernar era en exclusiva suya y este fue otro pecado capital".

    En términos estratégicos, la Revolución se amparó en el campo soviético y en Cuba, para el apoyo militar y para los suministros básicos que incluían el petróleo; mientras del otro lado prevalecía el embargo comercial de EE.UU. junto con una decidida política de aislamiento que, a los ojos del mundo, situaba a David frente a Goliat.

    Otro "pecado" de la revolución fue estatizar sectores claves de la propiedad, empezando por la agraria, y los controles del comercio exterior e interior, que resultaron en fracaso; sumado a la guerra civil que "vino a desbarajustar las iniciativas de transformación social que eran la razón de ser de la revolución", puntualizó.

    "La más bella de las revoluciones", la sandinista, en palabras de Pastora, fue desbaratada por sus disidentes, entre los que mencionó a los antiguos "comandantes" Henry Ruiz, Luis Carrión y Jaime Wheelock y al mismo Ramírez.

  • ¿Qué pasó tras su derrota?

    En 1990 los sandinistas fueron derrotados en las urnas por Violeta Barrios de Chamorro, lo que supuso un parteaguas para el FSLN.

    La Revolución "tomó un rumbo equivocado a partir de 1990, de la derrota electoral del FSLN" y "ahora estamos viviendo una situación que es totalmente contraria a lo que queríamos lograr", dijo la escritora Gioconda Belli, para quien la Revolución no ha evolucionado en estos 40 años, sino más bien "ha involucionado".

    Para Ramírez, con las elecciones de 1990, que el sandinismo perdió, "el proyecto hegemónico colapsó, y las concepciones ideológicas cogieron rápidamente herrumbre".

    "Quizás el más aleccionador de los pecados capitales de la revolución, vista ahora como un fenómeno ya lejano, es la concepción del poder político para siempre en manos de un partido, que termina indefectiblemente en el poder de una persona o una familia", señaló.

    Para el "Comandante Cero", sin embargo, el fenómeno del éxodo de los principales dirigentes de la revolución se da después de esas elecciones, porque los ahora disidentes creyeron que nunca el FSLN retornaría al poder.

  • ¿Qué queda de la revolución?

    Para Gioconda Belli, "Nicaragua ha vuelto a un círculo, digamos, de los dictadores y hemos estado otra vez en una dictadura" con Ortega.

    "Es una dictadura esta vez creada y mantenida por personas que estuvieron involucradas en la lucha contra Somoza. Así que parece mentira que gente que luchó contra una dictadura, acabe haciendo una dictadura y hemos tenido desde el año pasado una represión terrible: 325 personas fueron asesinadas, más de 70.000 personas han dejado el país. Estamos tristes, este es un aniversario triste", reflexionó.

    Para Pastora, la supervivencia de la Revolución pasa ahora por la permanencia y liderazgo de Daniel Ortega.

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