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El drama de los "niños del califato", los menores del EI de los que nadie quiere hacerse cargo

Cuando el fin del grupo yihadista se ve cada vez más cerca, son miles los afectados que se enfrentan a un futuro incierto, en un problema que al parecer el mundo no parece estar dispuesto a afrontar.

03 de Marzo de 2019 | 12:41 | EFE
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EFE
MADRID.- Son supervivientes de algunas de las circunstancias más trágicas que le pueden ocurrir a un ser humano: han sido abandonados, expuestos al miedo, explotados y testigos de atrocidades, son los "niños del califato" y nadie quiere hacerse cargo de ellos.

Miles de menores que han vivido en el autoproclamado califato del Estado Islámico (EI) se enfrentan ahora, cuando se acerca la derrota final del grupo yihadista, a un futuro incierto, un problema que el mundo no parece todavía dispuesto a afrontar.

Son más de 2.500 niños de al menos 30 nacionalidades los que esperan en tres atestados campamentos en el noroeste sirio una oportunidad. Su reincorporación a la sociedad depende, en muchos casos, de la ayuda de sus países de origen.

"La comunidad internacional debe actuar ahora antes de que sea demasiado tarde ", reclama Sonia Khush, directora de Emergencias en Siria de Save the Children, ONG que atiende a estos menores sobre el terreno y prevé que la cifra aumente, y mucho, cuando los extremistas pierdan el control de su territorio definitivamente.

En los últimos días, miles de personas han abandonado el último bastión del califato en Al Baguz, en su mayoría familiares de combatientes que se han entregado a las milicias mayoritariamente kurdas, Fuerzas de Siria Democrática (FSD), preparadas para llevar a cabo el asalto final a esa localidad en cuestión de días.

2.500niños esperan en campos de refugiados
Entre ellos figuran cientos de niños: familiares de los yihadistas, menores secuestrados por el EI y los que vivían en el territorio del califato.

David del Campo, director de Programas Internacionales de esa ONG, denuncia en declaraciones a Efe que a estos menores "se les está aplicando el mismo castigo" que a los radicales sólo por el mero hecho de vivir en su territorio, lo que "vulnera todos sus derechos". "No son niños del EI, son simplemente niños", afirma.

¿De dónde proceden?

Hay menores de Afganistán, Albania, Arabia Saudita, Argelia, Australia, Azerbaiyán, Bangladesh, Bélgica, Canadá, China, Dinamarca, Egipto, Francia, Georgia, Irak y Alemania.

Pero también de Indonesia, Italia, Kazajistán, Kosovo, Kirguistán, el Líbano, Libia, Macedonia, Malasia, Marruecos, Países Bajos, Pakistán, Portugal, Rusia, Sudáfrica, Sudán, Suecia, Siria, Tayikistán, Túnez, Turquía, Ucrania, Reino Unido, EE.UU., Uzbekistán y Yemen.

Aunque algunos de estos países han comenzado a interesarse por la forma de actuar con ellos, otros muchos, incluidos varios europeos, todavía no han tomado medidas, afirma Save the Children.

Sólo Rusia ha repatriado a un pequeño grupo de menores, en pleno debate sobre quién debe juzgar a los yihadistas detenidos.

La responsabilidad legal última de estos menores la tienen sus países de procedencia: éstos son "los que deben hacerse cargo de ellos y protegerlos, independientemente de quiénes sean sus padres", arguye Del Campo.

También la ONU insta a estos países a asumir su responsabilidad con los "niños del califato", decenas de los cuales se encuentran solos, sin la compañía de un adulto. Así, Unicef recalca que "deben ser repatriados a sus países de origen lo antes posible, mediante procedimientos cuya primera consideración sea el interés superior del niño y a través de la cooperación entre estados".

"(Los niños) deben ser repatriados a sus países de origen lo antes posible, mediante procedimientos cuya primera consideración sea el interés superior del niño y a través de la cooperación entre estados"

Unicef
Y les anima a "diseñar e implementar estrategias y programas para el regreso de los niños" con el fin de lograr "su rehabilitación y su reintegración social, sin estigmatización ni discriminación".

Las organizaciones internacionales coinciden en que el caso de los niños es muy diferente al de los combatientes del EI: "Lo más fácil es tratarlos como terroristas, pero ellos no tienen la culpa de nada".

La difícil supervivencia en los campamentos

Separados del resto de la población en los campos controlados por los milicianos kurdos, los niños de las familias relacionadas con los yihadistas tienen menos acceso a ayuda y servicios, explica Save The Children, presente en los tres campamentos.

El de Al Hol es el más grande, con más de 40.000 personas; Ain Issa llega a los 12.000 refugiados y Roj tiene unos 1.500.

40.000personas alberga el campamento kurdo de Al Hol
La mayoría de los niños vive con sus madres, muchas de las cuales fueron reclutadas por los yihadistas siendo niñas y ahora tienen bebés de apenas días o semanas de vida. Los que están solos, en tanto, reciben la atención de cuidadores temporales.

"La situación en Al Hol es desgarradora. Los niños se están muriendo de hipotermia cuando sus familias huyen a zonas seguras", denunció recientemente Elizabeth Hoff, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Siria.

La ayuda especializada, así como los servicios de salud y nutrición que necesitan estos niños en un entorno seguro y saludable no es posible actualmente en el noroeste sirio, una zona demasiado volátil, explica Khush.

¿Pueden ser reintegrados?

Niños de 12 años retroceden a la edad de 4, se orinan, no duermen de noche, tienen pesadillas y ansiedad, explica Del Campo sobre esos menores, incluidos en un reciente informe de Save the Children.

"Han visto morir a sus familiares, amigos, vecinos o han sido testigos de la destrucción de su hogar o su escuela", pero en el norte de Siria "sólo hay 20 psiquiatras disponibles para 4,5 millones de niños", relata a Efe.

La situación es aún más dramática para los menores yazidíes: niños entrenados para matar y niñas convertidas en esclavas sexuales. "Han visto la peor cara de la violencia, a ellos les han inyectado un odio extremo y a ellas, un miedo aterrador".

"Han visto la peor cara de la violencia, a ellos les han inyectado un odio extremo y a ellas, un miedo aterrador"

David del Campo
De acuerdo al psicólogo alemán Jan Ilhan Kizilhan, profesor universitario en Baden-Wurttemberg (Alemania) y Duhok (Irak), que ha trabajado con estos "niños del califato", ellos sufren problemas psicológicos "extraordinarios", fruto de los traumas individuales, los colectivos y la migración posterior, una combinación que requiere ir más allá: "conceptos nuevos de atención integrada".

Aún así Kizilhan es optimista y cree que "con un buen apoyo a largo plazo, podrán tener una vida 'normal' y afrontar el trauma". Para ello deben "asistir a la escuela" e ir recuperando la normalidad, siempre con "la estabilidad y un lugar seguro como base del tratamiento".

En el siglo XXI, la información, las nuevas tecnologías y la globalización parecen herramientas suficientes para que se pueda responder a la gran pregunta: ¿qué hacemos con los "niños del califato"?.

Unicef lo tiene claro: "Son de los niños más vulnerables del mundo y deberían recibir toda la atención y servicios disponibles".
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