WASHINGTON.- El Presidente de EE.UU., Donald Trump, visitará la frontera sur del país con México este jueves, para reunirse con las autoridades y captar el pulso de la situación que se vive en la zona.
"El Presidente Donald Trump viajará a la frontera sur el jueves para reunirse con quienes se encuentran en la primera línea de la crisis de seguridad nacional y humanitaria. Pronto se anunciarán más detalles", anunció la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en su cuenta oficial de Twitter.
En los últimos días, Trump ha sopesado la idea de declarar una emergencia nacional a través de una orden ejecutiva para tener disponibles los fondos que considera necesarios para levantar un muro en el límite con México.
El Mandatario pretende así
destrabar una situación de desacuerdo con los demócratas en el Congreso, que ha provocado el cierre de una cuarta parte de su Administración y que ya dura 17 días.
Además de insinuar que podría declarar una emergencia nacional para activar los fondos, Trump ha comentado la posibilidad de que el muro con México no sea de hormigón, sino de acero.
La Administración está parcialmente cerrada desde el pasado 22 de diciembre debido a que la negociación entre republicanos y demócratas en el Congreso se bloqueó, debido a la exigencia del jefe de Estado de que el proyecto de presupuestos incluya la entrega de más de 5.600 millones de dólares para financiar el muro fronterizo.
La actitud inamovible de Trump respecto a la construcción del muro, que fue una de sus promesas electorales estrella, y la negativa continua por parte de los demócratas para pactar sobre esta cuestión, ha llevado al Gobierno a estar parcialmente cerrado 17 días.
Esta situación ha provocado que algunos medios de comunicación cataloguen el momento actual como el peor del Gobierno estadounidense desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, una opinión que no ha gustado al Mandatario.
La parálisis administrativa afecta a agencias de diez departamentos del Ejecutivo, incluyendo Transporte y Justicia; así como a decenas de parques nacionales, que suelen ser una gran atracción turística.
Además, perjudica a unos 800.000 de los 2,1 millones de trabajadores federales, que no cobrarán mientras permanezca cerrado el Gobierno y están a expensas de la aprobación de un nuevo presupuesto.
