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Mar de Azov: El nuevo foco de tensión que protagoniza las disputas entre Rusia y Ucrania

Desde que Rusia decidió anexionar la península ucraniana de Crimea en 2014, los conflictos bilaterales han mantenido atenta a la comunidad internacional. Ahora, un nuevo incidente en la zona ha encendido las alarmas ante un posible enfrentamiento.

26 de Noviembre de 2018 | 13:56 | EFE/Redactado por Valentina Salvo U., Emol
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Reuters
SANTIAGO.- La tensión entre Ucrania y Rusia parece estar cada vez más lejos de terminar. Los dos vecinos están embarcados en un tira y afloja desde que el Kremlin anexó el territorio ucraniano de Crimea, pero un nuevo incidente enfrentó directamente a las fuerzas armadas y los puso al borde de un conflicto militar.

Durante la noche del domingo, la guardia costera rusa disparó y apresó a tres buques de la armada ucraniana, mientras éstos se encontraban navegando cerca del estrecho de Kerch. Ucrania señaló que sus embarcaciones se dirigían al Mar de Azov en apego a las leyes marítimas internacionales, mientras que Rusia argumentó que no contaban con los permisos para pasar por el estrecho que separa a Crimea de Rusia continental.

El incidente recrudeció los conflictos por la polémica península, cuya anexión desconoce la mayoría de los países del mundo y organizaciones militares como la OTAN, y que le ha costado duras sanciones económicas a Moscú.

Pero además, el enfrentamiento dejó como protagonista a un nuevo territorio, cuya importancia se ha acrecentado en los últimos meses, pero que hasta ahora había permanecido bajo las sombras: el mar de Azov.

Históricamente relevante

El mar de Azov, que comparten Rusia y Ucrania desde la caída de la Unión Soviética en 1991, es un apéndice del mar Negro que Moscú ha manejado por casi 300 años. Contiene yacimientos de gas y actualmente es un punto de cruce importante para el transporte de mercancía y pasajeros. Pero además de ello, su ubicación estratégica lo ha posicionado como una zona históricamente relevante a la hora de garantizar la seguridad de Crimea.

Crimea no puede entenderse sin el Azov y viceversa. La península está bañada principalmente por el mar Negro, pero el Azov le cubre las espaldas. El imperio ruso, que nació con Pedro I y la fundación de San Petersburgo, no puede entenderse sin el dominio de este mar interior, donde desembocan los ríos Don y Kubán, ya que eran las únicas aguas navegables todo el año, junto a las del mar Negro.

15 km de ancho posee el estrecho de Kerch en su parte más amplia
Tanto es así que Rusia sólo puede considerarse una potencia marítima de pleno derecho a partir de la conquista del Azov. Una vez controlado el mar, fue mucho más fácil acabar con la resistencia tártara en Crimea en 1783. Desde entonces, el estrecho de Kerch -parte de la península- que tiene entre 4,5 y 15 kilómetros de ancho y une los mares Negro y Azov, le ha garantizado el control sobre esta masa de agua. Incuso, dicha zona tuvo una posición estratégica de primer orden durante la Guerra Fría.

Pero la situación cambiaría radicalmente tras la caída de la URSS: con el desmembramiento, Ucrania se quedó con la mayor parte del Azov y también con sus principales puertos, en particular con Mariúpol, Berdiansk y la propia Kerch.

La estratégica de Moscú

Pasaron décadas hasta que en 2014 Rusia dio vuelta el escenario para ocupar lo que considera que es suyo. Tras ganar el "sí" en un referéndum separatista en Crimea, el Kremlin apoyó a los prorrusos y anexionó la península, pese al rechazo internacional. Ya en 2016, y para aumentar su hegemonía en la zona, el Presidente ruso, Vladimir Putin, comenzó la construcción de un puente que une la península con Rusia y monopoliza el acceso al mar Azov.

El mar de Azov es como una botella, siendo el estrecho de Kerch la parte del cuello. Desde la inauguración del puente, en mayo pasado, los ucranianos se encuentran en el fondo de la botella, sin ninguna posibilidad de maniobrar y dependiendo del beneplácito de Moscú para poder transitar por debajo del viaducto de 19 kilómetros.

Más allá del bloqueo a Ucrania, la importancia del control del mar de Azov es, esencialmente, que también le impide el acceso a la OTAN. El mismo Putin lo comentaba en 2014 al asegurar que si Rusia no hubiera anexionado Crimea, la alianza militar habría desplegado tropas y armamento, lo que amenazaría la seguridad del país.

El círculo estratégico del Kremlin se cerraría por completo con el control del resto de la costa ucraniana en el Azov, especialmente Donetsk. Una maniobra que, según sospecha Kiev, el Kremlin evalúa impulsar desde la sublevación de los grupos prorrusos en el este de Ucrania.

¿Guerra en la península?

El incidente de este domingo en el Mar Negro puso en alerta a la comunidad internacional, ante la posibilidad de que se desaten enfrentamientos ya sea en Azov o en el Mar Negro.

Algunos aseguran que una batalla naval entre Rusia y Ucrania sería impensable, ya que la Armada ucraniana quedó irremediablemente en inferioridad tras la anexión de Crimea. Por ello, Kiev buscaría revisar el acuerdo de cooperación que ambos países firmaron en 2003. Ese año, Putin y el entonces Mandatario ucraniano, Leonid Koutchma, acordaron "la gestión conjunta" del mar de Azov y del estrecho de Kerch, considerados como "las aguas interiores de Ucrania y de Rusia".

Sin embargo, este documento no regulaba la delimitación de la frontera marítima entre ambos países, haciendo referencia a otros acuerdos. En 2006, Moscú acusó a Kiev de impugnar los acuerdos y desde entonces ha asegurado que nunca reconocerá la demarcación unilateral en aguas del Azov.

Si Ucrania denunciara el acuerdo, podría invitar a los países aliados, en especial a la VI Flota estadounidense, a atracar en sus puertos en el Azov, algo que Moscú ya ha dejado claro que no permitirá. Lo que más estaría dispuesto a admitir el Kremlin es el atraque de buques de la OTAN en el puerto ucraniano de Odesa, en el mar Negro. El resto sería interpretado como un acto hostil.

Tras el incremento de la tensión, el Presidente de Ucrania Petro Poroshenko activó la ley marcial para que el Parlamento apruebe el estado de excepción en todo el país. La respuesta de los socios de la OTAN ha sido la del rechazo al "acto de agresión" que ha cometido Rusia. Mientras, desde Moscú alegan que el de Kiev es una actitud de "provocación meticulosamente pensada y planeada (…) con el objetivo de crear un pretexto para aumentar las sanciones contra Rusia".


Infografía: AFP
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