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Haddad - D'Ávila: La joven fórmula presidencial de la izquierda brasileña que intentará heredar la popularidad de Lula

Luego de que el ex Presidente dejara la carrera por el Palacio de Planalto, quien asumió la posta fue el ex alcalde de Sao Paulo y lo hizo de la mano de la joven diputada comunista. Un dueto que buscará poner fin al favoritismo del ultraderechista Jair Bolsonaro.

11 de Septiembre de 2018 | 16:28 | Redactado por Valentina Salvo U., Emol
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Manuela D'Ávila y Fernando Haddad, los encargados de continuar con el legado de Lula en las elecciones de octubre.

Reuters
SANTIAGO.- Ya es oficial. Fernando Haddad, el ex ministro de Educación y ex alcalde de Sao Paulo, recibió este martes la posta del ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva y se convirtió en la nueva y flamante carta del Partido de los Trabajadores (PT) para los comicios del próximo 7 de octubre.

Pero no sube al pedestal solo. Lo hace de la mano de Manuela D'Ávila, antes candidata presidencial del Partido Comunista de Brasil (PCdoB), quien dejó de lado sus aspiraciones para aliarse con los petistas y postular a la vicepresidencia.

Sin embargo, el actual escenario no sorprende en lo absoluto. La renuncia de Lula estaba prevista hace meses, específicamente desde el 7 de abril, cuando el popular ex Mandatario ingresó a la cárcel para cumplir una condena de 12 años de prisión por los delitos de lavado de activos y corrupción pasiva. Una sentencia de segunda instancia que le impide postular a cualquier cargo electivo, tal como lo dejó en claro el Tribunal Superior Electoral el 1 de septiembre pasado.

En ese contexto, y pese a los reiterados intentos por evitar el veto a su candidatura, tanto el PT como el PCdoB se vienen preparando hace tiempo para este momento: el día del ascenso de la fórmula Haddad – D'Ávila a la carrera por el poder en Brasil.

"Mi voz es la voz de Haddad"

Abogado de 55 años, Fernando Haddad se ha transformado en el rostro de Lula en las calles de Brasil. Inscrito en un primer momento como candidato a vicepresidente, es quien se ha encargado de realizar el programa de gobierno que propone la candidatura del PT y de protagonizar los actos de campaña.

Pero antes de ello, Haddad no gozaba de tal relevancia. Considerado demasiado joven, vanidoso y perteneciente al mundo intelectual académico más que a las bases populares del partido, no era la primera opción del encarcelado Lula. Sí lo era su amigo íntimo, el ex gobernador de Bahía Jaques Wagner, quien ya le había advertido que no quería el puesto.

Haddad proviene de una familia de inmigrantes libaneses y cristianos ortodoxos que se estableció en Sao Paulo y se dedicó al comercio. Con una maestría en Economía y un doctorado en Ciencias Políticas, además de político es profesor universitario. Fue ministro de Educación entre 2005 y 2012 - durante la gestión de Lula - y en 2013 fue elegido alcalde de Sao Paulo, cargo que no logró retener en las municipales de 2016, tras ser derrotado por el socialdemócrata Joao Doria.

Desde entonces, su figura decayó, siendo muy poco conocido en varias zonas de Brasil. Eso hasta este año, cuando fue elegido por la mano del mismo Lula como su sustituto. La estrategia del líder petista era mantener viva su candidatura el mayor tiempo posible, y luego transferir su apoyo al ex alcalde. "Mi voz es la voz de Haddad", expresó Lula la noche antes de anunciar que dejaba la contienda.

Una encuesta de Datafolha publicada este lunes mostró que ese traspaso ya había comenzado hace semanas. Aunque todavía está en un solo dígito, el apoyo a Haddad aumentó del 4 al 9%, la mayor ganancia entre los 13 candidatos en la actual carrera por el poder.

Una joven promesa

Joven periodista y ex diputada federal, Manuela D'Ávila se perfila como una de las grandes promesas de la izquierda brasileña. A sus 36 años, representa a la generación naciente con el desarrollo económico del gigante latinoamericano y que ha crecido en una nueva era democráticamente abierta.

D'Ávila empezó su carrera política en el movimiento estudiantil Unión de la Juventud Socialista (UJS) y la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), ambos con influencia del PCdoB. A este partido se unió finalmente en 2001 y ya en 2004 fue electa concejala de Porto Alegre, convirtiéndose en la más joven parlamentaria de la historia del municipio.
En 2006 fue elegida para diputada federal por Río Grande do Sul y reelecta en 2010. Fue entonces que alcanzó un máximo histórico de votos a nivel nacional. Desde 2014 y hasta el día de hoy ostenta el cargo de diputada provincial por la misma provincia.

Autodefinida como feminista, llamó la atención de la opinión pública cuando amamantó a su hija en plena sesión parlamentaria, como una forma de reivindicar los derechos de las mujeres y para criticar a la sociedad patriarcal.

Su relevante figura en el ala izquierda brasileña fue destacada por el mismo Lula, quien en marzo de este año y en el marco del Foro Social Mundial, aseguró: "Es un gusto hacer campaña a tu lado. La política necesita gente joven como tú y espero que sigas. Y si necesitas que yo lleve a tu hija en brazos, lo haré". En abril y en el último acto del ex Mandatario antes de entregarse a la policía, la imagen mostraba a D'Ávila como una de sus acompañantes.

Pese a que ahora es candidata del PT, en un comienzo fue anunciada como la carta presidencial de los comunistas. Un hecho poco usual, si se considera que el PCdoB se abstuvo de presentar aspirantes en los últimos 30 años, al mantener una fiel alianza con el PT que lo llevó a apoyar a Lula (en 1989, 1994, 1998, 2002 y 2006) y Dilma Rousseff (en 2010 y 2014).

Pero esta vez, las negociaciones de las formaciones de izquierda para unirse habían fracasaron y el PCdoB decidió nombrar a D'Ávila el 1 de agosto pasado. Pasadas las semanas y ante las casi nulas chances de que la postulación de Lula por el PT zafara el filtro del Tribual Electoral, ambos partidos volvieron a dialogar.
Fuentes comunistas afirmaron entonces que la intención de la prometedora política era ser vicepresidenta "en cualquier circunstancia", ya fuera con Lula o con Haddad a la cabeza. A mediados de agosto, se anunciaba la alianza y D'Ávila abandonaba su candidatura para apoyar a Lula.

Hoy compañera de fórmula de Haddad, la joven periodista se sumará al desafío de heredar el respaldo con el que cuenta el popular ex Presidente y así derrotar a quien hoy se posiciona en el primer lugar de las encuestas: el ultraderechista Jair Bolsonaro.
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