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La historia del padre de uno de los terroristas de París que intentó convencerlo de dejar el EI

En junio de 2014, Mohamed viajó a Siria para tratar de que su hijo abandonara a los yihadistas. Su visita no tuvo los resultados que él esperaba.

16 de Noviembre de 2015 | 13:43 | Agencia Uno
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Agencia Uno
PARÍS.- En junio de 2014, el padre de Samy Amimour -quien fue identificado por las autoridades galas como uno de los autores de los ataques suicidas que perpetraron en París- viajó a Siria para intentar convencer a su hijo de que abandonara el Estado Islámico, sin llegar a lograr su objetivo.

El año pasado, el diario francés "Le Monde" relató la historia de Mohamed, el hombre que pasó tres semanas tratando de que su hijo abandonara las filas del grupo yihadista.

Él pretendía sacar a su hijo de Siria para que rehiciera su vida y dejara de estar expuesto al peligro de morir a manos del Ejército bajo el mando de Bashar al Assad, el Presidente sirio.

Mohamed le avisó de su viaje hasta que llegó a Gaziantep, en la frontera de Turquía con Siria. Samy le advirtió entonces de los riesgos de su decisión.

"Los tipos de Daesh (Estado Islámico) están bien organizados; no utilizan los chips de sus teléfonos más de una sola vez. No se les puede localizar", le explicó su hijo.
Samy Amimour:
"Los tipos del Estado Islámico están bien organizados (...) No se les puede localizar"

Una semana después de eso, el hombre de origen franco-argelino se subió en un bus lleno de "hombres, mujeres, niños, rusos, europeos y magrebíes", con destino al territorio sirio controlado por los yihadistas.

El vehículo cruzó un campo minado en pleno desierto hasta que llegó a Minbej, una localidad situada a unos 80 kilómetros al noreste de Alepo y en la que ondeaba la bandera de Estado Islámico. "Allí estaba el primer puesto de control con un hombre que tenía un Kalashnikov. Mis compañeros de viaje aplaudieron", recordó.

Mohamed explicó que las familias fueron enviadas a unos departamentos y que a los hombres los trasladaron a un cuartel.

"Se quedaron con mi pasaporte. Los nuevos yihadistas fueron recibidos por una veintena de barbudos al grito de ¡Alá es grande! Me felicitaron: ¡A pesar de tu edad, has venido a combatir!", relató el hombre.

Luego intentó hablar desde un cibercafé con su hijo y lo arrestaron unos milicianos por no estar en la oración. Finalmente lo dejaron en la mezquita para que orara.

Era el 29 de junio, el primer día del Ramadán y el elegido por Abú Bakr al Baghdadi para proclamar su califato en los territorios que controlan en Irak y Siria.

Encuentro distante


Mohamed contó que logró ver a su hijo acompañado de otro joven, del que nunca se separó, y que él estaba distante. Samy Amimour llevaba muletas y venía de Raqqa, el principal bastión de Estado Islámico.

"Fue un reencuentro muy frío. No me llevó a su casa, no me dijo cómo se había herido ni si fue combatiendo", indicó. Posteriormente, le entregó una carta de su madre con 100 euros y el joven le devolvió el dinero con el argumento de que no lo necesitaba.
Padre de Samy Amimour:
"Fue un reencuentro muy frío. No me llevó a su casa, no me dijo cómo se había herido ni si fue combatiendo"

Ante la indiferencia de su hijo, el padre decidió charlar con sus compañeros, quienes le contaron que los militares del Ejército sirio los torturaban. Posteriormente le mostraron videos en los que se constataba esa situación: "He visto imágenes terribles", afirmó.

Finalmente, regresó a su país atravesando la frontera con Turquía, compartiendo viaje con una mujer que tenía un bebé de seis meses y cuyo marido se disponía a cometer un atentado suicida.
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