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Investigadores revelan la historia de una monja del siglo XIV que fingió su muerte para vivir una vida de lujuria

Juana de Leeds habría simulado una enfermedad y su posterior fallecimiento, y, con la ayuda de algunos cercanos, creó un muñeco que fue enterrado en su lugar.

15 de Febrero de 2019 | 09:17 | Redactado por Magdalena Álamos, Emol.
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El archivista Gary Brannan y la profesora Sarah Rees Jones, examinan uno de los registros.

University of York
SANTIAGO.- Creó un muñeco similar a su cuerpo para huir de un convento y seguir "el camino de la lujuria carnal". Es la historia de Juana de Leeds, una monja del siglo XIV, escrita en latín por un arzobispo de la época.

El relato fue encontrado por investigadores de la Universidad de York, entre unos archivos que registran los asuntos del arzobispado de dicho lugar, desde 1304 a 1405. Allí vieron una nota que les llamó la atención.

"Advertir a Juana de Leeds, últimamente monja de la casa de San Clemente en York, que debe regresar a su casa", se lee en el fragmento escrito por el arzobispo William Melton con fecha 1318, según informa The Guardian.

El medio local revela que Melton informó al decano de Beverly acerca del "rumor escandaloso" que oyó sobre la monja benedictina, quien había "descartado imprudentemente la religión y la modestia de su sexo" y "maliciosamente simuló una enfermedad, pretendió estar muerta, sin importarle la salud de su alma".

El texto continúa relatando que la religiosa "con ayuda de numerosos cómplices, malechores con malicia preconcebida, creó un maniquí que se asemejaba a su cuerpo para engañar a fieles devotos", y añade que "no tuvo vergüenza en procurar su entierro en un espacio sagrado entre los religiosos de ese lugar".

El documento agrega que después de fingir su muerte "de una manera astuta e infeliz… habiéndole dado la espalda a la decencia y al bien de la religión, seducida por la indecencia", Juana "pervirtió el camino de su vida arrogantemente, yendo hacia el camino de la lujuria carnal, lejos de la pobreza y la obediencia, y, habiendo roto sus votos y renegado del hábito religioso, ahora deambula hacia el peligro notorio para su alma y hacia el escándalo de toda su orden".

La historiadora Sarah Rees Jones, investigadora principal del proyecto, dijo que "desafortunadamente, y esto es realmente frustrante, no sabemos el resultado del caso", según informa The Guardian.

Uno de los trabajos más peligrosos

Además, la académica explica, en el sitio web de la universidad, que en el siglo XIV los arzobispos de York tuvieron roles muy diversos. "Por un lado, llevaron a cabo trabajos diplomáticos en Europa y Roma y se codearon con los VIP de la Edad Media. Sin embargo, también estaban en el terreno resolviendo disputas entre la gente común, inspeccionando prioratos y monasterios y corrigiendo monjes y monjas descarriados", asegura.

"Es por eso que estos registros brindan una descripción tan rica de personas de todos los ámbitos de la vida del siglo XIV durante un período fascinante y extremadamente turbulento", determina.

Los 16 volúmenes que están estudiando los investigadores, narran la vida de nobles, campesinos, obispos y sacerdotes, los que vivieron períodos de enfermedad (peste negra), guerra, hambre, conflictos políticos y reforma religiosa en aquella ciudad y sus alrededores.

"Ser sacerdote era uno de los trabajos más peligrosos de Europa durante ese tiempo, ya que visitaban a los enfermos y administraban los últimos ritos en los lechos de la muerte", aseveró Rees Jones, y añadió que la peste negra entre 1347 y 1351 mató al 60% de la población británica.

A lo largo de su estudio esperan encontrar más información sobre "algunos de los arzobispos más extraordinarios de la historia", como el autor del documento sobre la monja, William Melton, quien "dirigió a un ejército de sacerdotes y ciudadanos a la batalla para defender la ciudad de York contra los escoceses en 1319".
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