SANTIAGO.- Aunque con esta será la cuarta vez que Guns N’ Roses estará en nuestro país, las circunstancias de cada una de esas visitas han sido distintas. Su primera presentación –ya mítica, a estas alturas– en el año 1992 en el Estadio Nacional, le hacía honor al apelativo que el grupo comandado por Axl Rose y Slash alguna vez tuvieron: el de la banda más peligrosa del planeta. En esa época, con la gira del álbum Use for Illusion, el grupo estaba en el mejor de sus días e incluso, el retraso del vocalista, algo que dio mucho que hablar en la época, importó poco para los fanáticos que repletaron el recinto ñuñoíno.
Dos presentaciones posteriores -2010 y 2011- de un grupo completamente reformado, sólo con Axl a la cabeza, fueron las que ocurrieron en el Movistar Arena, en las que quizás el único punto en común, además de canciones como "Sweet child of mine o "Paradise city", fue el permanente retraso de su vocalista y líder, que obligó a iniciar las veladas hasta tres horas después del tiempo pactado.
La pregunta, entonces, es si esa constante se repetirá en esta cuarta visita. Lo cierto es que todos los reportes de esta nueva gira del grupo dicen que no es así, y eso quedó patente desde que comenzó el "Not in this lifetime tour". Por lo menos, así lo consignan varias crónicas de distintos medios estadounidenses las que destacan, por ejemplo, que el show se inicia con 15 minutos de antelación. Al menos, así fue en descrito en el sitio web ajc.com, donde el cronista dice que la banda "ha madurado y ahora se comportan como profesionales".
Quienes asistan al Estadio Nacional para ver a Axl, Slash y Duff, además, podrán disfrutar de un recital extenso, de casi tres horas de duración, en el que la banda, que además está compuesta por Dizzy Reed (tecladista que está desde los noventas junto a Axl en Guns N’ Roses), Richrad Fortus (guitarra) y el baterista Frank Ferrer, además del apoyo de Melissa Reese en sintetizadores, repasa buena parte de su historia en un setlist hecho especialmente para fanáticos.
Respecto a las canciones, el grupo no ha variado mucho su listado. En su mayoría, comprende temas que recogen su época más exitosa, la del álbum Appetite for Destruction, del que interpretan ocho canciones. Después, le siguen seis pistas de las dos partes del disco Use for illusion y del Chinese democracy, cuatro, además de cortes del epé G N’ R Lies como "Patience" y "I used to love her". Junto con estas canciones, Guns N’ Roses también toca algunos covers en los que, por ejemplo, Duff McKagan tiene un espacio destacado, en especial cuando el grupo rinde tributo a Misfits.
Lo otro que podrán ver los fanáticos de Guns N’ Roses es que la química entre Axl y Slash sigue intacta. Todos los comentarios del tour coinciden en que el cantante, criticado en otras ocasiones por su evidente falta de voz, en esta ocasión sí está a la altura. De hecho, todos los comentarios de esta gira –desde sitios web especializados como Popmatters a periódicos como el New York Times– están de acuerdo que Axl Rose suena revitalizado, llegando incluso a tonos altos que antes ni siquiera alcanzaba.
Además, la presencia del vocalista domina el escenario durante las casi tres horas que dura el concierto y se contrapone con la presencia de Slash, que para los críticos, es el verdadero protagonista del show. Su performance, aseguran las crónicas, es de las mejores en especial cuando toca el "Wish you were here", de Pink Floyd, algo que seguramente veremos en el show que el grupo presentará en el Estadio Nacional.
Estos elementos, junto con el hecho de ver a Axl, Slash y Duff juntos en un mismo escenario, son los que hacen que el show de Guns N’ Roses valga totalmente la pena. Por lo menos, eso es lo que dice la crítica de Estados Unidos respecto a este "Not in this lifetime tour" y es lo que seguramente se verá en el Estadio Nacional, cuando el grupo inicie una nueva presentación en el país.
