Magnus Carlsen ostenta el rótulo de genio en el ajedrez actual. Es el campeón del mundo desde 2013 y alcanzó la cifra más alta de todos los tiempos en el ranking ELO. Pero en los últimos meses parece haber encontrado a su "bestia negra". Wesley So, estadounidense de origen filipino, lo ha derrotado en dos de las últimas tres finales del Meltwater Champions Chess Tour.
"Ante todo, mis disculpas a Magnus por haber celebrado mi triunfo ante la cámara, no he podido contenerme. Me cuesta creer que haya podido ganar dos finales a Magnus en menos de tres meses", dijo tímidamente el hombre de 27 años luego de su más reciente victoria sobre Carlsen.
"Es mi más grande oponente en estos días", se limitó a decir el noruego.
La historia de So tiene un origen humilde. Nació en Bacoor, Filipinas, y aprendió a mover las piezas a los seis. Desde entonces, empezó a recorrer las calles del barrio buscando gente con la que jugar.
Con 12 años ya era miembro del equipo olímpico de su país. Sus éxitos no pasaban desapercibidos en Estados Unidos. Llegó a los 21 becado por la Universidad de Webster.
So es una estrella sin excentricidades. Fue adoptado por una familia cristiana y muy devota de Minnesota y empezó a acumular títulos.
"Creo que todos los dones y regalos vienen de Dios. Si presumiese de algo, tendría que presumir de lo que el Señor me ha dado", comentó.
Reza antes de cada competencia y defiende sus creencias. Esto le valió las burlas del gran maestro Nigel Short, quien llegó a pelear el título con Garry Kasparov en 1993.
"El Señor abandonó hoy a Wesley So. Aparentemente no rezó con el suficiente fervor", "¿Cuándo ha demostrado alguien que se pueda conseguir algo rezando? Bastaría un ejemplo", "Puede ser una creencia muy querida, pero eso no significa que sea sensata o digna de respeto. Yo podría creer sinceramente en los elfos y el monstruo del Lago Ness". Esos fueron algunos de sus comentarios en twitter.
So hizo caso omiso. Es fuerte de mente. Lleva una vida tranquila, libre de polémicas. Duerme once horas seguidas y usa el internet solo para lo esencial.
"Me di cuenta de que necesitaba más tiempo para estudiar y menos estrés; tenemos conexión en casa, pero mi uso se reduce a leer el correo y analizar partidas", expresó.
En noviembre se disputará el Mundial. So, noveno del ranking, no estará allí y tendrá que esperar su oportunidad para 2023. Carlsen podrá tomar un respiro de su verdugo.
