Robin Soderling fue un tenista de excelencia. Llegó a ser 4 del mundo y estaba amparado en una derecha potente que le hacía daño a cualquiera. Sin embargo, se retiró tempranamente en 2015 con apenas 31 años.
En Radio de Suecia, en el programa "Verano en P1", Soderling, hoy capitán del equipo de Copa Davis de su país, se confesó sobre los pensamientos que lo atormentaban cuando estaba en la elite.
"Tenía ansiedad constante, me roía por dentro. Me sentaba en el apartamento y miraba al vacío sin entender, el ruido más pequeño me provocaba pánico. Cuando una carta caía sobre el felpudo, me entraba tal pánico que caía al suelo. Si sonaba el teléfono, temblaba de miedo".
Jugó dos finales seguidas en Roland Garros y ese fue el gatillante de los ataques de pánico. Eso lo detonó.
"Solo había tres jugadores con los que podía perder, al resto tenía que ganarles, si no me sentía mal, fracasado, un perdedor".
En 2011, eso sí, todo empeoró: "Me entró pánico, empecé a llorar. Lloraba y lloraba. Cada vez que pensaba en salir a la pista, entraba en pánico. Por primera vez sentí que independientemente de cuanto quisiera, no podía, ni aunque me pusieran una pistola en la sien (...) Llegué a buscar en Google cómo suicidarme".
Un diagnóstico de mononucleosis lo retiró en 2015 -sumado a estos problemas- y actualmente goza de mayor tranquilidad
"Rara vez hablamos de problemas psíquicos en la élite deportiva mundial, por eso quería contarlo. A los que se dedican al deporte y a sus padres les digo que entrenen duro y se lo tomen con calma. Haz deporte y sueña, pero si tienes éxito, mantén la perspectiva y búscate una vida, algo que yo no he hecho hasta ahora", admite.
