En 2008 Rafael Nadal y Roger Federer disputaron el que para muchos es el "mejor partido de la historia". Ambos tenistas se enfrentaron en la final de Wimbledon y protagonizaron uno de los capítulos más increíbles de su rivalidad.
El suizo encadenaba 65 victorias consecutivas sobre hierba y en Londres había vencido en las últimas dos finales a "Rafa" , pero el hispano tumbó esa estadística. Tras cuatro horas y 48 minutos, se impuso por 6-4, 6-4, 6-7, 6-7 y 9-7. Doce años después, ha revelado un secreto sobre ese mítico duelo.
"Tuve que jugar con el pie dormido desde el comienzo. No solo en ese partido, si no que desde varios partidos anteriores", confesó en el programa "Nadal por Nadal" de Movistar+.
La lluvia obligó a parar el encuentro e incluso se pensó en jugar al día siguiente. Nadal y su equipo estaban muy preocupados.
"Los parones y todo eso complicaron este tema. Al final, la anestesia tiene una duración y yo sin anestesia no podía jugar ese partido porque no podía apoyar el pie, tenía un problema en la planta. De hecho, en los días de entrenamiento prácticamente ni entrenaba. Por lo cual, estaba el nervio añadido de cuánto iba a durar la anestesia", comentó.
Pese a esa lesión, Nadal triunfó. A Federer, por el contrario, esa derrota lo marcó a fuego. Perdió su supremacía en la hierba londinense y vio tambalear su reinado como número uno del mundo luego de cuatro años y medio.
"La derrota más dura de mi carrera fue aquí en Wimbledon contra Nadal. Un desastre. Pero al mismo tiempo, fue muy especial formar parte de aquel momento", declaró.
