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Un periodista de Emol se fue a probar al Rodelindo Román, el equipo de Arturo Vidal en Tercera División... Y así le fue

Ignacio Guerra cuenta en primera persona cómo fue ser parte de uno de los casi 50 jugadores que llegaron a buscar su oportunidad en el último día de pruebas del equipo en el que el "Rey Arturo" ha puesto todas sus fichas para llevarlo al profesionalismo.

22 de Marzo de 2018 | 11:29 | Por Ignacio Guerra, Emol
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En este grupo de jóvenes promesas está Ignacio Guerra, periodista de Emol y futbolista (de barrio).

Twitter Rodelindo Román
SANTIAGO.- Luego de mirarme de pie a cabeza, Rodolfo Madrid es claro.

-Tengo muchos laterales derecho. Además estás un poco pasado en edad (en rigor, tengo 23 años).
-Sólo quiero entrenar- le reclamo.
-¿Jugaste antes en otro club?
-Sí, fui cadete de Audax hasta la juvenil.

Madrid vuelve a mirarme, extrañado. Duda algunos segundos.

-Tienes cinco minutos para cambiarte, me dice.

Son casi las 10 de la mañana del viernes 16 de marzo. Es el último día de pruebas en el Rodelindo Román, el club de barrio donde nació futbolísticamente Arturo Vidal, y lo que dice el 'profe' Madrid es cierto: hay casi 50 jugadores, con camisetas de infinitos colores, moviéndose, expectantes, en la cancha del estadio municipal de San Joaquín. Lo que genera el nuevo club de Tercera B es enorme.

Satisfecho con la respuesta del ex futbolista, corro presuroso a camarines. Al volver, el grupo completo está ordenado en un círculo casi perfecto. Todos en torno a Madrid, el ex Colo Colo, Unión Española, entre otros, que ahora es el técnico del equipo de la comuna sur de Santiago.


-Hoy haremos el último corte para comenzar a trabajar de manera más específica, con un plantel establecido. Este es el último día que trabajo con tanta gente. La idea es ser lo más profesional posible, señala Madrid.

Los rostros de la mayoría de los jugadores reflejan ansiedad. Desde que la noticia de que el equipo fue aceptado para pelear en la Tercera se hizo conocida por los medios, la ilusión de formar parte del proyecto se volvió inmensa. Madrid, al consultar el origen de sus nuevos jugadores, se topa con una sorpresa: "Magallanes; La Granja; Palestino; Cobreloa; Gasparín; Audax". La disputa por un cupo está al rojo.



Antes del momento de fama por el que atraviesa el Rodelindo Román, la realidad era diametralmente opuesta. Se trataba de otro elenco de barrio más de los innumerables que ostenta San Joaquín. A lo más, se sabía que era un club fundado hace más de 60 años por un grupo de basureros, entre los que se encontraba el abuelo de Vidal. Un equipo histórico de la comuna. Pero de ahí a pensar que podía competir de manera oficial, el salto era inmenso. Hasta que apareció la figura del "Rey".

El volante del Bayern Munich asumió el año pasado la responsabilidad de darle un giro al Rodelindo, que en esos momentos no pasaba por un buen presente económico. El seleccionado chileno decidió invertir en el equipo y postularlo para pelear en la quinta categoría del fútbol chileno. Y luego de ser aceptado por la ANFA, la semana pasada, el cuadro liderado por Vidal se puso ambiciosas metas.

-El propósito es ascender lo más rápido posible- explica Madrid en la charla previa al entrenamiento.

Primer "corte"


El grupo es dividido en cuatro equipos. Sólo dos jugadores de campo quedan fuera: un volante de contención de 19 años, y yo.
-Ustedes vienen apareciendo recién. Le damos prioridad a los jugadores que llevan más tiempo. Así que en el segundo tiempo del segundo partido, entran ustedes, detalla el DT.

7clubes fueron los que jugó en Chile Rodolfo Madrid

A la espera de que termine el primer partido, junto a los demás jugadores, subo a las galerías. Me mezclo entre nerviosos padres. El panorama arriba es incluso más tenso. La ansiedad de que sus hijos consigan una oportunidad en el equipo es superior a lo que ocurre dentro del campo. Las charlas se tornan acongojadas.

-Mi hijo es el central del equipo amarillo. Las ha reventado todas. ¿cuál es el tuyo?- le pregunta un padre a otro.
-El mío también es central. Está al lado del suyo. Hacen buena dupla...el 'profe' debería darles una oportunidad
- responde, mientras silba con fuerza y realiza una seña hacia la cancha, dándole instrucciones a su pupilo.



Sin embargo, la escena es cortada de forma abrupta. En la parte baja de la tribuna, caminando cuidadosamente desde la entrada del estadio, aparece otro motivo por el que tantos jóvenes están probando fortuna en el Rodelindo: Pablo Contreras, el nuevo gerente deportivo del equipo.

El ex seleccionado, quien vistió la camiseta de más de ocho clubes desde Europa hasta Asia, irrumpe en el reducto deportivo con una tenida impecable. Usa una camisa clara, un pantalón apitillado negro, poco más arriba de los tobillos, unos zapatos negros brillantes y, para adornar el rostro, unos lentes pequeños y redondos al estilo de Elton John. Todo con un peinado pulcro. Quienes lo ven, quedan pasmados.

-Buenos días- dice fuerte Contreras. Recibe al unísono un saludo general.

Nivel sorprendente


El primer partido, entre los equipos "estelares", acaba. Lo expuesto en cancha es mucho mejor de lo que esperaba. Fútbol limpio, fluido, jugadores talentosos y pocas faltas. Lo contrario al juego aguerrido y trabado que, creía, iba a ver. La respuesta parece lógica.

-El 'profe' (Madrid) trajo una base. Hay varios jugadores del Colo- me cuenta un compañero. Desde lejos, alcanzo a apreciar a un viejo conocido: Carlos Contreras (23), el "Colocho", precisamente formado en el Cacique, a quien enfrenté en innumerables ocasiones en las divisiones inferiores del fútbol chileno.

Volante de contención, el canterano albo tuvo la oportunidad de debutar en Primera bajo el mando de Héctor Tapia, pero nunca pudo consolidarse, por lo que también probó suerte en Barnechea y Valdivia. Ahora, buscaba una nueva oportunidad en el equipo de Vidal. Que se trate de quinta división es sólo un detalle.

El partido de los otros equipos comienza. Fuera, veo a dos ex compañeros. Dos ex amigos. De lo que hablé con ellos, la conclusión era la misma. Seguían con la esperanza de llegar a lo más alto del balompié mundial. Messi era su referente, a pesar de que la realidad era muy distinta.



En ese momento, escucho las palabras que estuve esperando toda la mañana: -Guerra, a la cancha- me gritan. Sin embargo, la posición que me otorgan es totalmente diferente. -Por la izquierda-, me dicen. En todo caso, no me hice problema.

En la primera jugada que tengo, llego tarde a tratar de anticipar y le doy un fuerte pisotón al delantero que me toca marcar. Le pido perdón y sigo jugando, aunque ya era un punto en contra. Necesitaba reivindicarme. Ahí apareció la mía. Recibí, con espacio, en la parte ofensiva de mi escuadra. Encaré a dos defensores y, como nunca antes en mi vida, metí un buen centro de zurda, que fue despejado con lo justo por la zaga. No obstante, al voltear hacia la galería, ni Rodolfo Madrid ni Pablo Contreras estaban mirando. La verdad es que nadie lo estaba haciendo. El pitazo final llegó.

La elección


Mi tiempo dentro del campo fue escaso, casi nulo. Pero para peor, nadie me había tomado en cuenta. Por lo mismo, en el momento de la verdad, mi ilusión era nula. Sabía que me iban a despachar.

Madrid, Contreras y otros cinco trabajadores del cuerpo técnico se reúnen una vez culminada la práctica. El objetivo es zanjar a los futbolistas que integrarán el plantel. Ya hay un equipo casi establecido, pero faltan algunas piezas. Por ende, Madrid y Contreras empiezan a llamar y llamar jugadores para entrevistarlos. Yo nunca soy nombrado.

Los que quedamos fuera somos casi 15. Las razones son diversas. No obstante, Madrid trata de ser lo más piadoso posible.

-Quizás yo no pude ver sus talentos, pero es muy probable que en otro club la rompan, hagan goles y me tapen la boca. Así que sigan intentándolo- dice el entrenador, para darnos la cortada de forma sutil. De todas formas, puedo decir que formé parte del equipo que comanda Arturo Vidal, aunque ahora prefiero mejor seguir jugando con mis amigos de Santa María...
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