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El renacer de Francisco Castro en la Primera B y el insólito secreto que reveló sobre la U campeona de la Sudamericana

Después de vivir momentos complejos en los azules y Antofagasta, el atacante llegó al fútbol del ascenso para reencontrarse poco a poco con su mejor nivel. Además, relató detalles de su nuevo rol social con los más jóvenes.

11 de Noviembre de 2017 | 11:00 | Por Fabrizio Belmar Blau, Emol
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Francisco Castro, hoy en Barnechea en la Primera B, ganó la Copa Sudamericana con la U en 2011.

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SANTIAGO.- 14 de diciembre de 2011 en el Estadio Nacional. El recinto deportivo ubicado en Ñuñoa está repleto viviendo una fiesta, completamente teñido de azul y rojo. Claro, en aquel momento se jugaba la final de la Copa Sudamericana, con Universidad de Chile goleando por 3-0 a Liga de Quito y quedándose así con su primer título internacional, y de manera invicta.

Suena el pitazo final y uno, el que fuera el más joven del plantel azul en disputar dicho encuentro, sale disparado a celebrar con sus compañeros. Se trata de Francisco Castro, con 21 años en aquel momento, quien se daba el lujo de haber sido parte de uno de los planteles más exitosos en la historia del conjunto universitario.

Sin embargo, su presente es bastante diferente a lo vivido hace ya casi seis años. Actualmente, el "Toby" milita en la Primera B -es el único de los titulares habituales de ese equipo que actualmente está en el ascenso- del fútbol chileno, específicamente defendiendo la camiseta de Barnechea, donde asegura que se reencontró con algo que había perdido en el último tiempo.

"Logré recuperar la confianza, pero siento que aún me falta por llegar un poco al nivel que debí haber tenido siempre. Estuve tiempo sin jugar en Antofagasta y llegar acá y jugar no es fácil tampoco. Pero me fue bien, logré tener minutos, hacer un buen torneo y recuperar la confianza", reconoce Castro a Emol.

Y ese nivel al que se refiere el otrora atacante de Cobreloa es el que mostró bajo el mando de Jorge Sampaoli, cuando fue parte del plantel tricampeón de Universidad de Chile, mismo elenco que alzó de manera invicta la Copa Sudamericana.

"Fue una experiencia muy linda, recuerdos maravillosos que tengo del equipo, de la hinchada y eso me marcó para bien. Después tuve un poco de mala fortuna y quizás también es culpa mía eso. Pero pocos jugadores tienen la fortuna de lograr cosas como las que conseguí y espero volver a hacerlo. Siento que todavía estoy joven y se me dio la oportunidad de retomar el nivel y jugar muchos partidos".

"El partido que más me marcó fue la final de la Copa Sudamericana en el Nacional. Ver el estadio lleno fue lo que más me emocionó de esa época. Ver a la gente vibrando con nosotros y a mi familia llorando después de ganar la copa".

El whisky previo a la final

Aunque la lucha por el título de la Copa Sudamericana, histórico para los azules, no sólo guarda la emoción del juego en sí mismo, sino que también esconde una serie de secretos dentro del camarín estudiantil. De hecho, uno de ellos los ayudó en la previa del duelo disputado en Ecuador ante Liga de Quito, donde se impusieron por la mínima en la altura.

"Para ese partido nos dijeron que había que tomar whisky para la altura y algunos nos tomamos un par de tapitas. A algunos nos terminó 'tocando' un poco la cabeza, pero al final de todo resultó de buena manera porque sacamos un buen resultado", confesó entre risas el propio jugador.

7títulos ganó Francisco Castro en la U, entre 2011 y 2015

Pero no todo fue alegría y triunfos en su paso por la U. Después de aquel exitoso periodo, el jugador explica que tuvo algunas diferencias con la dirigencia de turno del cuadro laico, motivo por el cual debió partir a Unión Española. Sin embargo, también pudo triunfar con los de colonia. Alzó un campeonato nacional y una Supercopa, precisamente ante los azules, cuadro al que posteriormente volvería a defender.

Con más años y más experiencia, Castro regresó a Universidad de Chile, aunque los problemas fueron mayores que las alegrías. "Cuando (Sebastián) Beccacece llegó me dijo que iba a entrenar con normalidad, que iba a ser alternativa, pero no fue así. Nunca me dio explicaciones, pero tampoco se las pedí porque él estaba a cargo. Yo sí me entrenaba para jugar y estar de la mejor manera. Siento que sí merecía una oportunidad".

¿Fue su momento más complejo en el fútbol?

"Me sentí mal, no sé si pasado a llevar o no, pero sí siento que merecía una oportunidad en ese plantel, donde el cuerpo técnico me vio luchar hasta el último día que estuve. La gente me preguntaba y yo no encontraba motivos para decirles de por qué no jugaba. Fue un periodo súper feo que me tocó vivir porque además no logré finiquitar a tiempo con la U para poder irme (vio frustrado su paso al América Mineiro de Brasil), y después fiché con Antofagasta, que no fue mala experiencia, pero terminé jugando poco. Ahí uno se cuestiona cosas, pero el fútbol retribuye las cosas. Me vine a un equipo que lo daban por descendido e igual hicimos buena campaña".

Su nuevo rol social con los más jóvenes

En la actualidad, Francisco Castro está recuperando la regularidad que había perdido con el tiempo. Se integró a Barnechea donde ha disputado casi la totalidad de los encuentros jugados en el presente torneo y sueña, gracias a sus méritos, con volver a la más alta competencia y, por qué no, llegar al extranjero en el futuro.

Sin embargo, sus ambiciones también van de la mano con lo social. Desde hace ya dos meses el jugador comenzó un proyecto con el que busca ayudar a los jóvenes, quienes sin recursos, sueñan con alcanzar el fútbol profesional.

¿Cómo nace esta idea?

"Este proyecto nace yendo a las canchas de Peñaflor, Talagante y viendo el talento de los chicos de 14 y 15 años. Sabiendo que ellos quizás no tienen la posibilidad de probarse en equipos de Santiago. Así nace este proyecto, donde yo partí entrenando a los muchachos dos días a la semana y ahora todos los días".

¿Ha rendido frutos a la fecha?

"Hemos jugado con Barnechea, Magallanes. La próxima semana con O’Higgins y así vamos sumando. Ya hemos dejado a dos chicos en las inferiores de Barnechea y también a uno en la Sub 15 de la U y eso es lo que busco con este proyecto, que tengan una oportunidad en el fútbol y que no se pierdan en el fútbol de barrio".

Pero como en su carrera, las cosas no se han dado fáciles para el atacante de 27 años. "Lamentablemente no tenemos apoyo de nadie. Cuando vamos a jugar usamos nuestros autos, compramos camisetas nosotros. Yo lo hice por el sueño de ellos, el que yo también tuve cuando tenía su edad. Quería mostrarles que sí se puede y darles la oportunidad. Esperamos que salga un jugador hacia arriba y ahí nos damos por pagados".

Así, Castro sigue luchando para sacar adelante sus sueños. Primero el de tener una revancha en la élite del fútbol, donde brilló hace casi seis años con la U, y ahora también pensando en los más jóvenes, a quienes quiere intentar llevar al sitial de gloria donde él alguna vez también estuvo…
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