Museo Nacional del Motor del Reino Unido
Si bien el Ferrari F40, lanzado durante la segunda mitad de la década de los 80, es considerado como el primer superdeportivo de producción capaz de romper la icónica barrera de las 200 mph (322 km/h), en ningún caso fue el primer ejemplar en alcanzar esa velocidad, récord que se anotó en 1927 gracias a un auto británico apodado como “The Slug” (La Babosa).
A pocos años de que se cumpla el centenario de aquella proeza automotriz, el Museo Nacional del Motor del Reino Unido inició una campaña para recaudar los fondos necesarios que permitan restaurar en su totalidad y volver 100% a la vida al ejemplar.
Para que el ambicioso proyecto se concrete, dijeron sus responsables, se requieren alrededor de 370.000 dólares, por lo que el vehículo se ha presentado en exhibiciones automotrices y en museos de Europa y Estados Unidos a fin de “incentivar” a millonarios y fanáticos adinerados del mundo motor.
Una bestia con dos motores y 435 caballos de potencia
El histórico ejemplar que se busca traer a la vida es un Sunbeam 1000 hp, un auto que entró a la historia de la automoción al alcanzar la icónica barrera de las 200 mph (322 km/h) en 1927, algo que para esos años era imposible.
Es más, cuando se construyó se estimó que se necesitaría un área de al menos 15 km de largo para alcanzar las 200 mph. No habiendo un lugar con esas características en Europa debieron llevarlo a Daytona Beach en Florida (EE.UU.) donde finalmente fue probado a principios de marzo de 1927 para luego marcar el récord.
Para lograr ese registro “La Babosa”, apodo que se le puso cariñosamente dada sus singulares formas aerodinámicas, uso dos enormes motores Sunbeam Metabele V12 aero, de 22,5 litros de cubicaje cada uno y 435 caballos de potencia que se ubicaron delante y detrás del conductor. Los mismos que ahora, indica una nota del sitio Carscoops.com, se intentan restaurar.
En 2017 el ejemplar fue sometido a trabajos de restauración y ahora solo resta recuperar sus poderosos propulsores para que 100 años después vuelva a correr en pista.
“Esta es una oportunidad maravillosamente emocionante para recaudar los fondos necesarios para soplar nueva vida a los dos motores aeronáuticos y permitir que el Sunbeam vuelva a funcionar”, dijo Michelle Kirwan, directora de desarrollo del Museo Nacional del Motor del Reino Unido.
“Sería increíble poder llevar este auto icónico de regreso a Daytona, donde se hizo la historia del récord mundial de velocidad en tierra, especialmente en el año del centenario”, agregó la experta en la nota citada.