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Los aprendizajes y experiencias de tres estudiantes extranjeros que llegaron de intercambio a Chile

Jóvenes de distintos continentes recuerdan su paso por el país, rescatando lo positivo y negativo. "El costo de la educación era muy alto", dice uno de ellos.

10 de Enero de 2018 | 12:01 | por Diego Almazabar, Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- De Estados Unidos, Francia y Guatemala. También de Japón, Australia y Colombia. Todos los años llegan al país miles de jóvenes de distintas latitudes del mundo para estudiar una carrera en la educación superior.

De hecho, según el último estudio "Estudiantes Extranjeros en Educación en Chile" del Servicio de Información de Educación Superior (Sies), al año llegan más de 8.700 estudiantes y a nivel de pregrado, las carreras con más matriculados son Ingeniería Comercial, Administración de Empresas y Derecho.

¿Qué les dejó su paso por Chile? Tres jóvenes de México, Siria y España relatan sus experiencias dentro de las salas de clases y dentro de una cultura muy distinta a la de su país de nacimiento.

"Venía de una ciudad diferente"


En 2011, Alexandra Ramírez dejó Mérida, México, para llegar a Santiago a estudiar Diseño Gráfico en la Universidad Finis Terrae bajo un programa de intercambio.

Sin embargo, nunca fue este país su primera opción. "En ese momento mis alternativas eran Estados Unidos, España, Argentina y Brasil. Pero Santiago me llamó la atención por estar muy lejos de mi ciudad, y era la única oportunidad de viajar hasta aquí", cuenta.

Finalmente, Alexandra se quedó en Chile, formó una familia y creó un blog para mamás modernas. De su paso por la educación superior, lo que más valora es "tener la oportunidad de ver nuevos métodos de enseñanza y otra visión de aprendizaje, considerando que yo venía de una ciudad más de provincia que era totalmente diferente".

Con respecto a la que menos le gustó de estudiar aquí fue que había "muy poca vida universitaria, siento que no había actividades extracurriculares, y en México se hacían muchas, donde los que llegaban de intercambio se les asignan alumnos locales para llevarlos a conocer la ciudad".

Abandonando Siria


Un caso algo distinto es el Nicole Sultana. Nacida en Damasco, Siria, quien en 2013, en medio de los álgidos conflictos civiles que azotaron a su país, llegó a Santiago en busca de nuevos horizontes. Aquí estudió Ingeniería Comercial, también en la Finis Terrae.

Para Sultana, los métodos de enseñanza tienen muchas diferencias entre Chile y el país del Medio Oriente.

"Aquí son muchos más modernos: todas las materias están en internet y con mucho más acceso a la información. De donde vengo el sistema es muy antiguo". Sin embargo, en su opinión, esto también tiene un aspecto negativo. "En Chile la mayoría está pendiente del celular. En cambio, en Siria hay más respeto por el profesor, y también es obligación estar bien sentado en la silla", cuenta.

Ahora vive en Las Vegas, Estados Unidos. De su paso por este país, lo que más valora de haber estudiado en una universidad chilena fue los amigos que formó. "Mis compañeros eran lo mejor, me ayudaron mucho a estudiar y a entender muchas cosas". Pero por otro lado, lo que menos valora es que "el costo de la educación era muy alto y había poca oportunidad de trabajo para estudiantes".

"En España van todos a la universidad"


En 2015, el español Alfonso Bauzá tomó ramos de Ingeniería Comercial en la Pontificia Universidad Católica, como parte de su intercambio académico mientras estudiaba la carrera Business Administration en Barcelona.

"En mi universidad en España era obligatorio hacer un intercambio y teníamos todo el mundo para escoger", dice Bauzá, que nació en la ciudad de Mallorca y que hoy trabaja en Londres, Inglaterra.

Durante su estadía de seis meses, sintió que las casas de estudios de ambos países eran "altamente demandantes", y cuenta que una de las diferencias que encontró fue que "en la Católica eran más dinámicos con la materias, en cambio en España son más teóricos y de memorizar los contenidos".

Asimismo, otro aspecto que le llamó la atención es la asistencia de los alumnos. "En España van todos a la universidad y en Chile es mucho más complicado que asistan", dice.

De su experiencia con otros chilenos, él cree que socialmente "es difícil entrar en muchos círculos de amigos porque la mayoría son muy cerrados, sobre todo en los más adinerados". A pesar de ello, "la imagen que me llevo de la gente es muy buena aunque sea difícil integrarse, porque en general la gente es simpática y siempre quiere ayudarte".
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