WASHINGTON.- Cuando el Presidente Donald Trump se siente a cenar en Arabia Saudita, el servicio de catering se ha asegurado de que su plato favorito -filete con ketchup- se ofrecerá en conjunto con la cocina local tradicional.
En las cumbres de la OTAN y del G7, las delegaciones extranjeras han recibido la noticia de que el nuevo Mandatario estadounidense prefiere presentaciones cortas y un montón de ayuda visual. Y en todas las cinco paradas de su primer viaje al exterior, su equipo ha pasado semanas tratando de construir el tiempo de inactividad diaria en su calendario.
Todo esto forma parte del esfuerzo mundial por acomodar al Presidente en un viaje con apuestas cada vez más elevadas, dada la controversia que involucra los posibles lazos de su equipo de campaña con Rusia. Pese a ser un ex empresario internacional, Trump no tiene mucha afinidad por lo internacional.
Incluso antes de que el viaje de Trump mutara de una excursión rápida a Europa a una visita larga de nueve días, los asesores de la Casa Blanca analizaban cómo el Presidente abordará las extenuantes presiones de los viajes al exterior: los cambios de hora, los hoteles desconocidos, la comida local. Dos funcionarios del Gobierno aseguraron que temen que una gira complicada pudiera incluso llevar al Mandatario a delegar las futuras giras al vicepresidente, Mike Pence.
El itinerario final de Trump apenas facilita esto en el delicado mundo de la diplomacia internacional en suelo extranjero. Después de salir este viernes en un vuelo del Air Force One, Trump partirá de Arabia Saudita a Israel y luego al Vaticano. Cerrará su viaje con un par de cumbres en Bruselas y Sicilia, asuntos a menudo difíciles que requieren que los líderes se encierren en largas sesiones plenarias.
"La posibilidad de que algo salga mal -insultas a los anfitriones, te enfermas, tu jefe se enferma, te comunicas mal con tus anfitriones, cometes un error de programación de agenda, necesitas cambiar el horario de tu agenda sólo horas antes de una reunión, la caravana se queda atrapada en una congestión, o el vuelo se retrasa debido al mal tiempo- es extremadamente alta", dijo Julianne Smith, que se desempeñó como consejera de política exterior del ex vicepresidente Joe Biden y ahora está en el Centro para la Nueva Seguridad Americana.
"Personalmente, creo que deberían cortarlo ahora antes de que se arrepientan", dijo sobre el largo viaje de Trump.
La gira marca la primera vez que Trump pasará una noche fuera de la Casa Blanca en una propiedad que no lleva su nombre, pero esto no es el único problema para Trump: su personal sabe sus preferencias de comida y la temperatura exacta que le gusta en una habitación específica. A menudo está rodeado de viejos amigos y conocidos que tienen membresías.
El único viaje nocturno que Trump hizo al extranjero como candidato fue para la apertura de un nuevo resort y campo de golf en Escocia. Ahí,, llevó a los periodistas a un recorrido por las tierras y dijo que su propiedad se beneficiaría si los británicos decidían dejar la Unión Europea. También hizo un viaje a México, donde se reunió con el Presidente Enrique Peña Nieto.
Así, la atención será alta cuando el Presidente Trump haga su debut en el escenario internacional, ya que se trata del primer Mandatario desde Jimmy Carter que no viajó al extranjero durante sus primeros 100 días al mando, y saldrá bajo una nube de controversia, mucho de eso por sus propias acciones, incluyendo la fallida estrategia de la Casa Blanca por el despido del director del FBI James Comey.
Casi todos los asesores cercanos de Trump viajan con él en esta gira, incluyendo a la primera dama, Melania Trump, quien tendrá una agenda propia en cada una de las paradas.
Los viajes al extranjero nunca han estado en la lista de prioridades de Trump. Durante su primer matrimonio, generalmente echaba pie atrás cuando su esposa Ivana llevaba a sus hijos a visitar a su familia en la ex Checoslovaquia, su país de origen. El Mandatario, así, ha hecho paradas ocasionales para encontrarse con socios de negocios en el exterior, pero la mayor parte de sus viajes han sido a su propiedad de Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, y otras propiedades en Estados Unidos.
Dados todos estos antecedentes, los anfitriones de la gira de Trump están muy conscientes de su aversión a los viajes y están tratando de hacer todo más cómodo para mantenerlo a gusto.
En Arabia Saudita, la gente con conocimiento del initerario de Trump en el país afirmó que los proveedores están planeando ofrecerle al Presidente filete y ketchup junto con el cordero y porciones fuertes de arroz en el meno. Toda la carne será sacrificada de una manera conforme a la Sharia, según la costumbre islámica.
