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El ascenso de Donald Trump: De candidato ninguneado a Presidente de Estados Unidos

Lo que comenzó como una postulación llena de dudas e incredulidades, poco a poco fue tomando peso, poniendo al magnate inmobiliario como el abanderado del Partido Republicano y el futuro líder del país norteamericano.

09 de Noviembre de 2016 | 07:01 | Por Ramón Jara A., Emol
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AFP
SANTIAGO.- El 2 de octubre de 2015, el conocido columnista político del Washington Post Dana Milbank hizo una promesa en medio de las primarias republicanas: "Trump va a perder, o yo me comeré mi columna". Pasaron los meses y el analista no tuvo más que resignarse y tomarse con humor que el magnate fuera el abanderado republicano. Mayor debe ser su sorpresa (y la de todos) ahora, que el empresario se convirtió en el nuevo Presidente de Estados Unidos.

Todo comenzó el pasado 16 de junio de 2015, cuando el conocido hombre de negocios y estrella de reality shows ingresó a la carrera presidencial en las primarias republicanas. La acción fue tomada por muchos como una humorada o algún plan del magnate de hacerse notar, sin darle futuro alguno a esta candidatura.

Pero avanzaba la competencia y Trump fue superando uno por uno a los otros 16 postulantes republicanos, la gran mayoría de ellos personas con trayectoria política, a diferencia del magnate, que se mostraba como un "outsider", un representante alejado de los cánones tradicionales.

Y fue ese perfil carismático y "sin pelos en la lengua" lo que cautivó a los electores (muchos de ellos personas que nunca en su vida habían votado), pero que también generó numerosos detractores, sobre todo por su postura xenófoba y misógina, reflejada en sus polémicos comentarios.

Así, prometió la construcción de un muro en la frontera con México para impedir la llegada de inmigrantes ilegales, asegurando que el país latinoamericano lo único que hace es exportar "delincuentes" y "violadores", dichos sumamente criticados por personalidades latinoamericanas.

Del mismo modo, Trump aseguró que prohibirá el ingreso a Estados Unidos de personas de origen musulmán, con la intención de prevenir ataques terroristas. Todo, bajo la consigna de volver a "hacer grande" al país "nuevamente".

Todos estos dichos le valieron los cuestionamientos de sus contendores en las elecciones internas republicanas, además del alejamiento de otras figuras emblemáticas del partido, como los ex presidentes George H.W. Bush y su hijo George W. Bush; el timonel de la Cámara de Representantes Paul Ryan y los ex candidatos a la Casa Blanca Mitt Romney y John Mccain.

La segunda etapa: la contienda con Clinton

Mientras Trump vencía con holgura a sus rivales republicanos, la demócrata Hillary Clinton seguía preocupándose de su rival en las elecciones internas, el senador Bernie Sanders. En ese momento, los disparos del magnate iban dirigidos a la ex secretaria de Estado, a quien trató de "corrupta" y le enrostró sus escándalos relativos a la investigación en su contra por el uso de su servidor privado de correo electrónico mientras trabajaba en el Gobierno.

Así, se dio inicio a una campaña sucia, a todas luces la más polarizada de las últimas décadas en el país norteamericano, donde los ataques cruzados entre ambos abanderados eran pan de cada día, con Trump como protagonista principal de esta historia.

Y los debates televisivos marcaron esta batalla. Para la opinión pública, la ganadora fue Clinton, amparada también en las revelaciones de dichos misóginos del candidato republicano, quien aseguró que gracias a su fama podría seducir a cualquier mujer y tomarlas por sus genitales.

Además, el magnate puso en duda si aceptaría los resultados de las elecciones en caso de perder, insistiendo en que estaban "arregladas" en favor de su contrincante, un golpe fuerte a la política estadounidense, tan arraigada en sus costumbres.

Todo eso hizo que la cúpula del Partido Republicano cada vez se alejara más, e incluso muchos dirigentes propusieron votar por el candidato a vicepresidente Mike Pence como la opción presidencial.

Pero parece que esto no fue obstáculo para Trump, quien llega a la Casa Blanca generando una sensación de sorpresa, superior a aquel momento en el que presentó su candidatura presidencial.
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