David Schmittlein, decano de la Escuela de Negocios del Massachusetts Institute of Technology.
MITSANTIAGO.- Esta semana, David Schmittlein, decano de la Escuela de Negocios del Massachusetts Institute of Technology (MIT), visitará Chile para presentar el nuevo magíster en Análisis de Negocios en la única oficina que esa casa de estudios tiene en Latinoamérica.
La última vez que Schmittlein estuvo en el país fue en diciembre de 2013, cuando se inauguró la sede en Santiago con la presencia y donación de Andrónico Luksic. Ese año la economía chilena comenzó el ritmo descendente de crecimiento después de varios años creciendo cerca de 5% y poco antes de que Michelle Bachelet asumiera como Presidenta de la República.
La visita de ahora se da en un escenario distinto, coronado por un ambiente más pesimista respecto a la evaluación de la economía, las autoridades y las empresas.
Pero "Chile sigue siendo visto como una base económica estable para América Latina", afirmó Schmittlein
Estados Unidos también vive su propio proceso de cuestionamientos internos, más aún en un año en que la contienda electoral está lejos de despejar las dudas.
Schmittlein enumera que el crecimiento de la productividad se ha desacelerado, las ganancias de las empresas no son tan buenas como el mercado de valores podría sugerir, el aumento de los salarios ha sido lento y el "crecimiento del empleo ha sido bastante bueno, pero que sería poco realista esperar una mayor expansión de la fuerza de trabajo".
Es por eso que, afirma, "es importante alejarse de las bajas tasas de interés históricamente anómalas, para empujar a los inversionistas a tomar más riesgo".
Al igual que el resto del mercado, el economista apunta a que esta alza se dará en la reunión de la Reserva Federal de diciembre, después de que se tenga claridad quién será el nuevo presidente de Estados Unidos tras las elecciones de noviembre.
Esas campañas también han generado incertidumbre, incluso, fuera de las fronteras de Estados Unidos. En marzo, la revista británica The Economist catalogó al candidato republicano Donald Trump como una de las principales amenazas para la economía mundial, debido a su "excepcional hostilidad" con el libre comercio y los inmigrantes, entre otros aspectos.
Frente a esto, el decano del MIT pone paños fríos y asegura que con "un período de cuatro años, el efecto del Presidente es más simbólica de los que se podría imaginar", debido a que los cambios que proponga algún mandatario deben ser aprobados por el Congreso y que "el estado de derecho es mantenido por un sistema judicial que es fuerte".
"Al igual que en otros países, ha habido un aumento en Estados Unidos de la frustración entre aquellos cuya situación económica se ha deteriorado, y esto puede conducir a un aumento de nacionalismo. El tenor de la carrera presidencial es, por el momento, más una consecuencia de esas preocupaciones que una causa de ellos", sostiene, y recalcó que el candidato que sea electo debe abordar esas frustraciones y disminuir "la ola de nacionalismo".